Concentración económica
A partir del debate sobre la ya sancionada Ley de Góndolas, se reabrió en nuestro país una polémica que cada tanto reaparece: la concentración económica. Sin lugar a dudas, esta situación indica que es un tema que todavía no está saldado. De todas maneras, hay sectores que expresan su rechazo a tratar esta problemática debido a que, básicamente, consideran que no existe. Pero, ¿qué dicen los números al respecto?.
El Centro de Economía Política Argentina realizó en 2016 una recopilación de los datos construidos por la consultora CCR. Datos que hasta hoy mantienen su tendencia y vigencia. Los mismos marcan lo siguiente:1- Aceites: 3 empresas concentraban el 90,5% de la facturación.2- Gaseosas: 2 empresas concentraban el 98,3%.3- Aguas minerales y aguas saborizadas: 3 empresas concentraban el 89,6% de la facturación.4- Jugos en polvo: 2 empresas concentraban el 100% de la facturación.5- Azúcar: 3 empresas concentraban el 85% de la facturación. Otro dato que sirve para analizar las estrategias de mercado: el 8% de la facturación en azúcar correspondía a empresas de marcas creadas por los propios supermercados.6- Cerveza: 1 empresa concentraba el 78% de la facturación. Si se sumaba a la facturación de la segunda, se llegaba al 98,2%.7- Leche: 1 empresa vendía el 69,5%.8- Embutidos: 1 empresa ostentaba el 83% de las ventas, y el 17% restante correspondía a los supermercados.9- Harinas: 2 empresas facturaban el 82,1%.10- Fideos 1 empresa facturaba el 79,4%.11- Mayonesa: 2 empresas concentraban el 97,8% de las ventas.12- Mermeladas: 1 empresa poseía el 70,7% de la facturación.13- Caldos: el 90,6% de la facturación correspondía a 1 empresa14- Cremas dentales: 1 empresa concentraba el 84,7% de las ventas.15- Desodorantes: 1 empresa en este rubro representaba el 84,5% de la facturación.16- Jabón (en polvo y de tocador): 82,7% del volumen correspondía a 1 sola empresa.17- Pañales: 2 empresas vendían el 95,6%.18- Repelentes para mosquitos: 1 empresa facturaba el 90% de las ventas. Ahora bien, dado que los números indican que algo está sucediendo en relación a esta temática. Cabe preguntarnos lo siguiente: ¿qué rol juega el Estado al respecto?. Desde los sectores liberales apuntan a que lo mejor que éste puede realizar es apartarse lo máximo posible mediante dos acciones: las liberalización de las fronteras y el mercado por un lado, y la disminución impositiva por el otro. En relación a la primer idea, es llamativo cómo se sigue insistiendo desde ciertas usinas de pensamiento con modelos económicos que cada vez que se llevaron a cabo en la Argentina, terminaron con la eclosión del sistema productivo nacional. Tal es el caso de lo acontecido durante la década menemista de 1990, con la apertura de la importaciones y la competencia desigual en el mercado, lo cual provocó la quiebra de múltiples pequeñas y medianas empresas nacionales. Con respecto al segundo postulado, sí es más certero. Como es sabido, nuestro país experimenta hace años una de las mayores presiones fiscales de la región. Según un informe de la OCDE, BID y la CEPAL, es el tercer país con más carga fiscal de la zona, detrás de Cuba y Brasil. El asunto se complejiza aún más si consideramos la situación de las PYMES, motores de la economía nacional. "Una pyme argentina que paga todos sus impuestos -en promedio- da pérdida". Así lo afirmó ayer un informe de la consultora Data Driven Argentina, en el cual señaló que la presión impositiva a la producción representa el 106% de la ganancia neta (antes de impuestos) de una pequeña o mediana empresa. Esta cifra sólo es superada por las Islas Comoras (África). Además, remarcó que "la Argentina tiene la mayor presión impositiva relativa a su nivel de desarrollo", dado que la cifra, a 2017, ascendía al 35% del PBI. Es decir, que por cada $100 generados por los argentinos, el Estado, en sus tres niveles, captó $35. Data Driven destacó "la clara relación positiva entre