Pbro. Jorge H. Leiva
Maestros para un “pacto educativo global”
El domingo pasado 11 de septiembre hemos celebrado el “día del maestro”: en el templo de San Antonio una pequeña multitud de docentes de nuestra ciudad se acercó a recibir la bendición propia de la Iglesia católica en favor de los que llevan adelante esta noble tarea a beneficio de las comunidades.
Como párroco me pareció importante considerar en esta ocasión lo que el Papa propone: construir una aldea de la educación donde se comparta en la diversidad el compromiso por generar una red de relaciones humanas abiertas: por eso es que el sucesor de Pedro propone tener la valentía de colocar al a persona en el centro para llegar a un pacto que anime los procesos educativos formales e informales. Si Benedicto XVI hace unos años hablaba de “emergencia educativa”, pero ahora el papa Francisco habla de “catástrofe”.
La pandemia ha hecho más urgente una alianza educativa que pueda salvar este período de emergencia sanitaria que hemos vivimos y su repercusión en la educación, a pesar del gran esfuerzo que han realizado y realizan las comunidades educativas por asegurar sus actividades. El papa Francisco afirma: “El Covid ha hecho posible reconocer de forma global que lo que está en crisis es nuestro modo de entender la realidad y de relacionarnos. En este contexto, vemos que no son suficientes las recetas simplistas o los vanos optimismos”.
El sumo pontífice relanza una iniciativa cuyo objetivo es unir esfuerzos para realizar una trasformación cultural profunda, integral y de largo plazo a través de la educación. Invita a firmar un Pacto Educativo Global a todos aquellos que se preocupan por la educación de las generaciones más jóvenes. Textualmente afirma: “La educación es siempre un acto de esperanza que, desde el presente, mira al futuro.” Sumamos a renovar nuestro compromiso con la educación y con la escuela en un pacto que se concreta en estas siete claves»: Poner en el centro de todo proceso educativo formal y no formal a la persona, escuchar la voz de los niños y adolescentes a quienes transmitimos valores y conocimientos, para construir juntos un futuro mejor, fomentar su participación en la educación y tener a la familia como primera e indispensable educadora. También se propone en este pacto abrirnos a los más vulnerables y educar y educarnos para acoger. Recordemos como frecuentemente el papa habla de los “descartados” y buscar otros modelos de progreso comprometiéndonos a estudiar para encontrar otras formas de entender la economía, la política y el progreso.
Por último, se nos habla de salvaguardar y cultivar nuestra Casa común protegiéndola de la explotación de los recursos, respetando el entorno natural y humano. El Pacto Educativo Global es una iniciativa del Papa Francisco quien convoca a unir esfuerzos para realizar una transformación cultural profunda, integral y de largo plazo a través de la educación. “La educación es siempre un acto de esperanza que, desde el presente, mira al futuro».