La Municipalidad, la Usina eléctrica y el pueblo contribuyente
Los problemas eléctricos de imperiosa vigencia en febrero de 1914 fueron abordados en sucesivas ediciones por “EL DEBATE”, dando a conocer en verdaderas denuncias los manejos poco claros que se ventilaban diariamente en el seno de la sociedad gualeguayense.-
Como consecuencia del primer artículo del viernes 13, "EL DEBATE" prosiguió el lunes 16 de febrero de 1914 con sus relatos fundados sobre la Usina eléctrica de nuestra ciudad, el pésimo servicio público que prestaba y la carestía incalificable de los precios que cobraba. Una vez más afirmaba la amabilidad de los Intendentes desde diez años antes para con la empresa; consintiendo infinidad y continuas faltas al contrato y toda clase de abusos con el pueblo contribuyente. Lo cierto, es que la luz era muy mala porque la maquinaria y materiales de instalación en la construcción de la Usina fueron de los más primitivos e inferiores como calderas y motores; muy insuficientes el amperaje dinámico, pésimos e inferiores también los cables conductores de corriente en calles y plazas; a lo que podía agregarse la falta de poder luminoso que deberían haber tenido las bombas de arco colocadas en cada bocacalle. La hoja de prensa se empeñaba en demostrar acabadamente que esas bombas eran de un poder menor del 30% que el fijado por el contrato de la Usina con la Municipalidad. Tiempo después de haberse librado el servicio de luz en nuestras calles, el Municipio trajo un Ingeniero electricista que dio su informe en una conferencia pública en los salones de la Comuna. En esa época y a consecuencia de las muchas y reiteradas quejas de vecinos, las autoridades se vieron obligadas a solicitar de la Capital Federal el envío de ese Ingeniero para practicar una inspección ocular de la Usina y sus instalaciones, quien hizo un trabajo prolijo y minucioso. En su conferencia, versó sobre las ventajas y beneficios de la buena luz en las calles y en el hogar. Y más o menos, recuerda el autor de la nota, dijo lo siguiente: "La instalación eléctrica que acabo de inspeccionar se encuentra regularmente hecha de acuerdo con lo que expresa el contrato, siendo éste bastante deficiente en muchas de sus partes, y los concesionarios han cumplido más o menos bien; el motor y la caldera son muy primitivos e insuficientes en fuerza y capacidad para llenar las necesidades de esta importante ciudad. Las demás instalaciones, o sea los cables conductores de corriente, son de inferior clase y calidad en todo sentido... Tienen una instalación regular que puede servir las necesidades de la ciudad por 4 o 5 años de tiempo, a lo sumo, en regulares condiciones; y entonces será conveniente su reconstrucción". Todo había resultado rigurosamente cierto como lo vaticinó el Ingeniero. Los hechos mismos se ocuparon de corroborarlo en todas sus partes. La empresa bien sabía que para poder atender las necesidades del servicio público y particular se veía obligada a hacer grandes gastos por reformas y aumentos en maquinarias e instalaciones; pero esto había sido siempre para su propia conveniencia, haciendo caso omiso del buen servicio.-(continuará)