ingreso per cápita y presión impositiva total". Pero criticó que "son los impuestos que gravan a las empresas los que colocan al país en una situación única: en la Argentina, la presión impositiva a la producción es la mayor entre todas las economías relevantes del planeta". "Lo más llamativo es la inversión de la relación que se observa entre presión fiscal y niveles de ingreso (medida de desarrollo económico ). Los países de la OCDE, el club de economías desarrolladas, cobran impuestos a la producción relativamente bajos (promedio, 41%), pese a que su presión fiscal total es alta", sostuvo. Según el informe, "la presión fiscal a las empresas pymes en Argentina está por encima de la de todos los países de Sudamérica (promedio 49%) y de los BRICS -Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica- (promedio, 50%), grupo dentro del que destaca nuestro socio mayor del Mercosur (65%)", destacó el informe. Esto demuestra la grave situación que se observa para las empresas y los bajos incentivos para producir; o los elevados estímulos a evadir, dado que, si se pagan todos los impuestos, una pyme argentina termina dando pérdidas. De acuerdo con Data Driven, la muestra presentada relevó a 45 países que representan el 90% del PBI mundial, incluyendo a los principales socios comerciales de la Argentina (Fuente: Ámbito Financiero). Ante este panorama, en el plano de las PYMES, el Estado debería reducir su carácter de recaudador y mostrar una faceta más protectora. De por sí el mercado es un área muy complicada para que estas sobrevivan, si a esta ecuación le sumamos una carga impositiva importante, la posición de debilidad que ellas afrontan ante las grandes multinacionales favorece la concentración de la economía en nuestro país. Por otra parte, desde los círculos, si se quiere, más heterodoxos, se apunta a una cuestión ligada a la estructura de producción nacional y el papel regulador que debería tener el Estado sobre ella. Un ejemplo de estas posturas son las expresiones de la socióloga Mónica Peralta Ramos: "las grandes empresas -sean nacionales o extranjeras- que dominan estos segmentos, son formadoras de precios en los puntos neurálgicos de la economía y tienen, por eso mismo, una capacidad decisiva sobre la formación de precios en el mercado interno y sobre el control de las divisas provenientes del comercio exterior. Esto les permite retener y desabastecer productos de importancia estratégica: desde el dólar hasta los alimentos pasando por la chapa y otros insumos de producción. Les permite además obtener gananciasextraordinarias, aprovechar los estímulos oficiales al mercado interno y ejercer su poder de veto sobre las políticas que consideran nocivas a sus intereses. De ahí, su capacidad para afectar la estabilidad política e institucional del país". Estas ventajas que apunta la socióloga argentina se cimentan en la concentración a su favor que gozan estas empresas. Por este motivo, es determinante que el Estado adopte medidas concretas para el fin de los monopolios, oligopolios y demás situaciones de competencia desigual en el contexto de un mercado signado por la concentración económica" (Fuente: extracto de una nota de Página 12 citado por la web de noticia A La Arena de La Pampa). En fin, para dar un paso importante en la prevención de la concentración económica en nuestro país, es fundamental que el Estado mantenga un rol regulador sobre las grandes multinacionales y controlar que no se aprovechen de sus posiciones dominantes en detrimento de las más pequeñas. Asimismo, es clave que baje las cargas impositivas sobre las PYMES, las cuales movilizan la economía nacional y merecen un resguardo por parte del Estado, que les facilite la competencia y las proteja con respecto las multinacionales.Julián Lazo Stegeman
ESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
ACCEDÉ A ÉSTE Y A TODOS LOS CONTENIDOS EXCLUSIVOSSuscribite y empezá a disfrutar de todos los beneficios