Payamedicina: el beneficio del arte en la salud
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Camila Gamboni, es una joven gualeya estudiante de enfermería y payamédica. En diálogo con El Debate Pregón se explaya sobre la imagen que se tiene sobre ese tipo de práctica y todo lo que hay detrás. Además anuncia un taller intensivo de payateatralidad que llega a la ciudad en mayo.
¿Cómo te enteraste de los payamédicos?Hace cinco años los vi en las calles de Rosario. Desde ahí los empecé a seguir en las redes y a investigar cuándo se hacían los cursos, a ver si me daban los tiempos, por el hecho de estudiar acá y tener faltas al viajar. Lo de Concepción me enteré por una página en Facebook, que se llama "Avisos de cursos de payamédicos". Me anoté enseguida porque era viernes y sábados.¿Cuánto tiempo dura el curso?El módulo que se hace de payateatralidad allá duró tres meses, eran dos encuentros por mes, de junio a agosto. Después hice el de payamedicina, que es con el que se cierra y te formas como payamédico, durante un día en una jornada de 12 horas. Nos recibimos 12, en lo que fue la primera formación en Concepción.¿Por qué elegirlo? ¿Qué es lo que los distingue?No sé si es algo que me va a separar de mis compañeras enfermeras, porque hay algunas que, por más que no se pongan un traje de payamédico, ya tienen esa luz. Lo que sí, el payamédico es un ser de luz, es un nene. Va a buscar jugar y que el paciente, que para nosotros es produciente porque producimos con él, se vaya un ratito de ese lugar que está y empiece con la fantasía, como cuando éramos niños y transportarlo a otro lugar, hasta que llega a su punto máximo de alegría. La idea es encontrar sustento científico al beneficio del arte en la salud. En el caso de las expresiones escénicas humorísticas ante personas en situación de internación, además del sentido humanitario se investiga un resultado favorable acorde con investigaciones recientes.Actualmente hay consenso científico cerca de que un estado de ánimo optimista sostenido previene y mejora la evolución y pronóstico de varias enfermedades. Hubo hallazgos los últimos años, como la presencia de receptores para endorfinas en los linfocitos, que se liberan mediante la risa, infiere un beneficio del buen humor en las defensas del organismo.¿En qué consiste el taller de payateatralidad?Te dan las herramientas para que vos busques tu payaso, tu niño interior. Se trabaja mucho con las técnicas de clown, que son de teatro y vienen hace años. Igual lo que se aprende es más en el hospital, en la calle, en el ámbito que vayas como payamédico. Así es como te vas formando día a día.¿Qué encontraste en tu interior?Volví a ser nena. Fue volver a jugar y no tener esa vergüenza de meter la pata. Buscas jugar todo el tiempo con algo, como hacen los niños. Es esa inocencia que los caracteriza.¿Cómo fue explicarles a tus papás que querías hacer esto?En sí ellos tenían una idea de lo que era payamédico, pero se quedaron sorprendidos cuando me vieron. Los invité un día a ir al Hospital Urquiza de Concepción conmigo. Fueron como payaaguante, que es la persona que acompaña a los payamédicos en la intervención, son los que están pendientes si el enfermero o el médico necesitan atender al paciente y nos avisan para que nos retiremos. La llevé a mamá y se quedó encantada. Es lo contrario de lo que uno quizás se imagina.¿Con qué tipo de pacientes trataste?La mayoría de la gente piensa que los payamédicos trabajan solamente con pediatría, pero abarca a todas las personas. También hay otros dispositivos, no solamente el hospital. En Concepción estamos autorizados a trabajar en pediatría y en clínica médica, donde he tenido pacientes desde 25 a 80 años. Lo que no tenemos permitido es trabajar con pacientes que el médico no nos autoriza. Siempre pedimos permiso antes de una intervención y sabemos las reglas a cumplir. Con los pacientes psiquiátricos tampoco podemos, porque tienen otra realidad.¿Qué tipo de reglas tienen que cumplir?Las del hospital por un lado y las de los payamédicos, que sería la payaética. Nos regimos por un Código Ético del Payamédico, elaborado por la Asociación Civil Payamédicos, que se actualiza en los payacongresos. En eso se cubren temas como los colores: no se pueden usar rojo -se cambió la nariz roja porque hacía referencia a la sangre-, negro y azul. El tema de la palabra y los colores son temas que hay que tratar con mucha delicadeza: cuando uno está interviniendo, que no se malinterpreten las cosas. La mayoría de las personas se imaginan que es como Patch Adams, pero hay muchas cosas detrás. No es ser, justamente, solo un payaso. Obviamente buscamos jugar, pero siempre tenemos que estar pendientes de qué decimos.En Argentina comenzó en el 2002, en Buenos Aires, con el doctor José Pelucchi, un médico psiquiatra. La Asociación Civil Payamédicos es una Organización No Gubernamental Sin Ánimos de Lucro, con el objetivo de la formación y actualización constante de payamédicos así como la capacitación en temáticas relacionadas con el Arte y la Salud a Profesionales de la Salud, Docentes, Artistas y demás personas interesadas. Actualmente creo que hay alrededor de 70 formadores en todo el país.¿Sabías que iba a ser así cuando te anotaste?No, me encontré con un mundo nuevo. Sabía que quería ser payamédica, pero no sabía todo lo que eso implicaba. Empecé para hacerlo por los otros y terminé llevándome la sorpresa de que me hizo bien a mí, fue como una terapia. Fue increíble. En los talleres de payateatralidad jugas todo el tiempo, te duele la panza de tanto reírte, porque no te imaginas haciendo esas payasadas. En el taller de payamedicina te enteras cosas que no sabías, como que los primeros payamédicos están hace años en Argentina y en todo el mundo; que no son solo los payamédicos, hay otros tipos.¿Cómo surgió traer el taller intensivo a Gualeguay?Al moverme en el ámbito hospitalario noté que es algo que falta acá. Lo recomiendo porque, en mi caso, me ayudó a lograr un vínculo y poder comunicarme con el paciente. Hablando con uno de mis formadores, me contactó con Irupé Perasso, la formadora que va a venir. Lo propuse en el Concejo, les encantó y me consiguieron el lugar. Con esta semana intensiva, los que se anoten van a salir sabiendo lo que nosotros aprendimos en tres meses.Agustina Segovia Delamare
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