La pandemia y los hábitos no saludables: un plus para ocuparse 2ª Entrega
Continuando con los mitos sobre el tabaquismo: una de las autoras de la revisión, Gemma Taylor, concluyó: "A muchos fumadores les preocupa que abandonar el cigarrillo altere sus relaciones sociales.
Que les produzca un sentimiento de soledad. Sin embargo, pueden estar tranquilos, ya que dejar de fumar no parece tener un efecto negativo sobre la calidad de vida social.
Algunos fumadores intentan dejar por su propia cuenta, otros buscan ayuda, pero no reciben el tratamiento adecuado o el apoyo necesario para dejar una sustancia que han consumido por mucho tiempo; entonces, se sienten frustrados y aumenta la creencia de que al abandonar el cigarrillo, no hay bienestar posible.
El tratamiento correcto para dejar de fumar incluye fármacos y psicoterapia de apoyo. Las guías de la mayoría de los países contemplan la terapia de reemplazo nicotínico como parches o chicles de nicotina, el medicamento vareniclina y el bupropión. La psicoterapia de apoyo es especial para acompañar la cesación del tabaco. Tiene un protocolo que implica entre 6 y 10 encuentros con la persona que quiere dejar de fumar; puede ser individual o grupal.
Los especialistas en tabaquismo explican que los fumadores asocian el cigarrillo a ciertas situaciones de su vida y le dan un significado; suelen decir que el cigarrillo los calma y les baja el estrés. Sin embargo, fumar aumenta el estrés del organismo, ya que aumenta la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la liberación de mediadores inflamatorios, la tensión de la piel. Es decir, lo que cree el fumador es una falacia. Si no fuman durante unas horas confunden con estrés a la abstinencia a la nicotina".
Cuando las personas dejan de fumar desarrollan síndrome de abstinencia. Sus síntomas son muchas veces confundidos con empeoramiento de la salud mental, como la ansiedad inicial, la irritabilidad, la pérdida de la concentración o la inquietud. Pero esos síntomas desaparecen ya que la necesidad de nicotina dura 2 a 3 meses. Gran parte de los fumadores tienen una afección psiquiátrica asociada, como depresión por ejemplo, y a estos pacientes les cuesta más dejar de fumar. Cuando indicamos el tratamiento de tabaquismo, tratamos que la persona esté estabilizada psiquiátricamente, por varias razones. La primera es que el tratamiento es cognitivo conductual y debe tener la actitud y voluntad del paciente para encararlo. La segunda es que tenemos que usar fármacos y siempre es bueno darlos en una persona más estabilizada. Si los fumadores tienen miedo de dejar porque aún creen que les podría empeorar la salud mental, los profesionales de la salud podrían citar nuestra revisión y explicarla a los pacientes.
El mensaje de la revisión es clave: las personas que dejan de fumar no suelen experimentar un empeoramiento de su estado de ánimo a largo plazo, tengan o no un trastorno mental.
Dr. Bernardo "Cacho" Gandini