Dr. Bernardo “Cacho” Gandini
Una información necesaria…6ª Entrega

El burnout de padres o “cabeza quemada” o desgaste crónico, es un cansancio intenso que lleva a sentirse desapegados de sus hijos e inseguros en habilidades de crianza.
Con frecuencia se llega, tratando de alcanzar la perfección. Cuando el estrés diario de la crianza se vuelve crónico, sobreviene un agotamiento extremo, cansancio intenso que lleva a sentirse desapegados de hijos e inseguros de habilidades de padres. Las investigaciones buscan cómo se pueden mejorar las habilidades emocionales de los adultos, especialmente los padres y madres; las consecuencias de estos cambios permiten mejoría psicológica, física y social. En la vida actual, existe un contexto cultural con mucha presión sobre los padres; cualquier cosa que permita recargar sus baterías evita el agotamiento, es saludable para los niños. El cansancio extremo lleva a la desatención de necesidades físicas, educativas y emocionales de sus hijos y tendencia a violencia verbal, física o psicológica. El agotamiento se asocia con: ideas de escape (salir de la rutina), negligencia y violencia. Si desea demasiado hacer lo correcto, puede terminar haciendo lo incorrecto. Los profesionales de la salud y servicios infantiles deben estar informados sobre el agotamiento de padres para que puedan diagnosticarlo con precisión y brindarles la atención más adecuada. El agotamiento no es sólo para las madres, el burnout afecta al 5% de padres y madres. Las mujeres son dos veces más propensas a presentarlo. Los más proclives son: adultos solteros con pequeños a cargo, la crianza de niños con necesidades especiales, los padres con enfermedades mentales pasadas o actuales, con tendencias perfeccionistas y los que están socialmente aislados con poco apoyo práctico o emocional. Hay cuatro síntomas típicos, que pueden ayudar a darse cuenta del padecimiento y en orden de frecuencia son:
.-Agotamiento: A nivel emocional, sensación de intolerancia, sensación de no poder pensar correctamente y/o fatiga física.
.-Pérdida del placer de paternazgo o maternazgo.
.-Distanciamiento emocional de los niños: Sin energía para involucrarse en la relación. Hacen lo que tienen que hacer, pero nada más.
.- Darse cuenta de que ya no es el que alguna vez fue, y mucho menos el que quería ser, lo que genera sentimientos de extrañeza, culpa y vergüenza.
Estos síntomas no siempre se perciben, y sólo reconocidos por profesionales en consulta.
Entre las consecuencias puede existir un trastorno del sueño, problemas de salud, aumento del consumo de alcohol, pensamientos suicidas. Primero se descuidan necesidades emocionales del niño, seguidas de violencia verbal. Si el agotamiento de padres es severo, puede haber violencia física. La irritabilidad emocional genera conflictos matrimoniales y puede generar el mismo cuadro en el otro/a. Si se logra encontrar tiempo personal, usarlo y no sentirse culpable. Será un mejor padre gracias a ello, y puede brindarse el ejemplo, de la importancia del cuidado personal, a los hijos.
Dr. Bernardo “Cacho” Gandini
“Lo que se dé a los niños, los niños darán a la sociedad”
Karl A. Meninger