Los Yovanovich, familia del Circo “Veracruz”

El atardecer del jueves pasado lo compartimos con la familia del Circo “Veracruz” Ese día debutaban, todo estaba preparado, pero el clima no lo permitió. Llovía muy fuerte cuando llegamos para conversar con ellos, saber de su vida, de su constante andar de pueblo en pueblo. Cobijados por un toldo, calentaban el cuerpo con mate dulce y tostadas, y así, casi espontáneamente, se dio la charla, surgieron las anécdotas, recuerdos de otros tiempos, su misión de divertir, de llevar siempre la alegría.
"Soy Anabella Yovanovich, tengo 27 años, mi viejo es Daniel Ángel Pedro Yovanovich; somos de origen yugoslavo, quinta generación de circo. Somos nacidos y criados en el circo. Yo nací en Laboulaye, provincia de Córdoba", comienza diciendo una de las integrantes de la familia del Circo Veracruz. Luego continúa: "Una de mis hermanas nació Los Telares, Santiago del Estero, otra en Ceres, Santa Fe, otra en Junín, provincia de Buenos Aires y el más chico en Realicó, La Pampa. Obviamente, mi madre nos tenía en el hospital, pero enseguida volvía al circo. Somos cinco hermanos".Le preguntamos a Anabella si algunos dejan el circo: "Puede suceder; por ahí alguna se enamora de un muchacho de un pueblo y ocurre que el chico se viene a trabajar al circo o mi hermana queda estable en una ciudad. También hay que adaptarse a vivir permanentemente en un solo lugar porque nuestra vida es nómade, no conocemos otra forma; recorremos pueblos y ciudades de distintas provincias, hasta Tierra del Fuego".Más adelante Anabella se refiere a la historia de este circo: "Tiene una larga trayectoria; en la época de mi abuelo se llamaba "Circo Mexicano Veracruz". Antes el circo tradicional tenía animales. Mi abuelo tenía osos, monos chimpancés, camellos, tigres, leones. Tenía un oso que luchaba con la gente, animal que se hizo muy famoso, hasta peleó con Martín Karadagián, de Titanes en el Ring. Él se recorrió toda la Argentina y ahora ocurre que viene gente de 60 años para arriba a preguntar por el abuelo o por los hermanos y se acuerdan de la lucha con el oso. Siempre sucedía que en una ciudad había algún muchacho robusto, con fuerza, que se anotaba para luchar con el oso y tumbarlo en tres puestas de espalda; se llamaba "lucha greco romana". Si tumbaba el oso tres veces al piso, le entregaban un premio importante en dinero. Se hacía la publicidad de la lucha y el circo explotaba de gente para ver la pelea, ¡había que tumbar un animal de 180 kg.! Muy pocos lo lograban. Era muy manso y se le ponía guantes y bozal para que no rasguñara, ni mordiera al luchador. Nosotros teníamos los animales bien cuidados, le dábamos bien de comer. Teníamos un tanque grande con agua sólo para ellos, para que tomaran y para bañarlos en verano. Eso de que salíamos a juntar gatos y perros para darles de comer, era toda una mentira. Nosotros comprábamos carne de vaca, de pollo, burro o caballo; esa era la comida que le dábamos"."La función de antes era en la primera parte con la malabarista, tela, la contorsionista, los payasos, el trapecista, y en la segunda parte abríamos con los animales, el oso, los tigres, los leones. Era una exhibición, estaban para que la gente los viera arriba del escenario haciendo alguna pequeña gracia. Pero había circos y circos; algunos los tenían bien, otros los trataban mal. Cuando llegó la prohibición, tuvimos que cambiar el show", nos comenta Anabella.Luego prosigue: "Ahora es el espectáculo tradicional donde el payaso habla con el público, está la danza de las cuerdas indianas, el ula ula, la telas, el trapecista, el péndulo de la muerte, la elástica, malabarista, el mago, lanzador de puñales a 7 metros de distancia que es un número antiguo. Actuamos alrededor de quince personas. Tenemos dos payasos y el locutor- animador es mi papá. Yo hago el péndulo de la muerte, mi hermana es partenaire de mi viejo en el número de los cuchillos, entre otros números".Por su parte Daniel Yovanovich nos comenta: "Yo soy el locutor, presentador y payaso, me llamo "Panqueque" y los otros son "Pincelito" y Pastelito"."Pincelito", cuyo nombre verdadero es Alejandro Ventura González nos cuenta: "Yo soy trapecista, pero desde chiquitos nos enseñaron a hacer de payasos. El payaso es un recurso dentro del espectáculo que aparece al principio, en los intervalos o cuando queda un bache en la función. Yo he hecho los dos trabajos dentro de una misma función: payaso y trapecista. Tengo varias rutinas en las cuales incluye actuar con el público, hacer como novelas con la intervención de chicas y muchachos. Lógico que antes de la función hago el free shop, vendo pochoclos, hablo con la gente, la hago reír, preparo el clima para la apertura. Antes hacía dos papeles; ahora sólo si es necesario. La función está armada, pero como es algo dinámico, siempre puede surgir una variante. Es importante el ensayo de la función, sobre todo en los cuadros que pueden presentar peligro. Con el payaso no hay problema, sólo se coordina su intervención y, si es necesario, debe estar preparado para una entrada imprevista. Al papel que vamos a desempeñar lo hablamos entre los diferentes payasos y establecemos: "yo voy a ser el cómico y vos el serio", por ejemplo. Siempre estamos observando el ánimo de la gente, su reacción, y de acuerdo con eso alargamos nuestros diálogos, nuestras intervenciones, o no. Haya mucha o poca gente, la función se hace igual, completa".Más adelante Daniel Yovanovich agrega: "Teníamos preparado para debutar este jueves, pero debido al mal tiempo no pudimos hacerlo y debutamos el viernes, sábado y domingo tres funciones. Aparte tenemos el parque de diversiones, todo de la misma familia, con varios juegos, sobre todo para los chicos. Armar estas instalaciones nos lleva aproximadamente una semana y empleamos entre 15 y 20 operarios de la ciudad donde vamos a dar función. Para desarmar es el mismo tiempo, quizá con más cuidado para no romper el material, luces, el equipo de sonido, cortinado. Siempre hay uno del circo y del parque que está encargado y dirige el trabajo".D. Yovanovich finaliza la conversación: "Al circo y al parque lo llevamos en la sangre; es nuestra vida. A cada lugar donde vamos llevamos la alegría, la diversión, a pesar de los malos momentos que podamos vivir todos o nos pase algo a nosotros. Nosotros somos la alegría."
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