Almeida desarrolló una destacada trayectoria en los medios locales, donde se ganó el afecto y el respeto de la comunidad por su compromiso profesional, su estilo cercano y su mirada siempre atenta a la realidad de la ciudad. Además, fue docente y directivo de la Escuela Nº 37, institución que este año celebró su centenario.

En ese marco, en marzo pasado, la escuela inauguró un aula que lleva su nombre, un gesto que simboliza el reconocimiento a su labor educativa y su fuerte vínculo con la institución. Ese espacio se ha convertido en un lugar de memoria activa, donde cada día nuevos alumnos transitan bajo la huella de un maestro que dejó mucho más que enseñanzas: dejó valores.

A cinco años de su partida, Gualeguay sigue recordando a Taki con afecto, gratitud y la certeza de que su legado continúa presente.