Problemas económicos, deudas y dinero: ¿cómo se relacionan con el árbol genealógico?
Deudas, quiebras, falta de trabajo, pensamientos de carencia. ¿Repetimos conductas o parámetros de nuestros antepasados? Violeta Vázquez, experta en biodecodificación rizoma, lo desarrolla este tema.
La biodecodificación rizoma es una metodología de abordaje terapéutico en la que se busca un hilo conductor de la historia de la persona partiendo de un síntoma o conflicto. Comprende diversas líneas, corrientes y maestros, y está siendo cada vez más consultada por personas que buscan entender ciertas crisis en sus vidas a partir de sus procesos, su historia y la de su clan familiar (ancestros).Para esta técnica -que no viene a reemplazar a ninguna ciencia, sino complementar desde un costado emocional- un problema de piel puede estar relacionado con un conflicto de territorio, de comunicación o de contacto. Este órgano puede significar aquello que me protege o aquello que me asfixia, lo que me separa de mi objetivo o lo que me da seguridad, según si fue acariciada, respetada, cuidada o ultrajada. Un problema en el estómago, quizá esté relacionado con eso que no sabemos cómo digerir. Y así con cada síntoma físico o dificultad.Problemas económicos, ¡a repetición!Pero no sólo se trata de dolencias o síntomas físicos. Según las expertas, una de las cuestiones más consultadas en biodecodificación es el dinero, la abundancia, la subsistencia. Muchos llegan a la consulta con problemáticas repetitivas ligadas este tema. Algunos las manifiestan además en órganos que se relacionan con los líquidos (por ejemplo, los riñones), porque el dinero y "la liquidez" son conceptos que el cerebro entiende en sintonía. Y como los líquidos también representan el ambiente intrauterino y la relación con la madre, hay poca distancia entre el vínculo con mamá y la plata.En general, el patrón es "no puedo ganar dinero" o "no puedo retener el dinero". (No hablamos de una situación de crisis económica general, sino de personas que sienten que toda su vida han luchado con esto.) A veces hay un patrón, o hilo conductor ligado a la escasez: "No puedo tener más que mis ancestros, no me puedo permitir una vida que ellos no tuvieron"; "ganar dinero es sinónimo de falta de honestidad"; "si soy una buena persona el dinero no puede sobrar"; "la persona digna es una persona sacrificada y a la que las cosas le cuestan". A veces hay programas de estafa detrás del conflicto, sobre todo en familias donde abundan los secretos, las calumnias, los enemigos, los escraches y las disoluciones comerciales en malos términos.Indagando en la historia personalPodríamos preguntarnos qué pensaban y vivenciaban nuestros padres con respecto al dinero cuando nosotros estábamos gestándonos o éramos bebés. ¿Había poco? ¿Habías demasiado? ¿Nuestra llegada ponía en peligro la economía familia? A raíz de que llegamos, ¿mamá dejó de estudiar o de trabajar? Además, ¿qué nos decían cuando éramos pequeños sobre el dinero? ¿Y sobre la comida?Muchos nos pasamos la infancia escuchando "no tengo"; "no puedo"; "cuando seas grande y trabajes te lo vas a poder comprar"; "no se puede tirar comida cuando hay otros que no tienen"; "tus abuelos murieron de hambre en la guerra"; "casate con alguien de dinero, sino estás perdido/a"; "si te emparentás con alguien de dinero sos una prostituta", etc.Según los patrones de nuestros padres y abuelos, hemos interpretado el mundo de las pérdidas y de las ganancias y hemos armado un concepto entorno al placer. ¿Qué tiene que ver el placer? Bueno, el dinero compra tiempo y compra placer. Todos estamos de acuerdo en que con dinero se sobrevive y lo necesitamos para cubrir necesidades básicas, pero cuando hablamos del dinero que nos permite disfrutar o ganar tiempo para nuestros sueños, tenemos nuestras resistencias. Estas resistencias se arman con la mirada de nuestros padres y abuelos, y con la mirada del "deber ser" del grupo social al cual pertenecemos o pretendemos pertenecer.Dinero, valor, abundancia, ¿para qué?Desde la mirada de la biodecodificación rizoma, tener más o menos dinero, no sólamente depende de cómo nos relacionamos con la carencia y la ganancia, sino de dinámicas económicas, sociales y políticas bastante más complejas. Por definición, en un mundo capitalista, un porcentaje son y serán pobres mientras otros se enriquecen. Por eso el abordaje debe ser realista y no reducir jamás la condición del consultante a su única responsabilidad. El entramado cultural valida una sociedad de consumo donde los explotados terminamos explotando nuestros propios cuerpos, a cambio de dinero para consumir bienes que nos permitan "pertenecer" a determinado estatus. Una carrera para ser parte de algo, porque la exclusión es el mayor de los castigos en la carrera de la supervivencia.En varias comunidades y en visiones chamánicas se practica un ritual con respecto a la carencia que consiste en gastar para adquirir lo que no necesito, comprar aquello que llamaríamos de "lujo" o "innecesario", poner a circular la energía del intercambio. Esto nos corre del rol subjetivo retentivo y miedoso de no gastar por miedo a perder.
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