Por el obispo diocesano Jorge Lozano
Jóvenes con sueños y amenazas
La etapa de la juventud solemos identificarla como el tiempo de forjar sueños e ideales. Es el momento en el cual se imagina y proyecta el propio futuro y el del mundo. Mirándose a uno mismo, se cultivan los anhelos de crecer en el amor, formar la propia familia, estudiar y trabajar. De cara al mundo sueñan con una sociedad más justa, con valores distintos al egoísmo y la superficialidad. Y también —por qué no decirlo— esos ideales abarcan el deseo de una Iglesia más cercana a ellos y a la gente, que apoye y acompañe el camino de la humanidad (como expresa el Papa Francisco, una Iglesia que salga y se arriesgue al accidente, dejando la enfermedad del encierro).
Hace pocos días se realizó en Brasil el XXVIII Encuentro de Diócesis de Frontera. Participaron obispos, sacerdotes, laicos, consagrados de 14 diócesis de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Como preparación de la Jornada Mundial de la Juventud (que será en Río de Janeiro a fines de Julio con el Papa Francisco alentando entre los jóvenes) la reflexión giró en torno a "las situaciones que amenazan la vida y el futuro de la juventud".Riesgos que acechan en la vida y ponen en riesgo los sueños juveniles. Entre las amenazas mencionadas en el Mensaje Final del Encuentro se consignan: "Las situaciones de violencia que sufren los jóvenes, pero también la percepción social del joven como amenaza." A veces se les tiene miedo y se los considera peligrosos. Se forman estereotipos que son como sentencias irrevocables. También se mencionó "La discriminación racial y social que sufren muchos jóvenes"."La desocupación, el subempleo y la inserción laboral prematura, con abandono de los estudios", y en muchos "la falta de motivación para continuar estudiando y/o buscar trabajo". Una seria amenaza en lugares de pobreza rural y urbana está constituida por "el tráfico de personas con fines de explotación sexual o laboral".Los participantes también lamentaron "políticas educativas estatales que promueven una antropología disgregada: visión de la sexualidad reducida a la genitalidad y separada del amor y legislaciones que pretenden convalidar formas de matrimonio y familia que no corresponden a la visión cristiana". Existe también "la iniciación sexual prematura, la maternidad (y también paternidad) precoz".Pese a que adolescentes y jóvenes suelen mostrarse como autosuficientes, sin embargo están en un tiempo de cambios que a ellos mismos los hace sentir inseguros: "los miedos que se apoderan del corazón de los jóvenes: convertirse en excedente social, morir y quedar desconectados de las nuevas tecnologías de comunicación, con las que viven gran parte de su vida social".Pero debemos buscar que estos peligros no nos paralicen impidiéndonos respuestas positivas. Hubo coincidencia también en algunas propuestas: "promover el encuentro con Jesús y enraizar a Dios dentro de la gente", animándonos a "cambiar las estructuras caducas". "Dejarnos fascinar por Cristo y por la vida de los jóvenes, renovar la opción preferencial por los jóvenes y apasionarnos por la Pastoral Juvenil." "Proponer a los jóvenes el encuentro con Jesucristo vivo y su seguimiento en la Iglesia, a la luz del Plan de Dios, que les garantiza la realización plena de su dignidad de ser humano." "Formar adultos capaces de acompañar a los jóvenes, insertos en la realidad y dispuestos a brindar con generosidad tiempo para estar con ellos.""Hay cosas hechas, pero necesitamos seguir creciendo. Necesitamos atraer al joven que perdió las esperanzas y lograr generar el espacio para que Dios tenga la oportunidad de cambiar su vida." Mostrar la belleza de la fe y de la vida comunitaria. Sin duda tenemos grandes desafíos por delante. La Jornada Mundial de la Juventud será ocasión de alentarnos en la fe y renovar el rostro joven de la Iglesia.
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