Gabriel Otero, otra víctima del Caso Micaela

El abrazo entre el Néstor “Yuyo” García y Gabriel Otero fue una de las imágenes de la sentencia. Tanto desde el entorno de Micaela como desde la Justicia, todos coinciden que este hombre no tuvo nada que ver con los terribles hechos que se cobraron la vida de la joven uruguayense. Amablemente, nos recibió en su casa apenas conocido el veredicto y mantuvo un extenso diálogo con El Debate Pregón.
Apenas a una cuadra del Parque Quintana, nos acercamos a compartir unos mates con la familia de Gabriel Otero. Allí estaba su padre biológico (a todos les molestó el mote de 'hijastro de Wagner' que los medios reprodujimos una y otra vez), visiblemente conmovido por toda la situación, y allí mantuvo prisión domiciliaria, gracias a que una tía lo apoyó en los momentos más difíciles. El comienzo del diálogo, a horas de su inocencia, es para agradecer al Dr. Farías: "A pesar de que no es un abogado público, siempre me habló de que si no podía salir podíamos apelar. Te voy a defender, te voy a dar una mano, y sé que sos inocente, me dijo, estoy muy agradecido con él", expresó."Pidió disculpas pero no alcanza para nada"Párrafo aparte mereció el vínculo que mantenía con Sebastián Wagner, quien convivía con su madre, en la casa del frente: "Sufrí mucho todo lo que hizo, porque siempre le brindamos lo mejor y tuvo todas las oportunidades, pero fue decisión de él. Tendría que haber pensado en mi mamá que fue la que le dio la oportunidad". Mucho se ha hablado de todo es vínculo, y Otero lo expresa en primera persona: "Se arruinó solo, y tuvimos discusiones, pero mi mamá lo controlaba mucho porque lo quería ayudar y que salga adelante. Lo que hizo es muy lamentable, porque mató, violó, un desastre". Los actos de Wagner tuvieron consecuencias graves en los últimos seis meses para él: "Me tuve que comer todos estos garrones, vivir esposado, fui una víctima más de todo lo que pasó. Y lo que más me dolió es que él se presentó en Tribunales y no fue capaz siquiera de decir lamento mucho lo que está pasando la familia, se lavó él. Me pidió disculpas pero no alcanza para nada, me va a costar mucho entender todo lo que hizo". Una de las cosas más crueles que sufrió fue el prejuicio: "Quedé mal yo por culpa de él. Voy a tener que comerme muchos problemas, porque la gente te juzga mucho, mucho escrache en el Facebook". De todas formas, se muestra fuerte junto a su gente: "Me preocupo por mi familia, y las palabras van y vienen".LEA MÁS EN LA EDICIÓN IMPRESA
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