Tres alemanes en Gualeguay
Dialogamos con Tobías Mermagen, Jaro Hamm y Nikola Mihajlovski: tres turistas alemanes que pasaron por el Corso y se quedaron en nuestra ciudad durante tres días. En la entrevista nos cuentan qué les pareció Gualeguay, qué hacen en la Argentina, y qué cosas les gustan y cuáles no de nuestro país.
San Antonio de Gualeguay tiene, según el último censo del año 2010, más de 43.000 habitantes. Definitivamente, ya no nos conocemos todos. Sin embargo, la presencia de tres alemanes no puede pasar desapercibida. Sea por el acento al hablar (con un muy buen dominio del castellano, dicho sea de paso), o por el desconocimiento de la cadencia típica de sus calles, aquellos que tuvieron la oportunidad de cruzarse con los tres visitantes habrán notado que no eran de la zona. Aprovechamos esta otra oportunidad que nos da el carnaval, decidimos preguntar cómo nos ven personas que vienen de lugares y culturas que están a más de doce mil kilómetros de distancia. Sus voces se mezclan en la entrevista en una sola para favorecer la lectura.Por qué Gualeguay y por qué ArgentinaEl motivo por el cual vinieron a nuestra ciudad, "fue el carnaval, la espuma". Todos coincidieron que se sintieron "muy bien, nos gustó, la pasamos de lo mejor, re bien, la verdad que fue un placer". Se dieron el gusto de "conocer el carnaval, la espuma y gente". También se llevaron algún recuerdo en sus ojos de la guerra con los pomos pero lo disfrutaron con mucha alegría. Ellos están viviendo en la provincia de Buenos Aires por unos meses, y no volverán a Alemania hasta después de mitad de este año. Consultados sobre cuál es su actividad en el país, explicaron que están acá "haciendo un voluntariado, vinimos para conocer gente, la cultura del país y la vida de Argentina". Tobías trabaja "en un comedor comunitario en maquinista Savio, cerca de Escobar". Jaro hace lo propio "en un hogar de niños en Campana". Por su parte, Niko da "clases de alemán en un colegio en Los Cardales". En los próximos párrafos veremos cuál es su mirada de nuestra cultura."La gente es más abierta"Consultados sobre cómo ven nuestras costumbres, explicaron que lo primero que les llamó la atención "fue el idioma, porque tiene muchas frases o palabras que no son como en España". Disfrutan mucho de "la comida de acá, como el dulce de leche, el asado que es lo mejor, las empanadas que son muy ricas". También les resulta "sorprendente la vida que llevan, cómo preparar mate, el tereré, cómo sale la gente hasta muy tarde y se divierte muy bien". Han caído en la tentación de la siesta, y destacaron que "la gente es más abierta y no tan cerrada y fría, ya que por más que no conozcas a alguien siempre hay un abrazo, un beso, un saludo, un hola, che, qué onda, cómo andás". En general, los recibieron "muy bien, nos gusta, te sentís más bienvenido acá, que si vas a Alemania", compararon.Lo que no les gustaSiempre la mirada externa puede ver cosas que la costumbre nos esconde. Con mucho respeto, estos jóvenes de no más de veinte años cada uno, indicaron que lo que cambiarían del país "es la criminalidad, la calle, los robos, los barrios cerrados, no nos gustan los countries". En el mismo sentido, notan con pesar que "la sociedad se separa entre los muy pobres y los muy ricos". Lógicamente, al vivir en Buenos Aires, sienten que "es peligroso, depende dónde estás es muy peligroso". Tampoco se sienten a gusto con "la corrupción, la policía, el gobierno, y la inflación, porque acá es muy caro vivir". Al respecto, se mostraron sorprendidos porque "cuando vas a un supermercado pagás veinte pesos por un litro de leche y sólo dos pesos van al productor". Finalmente, y siempre en un marco de mucho respeto lamentaron el "estado de las calles, la infraestructura que es muy pobre", y que es todo "sea muy burocrático, peor que en Alemania".Una experiencia positivaDejando de lado las cosas que ven negativas en nuestro país (sus críticas marcan claramente que les gustaría que nos vaya mejor), se van "contentos con la experiencia". Aseguraron que al volver a su país intentarán vivir "más tranquilos cuando algo pasa, como acá que lo hacés de vuelta, no te preocupás". La gente se la arregla a pesar de todo, y "vive más libre, más despacio, más tranquila". Saben que son "diferentes standars de vida", y ahora podrán valorar mucho más las cosas que tenemos, como una máquina para lavar platos, y también que las casas y las calles estén en mejor estado". Cuando vuelvan a Alemania van a estar más tranquilos y no siempre "tan preocupados". Lo que más los marcó es que acá "no hay cosa que sea más importante en la vida que la familia y los amigos, y no toda la gente en Alemania lo aprende". Ellos lamentan que allá a veces "sólo vale la plata y acá no". Finalmente, no quisieron dejar de agradecer en la entrevista a todas las personas que los recibieron y los orientaron en la ciudad. Gualeguay, una vez más, hizo gala de su cordialidad.
ESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
ACCEDÉ A ÉSTE Y A TODOS LOS CONTENIDOS EXCLUSIVOSSuscribite y empezá a disfrutar de todos los beneficios
Este contenido no está abierto a comentarios