Miriam Edith: "un día encontraré ese último abrazo que me falta"
Miriam Edith busca su identidad biológica. Fue anotada el 26 de octubre de 1973, cediéndole esa fecha como día de cumpleaños. Hicieron figurar un parto domiciliario en su casa de crianza, en el Barrio de Saavedra, CABA. El médico que la entregó, en un consultorio particular de la Avenida Córdoba y Callao, CABA, es oriundo de Entre Ríos.
Sus publicaciones en Facebook dicen lo siguiente: "Mirame. Buscate. Madre, padre, hermano, hermana, primo, prima, tío, tía, vecino o vecina que viste y no dijiste nada. Seguiré buscándome. No descanso. Porque me veo en los ojos de mis hijos pero me falta esa otra mirada que me espeje. Ese otro abrazo. Que me pases la receta del pastel de papas, que me digas que hacía frío o llovía esa noche cuando nací. Que me hables de lo que sentiste cuando me esperabas y tal vez no me querías porque no sabías qué ibas a hacer conmigo cuando naciera. Mirame, te estoy buscando.Hoy ando desandando el camino obligada por las circunstancias, pero agradecida por poder hacerlo muchas veces con esta misma sonrisa. Y hasta agradecida también al trompo que de la noche a la mañana me hizo darme cuenta de que mi vida cambiaba y que si no me reinventaba, estaba frita.Me sigo buscando. En los rostros, en los libros, en las letras apuradas, en los mates compartidos, en los malabares para llegar a alguna parte sin que tantos y tantas suframos demasiado. Me busco y me encuentro muchas veces. En los ojos de mis hijos, sobre todo. Y me guardo como un cachorro con frío buscando ese abrazo que todo lo cura. Un día encontraré ese último abrazo que me falta. Los tengo todos, nada más me falta esa figurita difícil. A ver, a ver si me ves y te reconoces en mis rasgos".Mediante estas publicaciones, conocimos su historia y pudimos contactarnos con ella. Sospecha que nació acá, en Gualeguay porque el médico es gualeyo y desde que nació hasta que la entregaron con sus padres apropiadores, como les llama ella, pasaron dos días. En esas 48 horas, le confesó su madre y su madrina, quién fue el contacto entre el profesional y sus padres de crianza, que la pareja que recibía el bebé tenía que esperar ese lapso para que todos se "aseguraran de que ese niño estaría estable clínicamente". Por eso, ella sostiene que en ese tiempo la trasladaron desde nuestra ciudad hasta Buenos Aires.Como institución, desde el diario, esperamos que esto sirva para que alguien se reconozca en sus ojos, en su mirada, en sus palabras y pueda decirle "acá estoy, esta es tu historia, esta es tu identidad". Acá va su historia:"Podría empezar contando que confirmé que no era hija biológica de quienes llamé papá y mamá cuando estaba embarazada de mi tercer hijo, en 2007. Siempre supe que no era hija de la panza, nunca me parecí a nadie de la familia y sentía que algo andaba mal conmigo. Se me extrañaban cosas comunes como abrir la heladera y servirme en mi propia casa de crianza, era como sentir que estaba de visita en otro lado y que eso estaba mal.Mis padres no podían concebir, decidieron acortar el camino de la adopción y hacer todo más rápido y fácil. Contactaron con el doctor que me entregó y luego de algunas entrevistas con él, esperaron el llamado.En un principio les llamaron avisando que había nacido un varón, pero por algún motivo la entrega de ese bebé se cayó y al tiempo les avisaron que había una nena. Era yo. Tuvieron que esperar 48 horas para ir a buscarme. Según el médico, era una especie de "garantía de salud", pero a partir de mi investigación y algunos datos de personas que están en el tema, probablemente esas 48 horas fueran el tiempo que usaban para sacar al bebé del lugar del nacimiento y llevarlo hasta el lugar de la entrega.Me fueron a buscar a un consultorio particular de la Avenida Córdoba y Callao, en Capital. Fui entregada desnuda y sin rastros de mi historia biológica, ni de procedencia, ni por supuesto de antecedentes familiares de ningún tipo. La condición de la entrega, previa a la entrega de un dinero "para cubrir los gastos del parto", era que los apropiadores no supieran ni intentaran saber nunca los datos de la familia biológica. Así fui criada, como si hubiera nacido de la panza de quien llamé mamá.Tres años después de mi llegada, aproximadamente, lograron concebir. Así que tengo una hermana de crianza. Mi padre falleció cuando yo tenía 16 años. Mi madre vive, formó otra pareja y lamentablemente hoy no tengo relación con ella ni con mi hermana. Me mudé lejos, con la familia que formé con mucho esfuerzo y amor. La relación con mi madre, a partir del "blanqueo" de mi historia se fue enrareciendo y puse mi salud mental y la de mis hijos por encima de todo. Me duele y la extraño todavía, así como a mi hermana también.El temor que tengo, es a verlo a los ojos y encontrarme frente a frente con él. No sé cómo reaccionaría él ni yo. Sucede que, de mi familia, siempre tuve respuestas negativas. La respuesta es que no busque, que ellos me habían criado con mucho amor, que no fuera desagradecida y me han hecho sentir culpa. Mucha culpa. Hoy aún cargo con un poco de ella, pero no me impide seguir.Otra vez le pedí que recapacite, que me ayude, que me cuide y no me juzgue por buscarme, que no me llame desagradecida por buscar de dónde vengo. Como no accedió, le dije que si no nos veíamos más iba a ser mejor para todos, pero que ahí ella me iba a estar abandonando y dos abandonos para mí ya eran mucha carga. Así lo vivo.Por los motivos que tuviera mi madre biológica, fui separada de ella cuando nací. Y mi madre de crianza no hizo mucho para cuidar nuestra relación. Yo empecé a buscarme.La causa penal contra el médico no la inicié yo ni soy querellante. Sólo me citaron a declarar como testigo el año pasado. No tengo abogado. No puedo saber novedades del expediente salvo que involucren directamente a mi persona. Por ejemplo, que encuentren a mi madre o familiares directos.Esto de difundir mi imagen es para chequear parecidos. En estos días estuve viendo los perfiles de la gente de Gualeguay que me han pedido amistad. Hubo otras personas que han comentado y me busqué en todas esas fotos, de sus familias, de sus amigos, tratando de buscar unos ojos parecidos, una sonrisa parecida. La verdad es que están siendo unos días intensos, pero no le aflojo y espero poder, algún día, encontrar mi verdad y por supuesto ese abrazo que me falta".Marilina Camino Gomensoro
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