3er. Domingo de Junio: “Día del Padre”
“El Debate Pregón” desea ¡Feliz Día para todos los Padres!
El “Día del Padre” es un día conmemorativo en el cual se celebra al padre dentro de la familia. La fecha de celebración del Día del Padre varía de país a país; en la Argentina es el tercer domingo de junio. Las vivencias de los padres difieren mucho de una familia a otra, y muchas veces no es necesario ser padre biológico para sentir ese afecto especial.
Ocurre además que es un día que se corre detrás de regalos, pero debemos pensar que el mejor obsequio es el cariño, ese que le debemos brindar todos los días. El mejor regalo para todo hombre son los hijos; y para todo hijo es tener un padre que lo guíe y lo proteja."El Debate Pregón" conversó sobre esta celebración con Emilio y Eduardo Chiozza, a quienes se sumó la tercera generación, Fermín. Por otra parte lo hizo con Pedro Kablan, un hijo y un padre con mayúsculas. Y con su exquisita prosa, Chichita Bascoy nos habla de su padre.Los Chiozza: "Unidos por el afecto familiar y por el amor a la actividad física"Emilio Chiozza nos comenta acerca de la relación con sus hijos: "-Soy de otra época, cuando no había tantas salidas, ni peligros, por lo que nuestra relación fue muy linda con mis cuatro hijos. Con mi esposa nos complementábamos muy bien como pareja y como padres; hablábamos el mismo idioma y de ahí la formación que les pudimos dar. Tengo cuatro hijos, Eduardo, dos años de diferencia, Daniel, un poquito más lejos Diego, y pasados varios años llegó Guillermina."Con referencia al mayor, E. Chiozza nos dice: "A Eduardo lo tuve como alumno durante los 5 años del secundario. En esa época se formaban para dar la asistencia y él se mostraba como un alumno más diciendo ante el llamado: "Presente, señor". No había diferencias con mis otros alumnos. Compartimos campamentos en el Sur junto a muchos adolescente y profesores, algo que en estos tiempos no se da prácticamente, ya que es muy difícil como docente y como padre llevar a un grupo durante 15 días a miles de kilómetros a hacer una vida de pura actividad campamentil, alejados de las ciudades y prácticamente sin medios de comunicación.""Eduardo me siguió mucho en mi actividad docente, pero yo quería que estudiara otra cosa, que tuviera otra profesión, pero parece que mi amor por la docencia y la actividad física lo marcó tanto que es profesor como yo" Y luego agregó: "-Hay algo que descubrí un día: yo estudié en San Fernando y él en Santa Fe; los dos fuimos muy buenos alumnos, él escolta de bandera, y fijándome en los promedios me di cuenta que teníamos más de 8,50 los dos, con la diferencia de un centésimo a mi favor. Hasta en eso nos parecemos."Por su parte, Eduardo aporta: "-La infancia y la adolescencia para los de mi generación fue hermosa porque, comparado con la de nuestros hijos, teníamos más libertad para andar en la calle, jugar, divertirnos, salir de noche, ir a bailar; irnos a pescar y pasar las noches en carpa era algo muy natural y sin temor, porque no había la inseguridad de hoy y el temor que nos infunde."Luego Eduardo recuerda la estrecha relación con su padre: "-Con mi hermano Daniel lo seguíamos mucho a papá. Íbamos al Centro de Educación Física, donde él era el director, y no sólo a los días de clase, sino los fines de semana cuando él marchaba a picar escombro, a cortar el pasto, a limpiar la pileta. Me incliné por el deporte y gran parte de mi adolescencia la pasé entre mi casa y el Centro."Más adelante E. Chiozza recuerda: "-Él trató de inclinarme hacia otra profesión y es así que comencé Ingeniería en Concepción del Uruguay, carrera que a los pocos meses dejé porque no me gustaba. Me fui a Santa Fe y en menos de 3 años hice la carrera, me recibí de profesor de Educación Física con el segundo promedio. Enseguida me vine a trabajar, estuve en el Centro alrededor de 15 años, ahora soy docente en el Profesorado. Hace 25 años iniciamos con papá el emprendimiento familiar "Smash Tennis Club" que en sus primeros tiempos me hacía acordar mucho a los comienzos del CEF ya que hacíamos de todo, desde arreglar las canchas, cortar el pasto, barrer, limpiar, hasta que se encaminó un poco. Y ver que esto siga funcionando así y sigamos juntos, me llena de al placer."Con referencia a sus hijos, Eduardo señala: "-Con Pierina, Sofía y Fermín, mis hijos, los tiempos son muy distintos a los nuestros; tenemos temores, preocupación por la seguridad de ellos, pero uno no puede coartarles la libertad, así que los aconsejamos para que tomen las precauciones, para qué nada malo les ocurra. Tanto las chicas, como Fermín tienen inclinación por el deporte. En este momento él está pasando por una buena etapa, así que lo acompaño todo lo que puedo en sus clases, en sus viajes, en los torneos. Trato de inculcarle el deporte para el desarrollo de los valores y el día de mañana decidirá lo que quiere seguir en cuanto a su profesión."Finalmente le preguntamos a Fermín por su abuelo y por su padre. Con mucho cariño destaca a su abuelo Emilio como "un campeón", y a su papá como buen deportista y entrenador.Pedro Kablan: "A don Pedro yo lo admiraba y era mi papá"Pedro Kablan nos habla con mucho cariños de su papá: "-Mi padre fue un libanés, petizo, de ojos marrones, que me regaló lo mejor que podía recibir como hijo: ser buena persona. Hasta el día de hoy llega gente a mi consultorio para contarme de él. Mi primer paciente entró al lugar donde atendía y me dijo: "no vengo para que me revises, vengo a contarte que tu papá fue mi amigo. A pesar de que a los 14 años lo perdí, tengo el orgullo de admirarlo hasta el día de hoy, es mi ejemplo y el de mis hermanos."Pedro recuerda esa relación tan estrecha: "-Teníamos interminables charlas "sin celular", ni computadoras. Caminaba de la mano con él a los 13 años y no me daba vergüenza. Escucharlo, abrazarlo y darle un beso se lo recomiendo a todos los hijos que tienen a su padre al lado. Yo lo hacía y me felicito todos los días."Con respecto a su familia, P. Kablan nos dice: "-Éramos ocho hermanos, otras épocas, muchas dificultades económicas, pero con el firme ejemplo y enseñanza de mis padres que nos inculcaron que con sacrificio y trabajo se puede llegar a lo que nos proponemos. Marta, mi mamá, única; fue nuestro padre y madre cuando se fue papá; siempre poniéndolo como ejemplo." Y agrega con orgullo: "-Hay mucha gente como él, pero a don Pedro yo lo admiraba y era mi papá."Luego se refiere a su rol paterno: "-Yo como padre, ni cerca. Procuro ser lo mejor posible; sin ser original, sólo trato de copiarme de mi padre. Tengo dos hijos varones, Pedro y Alejo. No tengo hijas mujeres porque hice un trato con Dios. Si me daba una "chancleta, sería muy celoso y decidió que no le "jodiera" la vida. Mi sueño es verlos crecer y acompañarlos."Volviendo a sus hermanos y a su padre, Pedro Kablan nos dice: "Mis hermanos son excelentes. Crecimos y aprendimos juntos; somos muy unidos y nos admiramos mutuamente. Creo que cumplimos con el sueño del libanés de ojos marrones."Lea más en la edición impresa en papel
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