Jornada mundial de los pobres
Este domingo con el lema “no amemos de palabras sino con obras” (I Jn 3,18) ha querido el papa Francisco que celebremos “la jornada mundial de los pobres”.
Dice el pontífice argentino: "Al final del Jubileo de la Misericordia quise ofrecer a la Iglesia la Jornada Mundial de los Pobres, para que en todo el mundo las comunidades cristianas se conviertan cada vez más y mejor en signo concreto del amor de Cristo por los últimos y los más necesitados. Quisiera que, a las demás Jornadas mundiales establecidas por mis predecesores, que son ya una tradición en la vida de nuestras comunidades, se añada esta, que aporta un elemento delicadamente evangélico y que completa a todas en su conjunto, es decir, la predilección de Jesús por los pobres.Invito a toda la Iglesia y a los hombres y mujeres de buena voluntad a mantener, en esta jornada, la mirada fija en quienes tienden sus manos clamando ayuda y pidiendo nuestra solidaridad. Son nuestros hermanos y hermanas, creados y amados por el Padre celestial. Esta Jornada tiene como objetivo, en primer lugar, estimular a los creyentes para que reaccionen ante la cultura del descarte y del derroche, haciendo suya la cultura del encuentro. Al mismo tiempo, la invitación está dirigida a todos, independientemente de su confesión religiosa, para que se dispongan a compartir con los pobres a través de cualquier acción de solidaridad, como signo concreto de fraternidad. Dios creó el cielo y la tierra para todos; son los hombres, por desgracia, quienes han levantado fronteras, muros y vallas, traicionando el don original destinado a la humanidad sin exclusión alguna".Y en ese mismo mensaje recuerda el sucesor de Pedro las palabras de San Juan Crisóstomo un obispo de la antigüedad cristiana: "Son siempre actuales las palabras del santo Obispo Crisóstomo: "Si queréis honrar el cuerpo de Cristo, no lo despreciéis cuando está desnudo; no honréis al Cristo eucarístico con ornamentos de seda, mientras que fuera del templo descuidáis a ese otro Cristo que sufre por frío y desnudez".Bello es recordar también las palabras de Pedro Casaldáliga; bellas y comprometedoras: "Al final de la vida me preguntarán: ¿has amado?.../Y yo no diré nada./Mostraré las manos vacías/ y el corazón lleno de nombres".Pero ¡cuidado! Para hacer algo por los pobres necesitamos primero saber lo siguiente: quien me necesita precisa primero mi persona y luego mis bienes. No sólo se trata de "dar"...se trata sobre todo de "darme".No se trata de hablar de los pobres para "darnos chapa" a nosotros mismos.Así como no hay que tomar el nombre de Dios en vano tampoco hay que tomar el de los pobres en vano.Hay que "dar hasta que duela" decía Madre Teresa.Los que creemos en Jesús y en el Espíritu que sopla en la Iglesia hacemos todo por Jesús.El trabajo por la justicia y la caridad tiene como punto central el amor al Corazón del Abandonado que se hizo pobre en las entrañas de su Santa Madre, pobre en la cruz y que se hace pobre cada día en los altares bajo apariencia de pan.
ESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
ACCEDÉ A ÉSTE Y A TODOS LOS CONTENIDOS EXCLUSIVOSSuscribite y empezá a disfrutar de todos los beneficios
Este contenido no está abierto a comentarios