Ser médica en una ciudad con amplia circulación
Micaela Flores “la realidad es que si nos relajamos, nos contagiamos”

Micaela Flores, es de Gualeguay y es médica. Actualmente se encuentra realizando la residencia en Ginecología y Obstetricia en el Sanatorio de la Mujer, en Rosario, Santa Fe. El mismo es un Sanatorio médico-asistencial destinado en sus orígenes a la salud de la mujer.
Desde Segunda Sección dialogamos con ella sobre cómo es ser trabajadora de la salud en época de pandemia y en una ciudad con alta circulación del virus como lo es Rosario. "Trabajar en un sanatorio es difícil porque las reglas cambian todos los días" comentaba.Con respecto al sanatorio en sí, Micaela nos cuenta que se lo dividió en dos con durlock. "Todo lo que sería caso sospechoso, positivo, entra por un sector, y todo lo que sería caso no sospechoso o guardia limpia por otro. De todas maneras se les toma la temperatura, las pacientes ingresan todas con tapa boca y los acompañantes también"En la misma línea agrega, "Es difícil porque la infraestructura del sanatorio cambio y cambio todo. Hay dos guardias y en el caso de que sea un caso sospechoso, lo ve clínica, aunque la paciente este embarazada y nos llaman solamente para constatar latidos o hacer ecografías. Ahí nos cambiamos e ingresamos nosotros. De todas maneras considerando todos los asintomáticos que hay, uno nunca está seguro y toma los recaudos igual, aunque el área de ginecología y obstetricia sea considerada una guardia limpia". Y prosigue, "cuando llega un caso sospechoso se llama a dirección médica, se cuenta el caso, se habilita o no el Hisopado y de acuerdo a la evolución de los síntomas, o se le pide que vuelva a las 48hs""En lo personal es difícil porque primero que yo hago una especialidad que en general trabajamos con alegría, siempre era un lugar relajado, obvio que tenemos urgencias, pero son las menos, siempre trabajamos con alegría, porque traes una vida al mundo" responde, al ser consultada sobre cómo se sentía al respecto de la pandemia y los protocolos.En ese sentido, la Dra. sostiene que al haber gran cantidad de asintomáticos, todos los casos son tomados como sospechosos y los hábitos que tenían en el área en la cual trabaja cambiaron de sobremanera. "Tener que estar pujando con la paciente con una máscara porque hay muchas asintomáticas, tener que estar 30 horas con un barbijo y con gafas y atender así es difícil, porque también el humor de uno cambia, te estresas el doble, todo el tiempo lavarte las manos, no bajarte el barbijo, y no estamos acostumbradas a trabajar así". Asimismo agrega "nosotras acariciábamos a la paciente, le dábamos aliento cerca, ahora para pujar se tiene que tomar determinada distancia, a las cesáreas los padres no entran, al acompañante se le coloca una pulsera verde y él es el único que va estar durante toda la internación, no puede entrar nadie más, ni abuelos, nadie y es difícil. El cambio se nota mucho porque teníamos contacto muy íntimo con la paciente y ahora es todo mucho más frio, no hay tanto contacto con él bebe cuando nace"En cuanto a su opinión sobre el COVID-19, la cuarentena y el pico de casos, Micaela sostiene "Yo creo que cuando se prolongue el frio y la cuarentena se levante, se va a expandir, es esperable porque las personas se van relajando, cansando y en ese momento es cuando te podes llegar a contagiar. El pico se va a dar, en mayo, cuando esto se levante, pero va a haber, sobre todo cuando venga el frio y no quede otra que circular por la economía". Y continua "La realidad es que se trata de hisopar lo justo y lo necesario, entonces es difícil porque hay muchos pacientes que tienen coronavirus y que nos los estamos diagnosticando y no es porque no se quiera, sino porque no hay insumos. La realidad es esa"Sobre los cuidados personales que tiene a la hora de trabajar y al llegar a su hogar, expresa "en pre parto andamos con barbijo, cuando vamos a tender pacientes nos ponemos gafas, a veces máscaras y al momento de pujar o en el parto, uno trata de mantener distancia pero tenes que sostenerla y ayudarla, entonces nos colocamos mascara, guantes. Tomas los recaudos que toma cualquiera, de lavarte las manos seguidas, después de tocar a cada paciente, pero es difícil porque uno arranca a las 7am con todo puesto y ya después son las 2 am del día siguiente y es como que ya el barbijo no lo soportas más, te duele toda la cara de tener cosas puestas". "Cuando llegamos al sanatorio vamos con nuestra ropa, nos cambiamos en los casilleros, los cuales no tienen contacto con el sanatorio y nos ponemos ambos. No podemos ir con nuestra ropa, cuando ingresamos nos dan un ambo quirúrgico y la ropa queda guardada. Te pones botas descartables arriba de las crocs y barbijos quirúrgicos para circular en tu servicio. Cuando volvemos a casa, esa ropa la lavamos, desinfectamos el calzado, nos bañamos"Para finalizar, Micaela sostiene que, con respecto a Gualeguay, le gustaría que la gente siga siendo responsable, "aunque sea una población menor y puedan tener más libertad en la circulación, traten de salir solamente para lo que sea sumamente necesario e indispensable. Que no se relajen porque la realidad es que si nos relajamos, nos contagiamos. Y que traten de tener los mismos recaudos que tenían hasta ahora, que circulen con tapaboca, eso no te protege de contagiarte pero si de contagiar y si todos circulamos con tapabocas, ayudamos a que se propague menos. Que sean responsable y solo salgan para lo necesario", culmina.
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