Retratos íntimos
Rodrigo Ayala. Reconocido pediatra de nuestra ciudad.
La definición más simple de mi historia es que soy muy feliz. Tuve dos problemas importantes, uno fue cuando falleció papá, yo tenía 16. El otro fue cuando murió mamá. Fueron dos etapas feas.
Sin embargo, en general fui muy feliz a lo largo de mi vida. Mi etapa profesional fue un placer. Pude estudiar a fondo dado que tuve facilidades para ir a Buenos Aires. Pude dedicarme plenamente a hacer la residencia, fui Jefe Residente. Una vez recibidio viajamos con un grupo de compañeros a hacer un plan de salud debido a que me interesaba realizar medicina hospitalaria y social. Luego volví acá a hacer medicina mixta, es decir, pública y privada.
En la parte recreativa el fútbol me gusta mucho. Me encanta estar en la cancha, disfrutar del juego, de los compañeros y de los rivales. Otra cosa que hice fue volar, fui piloto de avión. Llegué a hacer varias horas en avión.
Otro de los grandes placeres míos es el campo. Yo viví hasta los 9 años allí. En Las Guachas en Tala. Estábamos mamá, papá, mi hermana, los peones de la estancia y yo. Luego vinimos a la ciudad y estudié en la Escuela Normal. De ahí a la universidad.
Fue muy difícil pasar del campo a la ciudad. Yo era muy paisano, me costaba hablar y leer. Así que lo sufrí bastante. No obstante, con la ayuda de mis maestras, por ejemplo la recordada Coca Curi, lo superé. Me pude adaptar.
También tuve un conjunto folclórico con el Negro Echeverri, Tachi Matorras, Omar Massoni y “el correntino” González. Estuvimos bastante tiempo, todos vocales, el conjunto se llamaba Los Chucaros.
Medicina es una carrera muy larga y difícil. Conté con todo el sacrificio de mi familia para poder estudiar.
Cuando llegué a cuarto o quinto año llegó el momento de decidir qué es lo que te querés dedicar. A mi me gustaba mucho la parte de la naturaleza y las ciencias biológicas. Además, me interesaba el servicio hacia la humanidad. Asi que se juntaban en la medicina el hecho de realizar un bien a los demás y amalgamar la parte biológica.
Elegir la especialización en pediatría fue algo que se fue dando. En medicina tenes las ciencias básicas y luego pasas a la unidad hospitalaria. Ahi ya comenzas a estar con enfermos. Cuando me tocó la rotación en pediatría, a mi me pareció que era el área que más me convencía dado que tenía un aspecto social que estaba ligado al padre, la madre, el medioambiente. A su vez, no tenía problemas para empatizar con los chiquitos. Ahi me decidí por pediatría y la volvería elegir. No es para nada rentable y somos los que estamos mas en contacto con la parte difícil de la injusticia social y ahi vemos como sufren los chicos con problemas que no deberían existir, tal como la desnutrición.
Para mí la salud es un derecho. Nosotros con mis compañeros quería tener una medicina estatal como es, por ejemplo, en España, Inglaterra o Francia. Allí hay un sistema de seguro de salud donde vos vas y te atendés en un hospital público bien puesto seas quien seas. Tienen todos el mismo derecho en lo que respecta a la salud. No como acá que los hospitales públicos no cuentan con todas las herramientas.
Después que terminé la residencia me fui a un plan de salud en La Pampa en el cual era todo medicina hospitalaria, nada más. Éramos siete pediatras, siete clínicos, dos cardiólogos, cuatro traumatólogos, dos anestesistas, un radiólogo, una nefrólogo. Eramos un equipo divino y fantastico. Duró dos años. Fue una experiencia fantástica. Nostros fuimos en 1974/1975 y en 1976 vino el golpe militar y chau, se acabó todo. A partir de ese momento éramos mirados de reojo, tuvimos miedo. Uno de los compañeros nuestro estuvo preso y la pasó feo porque fue uno de los que organizó todo ese plan de salud en La Pampa.
A propósito de la dictadura creo que actualmente hubo un tiempo en el cual la sociedad había aprendido algo de todo eso. Sin embargo ahora creo que estamos volviendo para atrás. Yo veo cosas muy agresivas, muy violentas por parte d ela sociedad y de algunos dirigentes. Hay mucho odio que yo creo que fue creado. Los medios influyen mucho y se está dando en todos lados, no es solamente en Argentino sino en todo el mundo. Asi que esta situación no me gusta nada. Hay que pelearla para que no vuelva a ocurrir.
Yo creo en la política, aunque pueda haber políticos que lo hacen solamente para bien propio, para interés propio. Pero como te digo, para mi la política es fundamental. En esta línea tuve compañeros médicos que fuen brillantes en todos sentido, en la aprte de salud y en lo político también. Aprendí mucho de ellos.
Perder a mi papá en una edad temprana me afectó muchísimo. Sin embargo tuve la ayuda de un hermano de mi mamá, Chocho Rodríguez Vivanco, que fue como un segundo papá para mi. Y después un primo mío, Horacio Pabón Ezpeleta, que fue abogado y profesor, fue también otro gran apoyo mío en esos años. Y obviamente mi mamá, que fue una mujer fantástica y había sido maestra extraordinaria en el campo.
Yo creo que la felicidad no es algo permanente. Siempre tenés momentos que te sacan de ese bienestar. Después todo es placentero. Yo tengo una familia divina, tengo todavía el campo que recibió papá asi que vamos mucho ahi. Allí para nosotros es un paraíso. Disfrutamos mucho junto a mi mujer Blanqui y mis hijos.