El Dr. Walter Casagrande disertará sobre ACV en nuestra ciudad
El Dr. Walter Casagrande, Médico Neurocirujano, oriundo de nuestra ciudad, que ejerce su profesión en el Hospital Fernández y en el Sanatorio Güemes disertará el próximo viernes a las 19 hs. en el Salón de Conferencias del Colegio de Médicos de Gualeguay con entrada libre y gratuita.
Un accidente cerebrovascular (ACV) ocurre cada 4 minutos en la Argentina, es la segunda causa de mortalidad solo superada por la cardiopatía isquémica según la OMS y la primera causa de discapacidad en los adultos. Desde el punto de vista de su patogenia se los divide en isquémicos y hemorrágicos. Los ACV isquémicos constituyen el 85% de los casos y están relacionados con la obstrucción de los vasos arteriales por un trombo o coágulo. La base de la enfermedad está vinculada a hipertensión y hipercolesterolemia, por este motivo y dado que esta enfermedad no tiene cura, lo mejor es la prevención. Hay factores de riesgo que no son modificables como la edad (mayores de 55 años), sexo (predominio en sexo masculino), antecedentes familiares de ACV y haber padecido un episodio previo, que aumenta el riesgo de que ocurra un segundo ACV. Los factores de riesgo modificables y cuyo control ayuda a prevenirlo son: hipertensión arterial, diabetes, obesidad, sedentarismo, hábito de fumar, stress, hipercolesterolemia, etc. El diagnóstico de ACV es complejo y requiere la utilización de métodos complementarios de diagnóstico como tomografía computada y resonancia magnética nuclear de cerebro. El tratamiento agudo del ACV isquémico requiere de un diagnóstico certero y rápido dado que se puede mediante tratamientos con drogas disgregar el trombo y permitir la revascularización del tejido cerebral dañado. Este tratamiento se llama trombolisis y debe hacerse dentro de las primeras 6 horas desde el inicio del accidente. El período promedio en el que se llega al diagnóstico de ACV es de 13 horas. La aplicación de este tratamiento no está exento de riesgos y las complicaciones, sobre todo hemorrágicas, se pueden producir en el 6 % de los casos. Esto hace necesario que se aplique un protocolo que debe ser ejecutado por personal sanitario entrenado. Hay circunstancias como el TIA (accidente isquémico transitorio) una forma breve de ACV con recuperación completa o infartos cerebrales muy extensos, en que esta terapia no es aconsejable porque los riesgos exceden a los beneficios.
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