Visita polémica en 1924
La huésped desarrolló ideas contrarias al espíritu republicano dominante en la intelectualidad gualeguayense; la réplica desde las páginas de “EL DEBATE”, tenaz defensor de la libertad y de la democracia, no se hizo esperar. La Dra. Dreoni, sobre cuyo nombre el diario da dos versiones Yole e Iole, se reveló como una avanzada de la propaganda mussoliniana.-
"EL DEBATE" anunció en los días previos la conferencia de la Doctora Yole Dreoni que era huésped de nuestra ciudad en el verano de 1924. El lunes 21 de enero estaba prevista la realización en la sala del Sociedad Italia un variado y selecto programa que incluía a la visitante, que trajo una gran polémica al dar a conocer públicamente sus ideas. En la primera parte se vería la película Ajuria "Loca de remate" con Dorothy Gish y Raymond Camón. Luego, en la segunda parte, el Sr. Esteban Cúneo presentaría a la disertante y la Dra. Dreoni se explayaría sobre el tema Nación, Nacionalidad, Nacionalismo. Para finalizar, estaba establecido ver los tres últimos actos de la película "Loca de remate", en un curioso -al menos- diseño de programación. La Orquesta del Prof. Madera amenizaría la velada. La platea con entrada se vendía a $ 1,50, el palco con cuatro entradas a $ 8 y la entrada a $ 1, a beneficio de la Sociedad Italia de Socorros Mutuos, porque la Dra. Dreoni prestaba su concurso desinteresado. E. Cúneo presentó a la conferencista con hermosas palabras llenas de respeto para esa "romera espiritual" como él la llamó. Expresó que sin haber trabado conocimiento de sus ideas ni de sus tendencias filosóficas, vino a presentarla y escucharla como todos para luego convertirse desde alguna columna periodística, acaso, en el crítico si llegaban a disentir. Luego la Doctora Iole (así escribe sólo el día martes 22 su nombre "EL DEBATE") Dreoni ocupó la tribuna bajo la advocación de los aplausos con que la saludó el público gualeguayense. Simpática y humilde inició lo que ella llamó su conferencia. Habló en italiano, en un italiano purísimo y dúctil que fue fácilmente comprendido por el auditorio. Aunque poco ayudada por una voz no oratoria -señala el diario- su elocuencia, que era mucha, dominó y se impuso sin violencias, con ardor, con entusiasmo, con simpatía aún para los mismos que como el cronista de "EL DEBATE" disintieron con el fondo de su pensamiento y de sus propósitos. Leyó, pero sus palabras estaban tan bien escritas que se hizo acreedora al elogio que el público le otorgó en el mismo escenario, una vez terminada la disertación, en un aplauso unánime. Y entonces el periodista revela el motivo de su disenso. No podía pasar desapercibido y sin crítica dentro de nuestra democracia que va en vías de perfeccionamiento y en la cual podía ser perniciosa una propaganda que era aplauso para una dictadura, expresaba. La Dra. Dreoni comenzó directamente hablando al corazón de los italianos, previas unas pocas palabras de homenaje al país que la hospedaba. Relató los sacrificios de Italia en la Guerra (la llamada Primera Guerra Mundial o Gran Guerra), sus dolores, sus triunfos y victorias. Hizo un elogio del dictador Benito Mussolini, que de ninguna manera podía ser armónico a oídos republicanos, reafirma el cronista. Entró luego al desarrollo del tema de su conferencia Nación, Nacionalidad, Nacionalismo; pero no lo abordó desde el punto de vista filosófico, ideológico ni meramente jurídico o político que se esperaba. Explicó, nada más, que esas tres palabras podían significar a los italianos en esos momentos. Redujo su conferencia, como ella la llamó, o su discurso, como la denominó "EL DEBATE", a elogiar a Italia, madre latina digna de todo elogio, pero que a juicio del diario no era la única, ni superior a las demás viejas naciones civilizadas. Pudo hacer bien el elogio, sin menoscabar a nadie ni ofender al resto de las naciones aliadas. Le señaló a la conferencista que a Italia le hacían sombra Trípoli, Abisinia, como a Francia el Ruhr, y que la lista sería interminable. Dreoni había definido al nacionalismo como el amor amplio que tiende dentro del puro patriotismo a la hermandad de los hombres, al bien humano, a la prosperidad universal, a la libertad, a la independencia, a la justicia. Todo muy hermoso, muy alto, muy puro, dice el cronista; a su criterio Dreoni hermanaba los conceptos de nacionalismo y fascismo en una confusión inadmisible para quienes "vivimos en tierra de libertad, de democracia y de tolerancia" (sic). "No. Que la señora dijera que en los actuales momentos de la política interna italiana, para la mayoría del pueblo nacionalismo y fascismo sean términos sinónimos, sería tolerable; pero decirlo en términos generales, ampliamente, como se insinuaba por el tema mismo del discurso, no puede ser aceptable sobre todo para quienes como nosotros creemos que el amor, la fraternidad, el bienestar sólo pueden tener por base la más amplia libertad, la más amplia tolerancia ( ). Que la "romera espiritual" siga su ruta lírica. Lleve a otros escenarios su bondad, su elocuencia, su innegable simpatía. Que recoja muchos aplausos en su senda", escribe textualmente. Con la concurrencia de distinguidos miembros de ese centro social, entre los que figuraban señoras, señoritas y caballeros, se bebió en la sede de la Sociedad Italia una copa de champagne en honor de Yole Dreoni, invitada especialmente, en la noche del miércoles 23. Reinó en la tertulia improvisada "un sano espíritu de predisposición y fue la palabra de la Dra. Dreoni la que adobó y sutilizó tenuemente la plática cordial que se mantuvo" (sic). En un momento oportuno, el Cónsul del Reino de Italia Sr. Gabino Mastronardi levantó en alto su copa y brindó, en nombre de la bella Italia y de la tierra que hospedaba, a la conferencista, por la felicidad personal de ésta y por la culminación exitosa de su noble cruzada de amor y paz. La Dra. Dreoni, en palabras suaves y sencillas, agradeció la demostración de la que era objeto, cuenta "EL DEBATE" el jueves 24. Y, en otro orden, se publicitaba que la comisión que tenía a su cargo el próximo festival del 1° de febrero de 1924 en el local del Cine-Teatro Familiar había resuelto que las entradas podían retirarse en la casa del Sr. Antonio Carboni (Zapatería Pezzutti) y en la boletería del Recreo Familiar. Se verían: "El anillo de bodas", "Silvino Abrojo", "Yunta brava", "Los solteros", "Eva", además se prometían cuadros vivos, ejercicios dentales (sic), etc. Comedias, hilaridad para serenar los espíritus que la Dra. Dreoni había dejado un tanto alterados.-
