El debilitamiento peronista

Más allá de la contundente victoria de Cambiemos en las recientes elecciones legislativas, el domingo pasado dejó algo aún mejor para el oficialismo: la explícita muestra del debilitamiento del PJ de cara al 2019.
La derrota de Cristina Fernández de Kirchner en la provincia de Buenos Aires fue nociva para el sector K del peronismo. No obstante, la sorpresa más grande fue lo ocurrido en la provincia de Salta en donde se despertó la preocupación de aquellos que especulaban que el Gobernador de esa región estaba encaminado a guiar los pasos del Partido Justicialista en vías a las presidenciales de aquí a dos años. Pese a haber ganando las PASO de agosto, la lista de Juan Manuel Urtubey capituló ante la de Cambiemos, apenas salvando el segundo lugar y perdiendo la Capital salteña. Lo sucedido en Córdoba tampoco es un buen acontecimiento para el PJ, el Gobernador de allí, Juan Schiaretti, recibió un duro golpe de parte de sus coterráneos al caer su frente político ante Cambiemos. Desde su entorno aseguran que el mal desempeño de su lista se debe más al temor que vuelva Fernández de Kirchner (en un claro marco de nacionalización de las legislativas) que al análisis que los cordobeses pudieron llegar a hacer de su gestión. Schiaretti, al igual que Urtubey en Salta, deberá reconstruir su poder si desea ser una alternativa fuerte para dirigir el peronismo a nivel nacional. El caso de San Luis y los Rodríguez Saá es algo especial. Por más que perdieron las PASO, el domingo lograron una remontada fenomenal para lograr el triunfo electoral en su provincia. De todas formas, hace mucho que están al margen del debate peronista por el liderazgo a nivel nacional. Tal vez esta situación se explica debido a falta de proyección nacional. Nunca les fue bien en los comicios legislativos fuera de San Luis. Retomando la cuestión de la provincia de Buenos Aires, se deben analizar, además de la derrota de Cristina Fernández de Kirchner, tres factores políticos claves en relación al asunto de la columna del día de la fecha: Sergio Massa, Florencio Randazzo y los intendentes de allí. El diario Perfil de la mano de su periodista Ramón Indart realizó un análisis, a mi entender, coherente:-Cristina Fernández de Kirchner. Le dieron vuelta la elección y perdió contra un candidato poco conocido como Esteban Bullrich. Hubo un voto anti CFK imposible de eludir producto de las sensaciones -a favor y en contra- que genera la ex presidenta. Pasó del 54% del 2011 a 37% en 2017. Si bien tiene un buen caudal de votos, el peronismo busca sacarla de la cancha porque creen que garantiza una derrota en 2019. Asumirá el 10 de diciembre en un Senado que la mira de reojo.-Sergio Massa: En 2013 se animó a enfrentar al kirchnerismo y lo derrotó en Buenos Aires. Tuvo aspiración presidencial en 2015 y quedó tercero. Ahora mantuvo ese lugar pero muy lejos de Cambiemos y UC: se desplomó entre las PASO y las generales, al perder más de 4 puntos y terminar con solo 11. Fue tal el desastre electoral que en Tigre, su pago chico, quedó tercero. Y ahora el intendente Julio Zamora no tendría problemas en enfrentarlo. ¿Vuelve al peronismo o apuesta a la sociedad con Margarita Stolbizer?-Florencio Randazzo: Quedó cuarto en la pelea por los senadores y quinto, detrás del FIT, en la carrera por los Diputados. Conservó la mayor parte de los votos de las PASO, aunque lejos estuvo de pelearle a Massa el podio. El único representante propio de sus listas que habrá en el Congreso será Eduardo "Bali" Bucca, intendente de Bolívar. Dispuesto a "renovar" el peronismo, quiere a Cristina bien lejos. Tendrá su lugar en la mesa.-Intendentes. La mayor parte de los jefes comunales acompañaron a Cristina ante la necesidad de votos que les mantengan el distrito en paz pero nadie garantiza la lealtad a partir de hoy con CFK. Ahora, si María Eugenia Vidal va por la reelección, ¿buscarán un candidato perdedor en Buenos Aires o será mejor acompañar y colgarse de una boleta ganadora? En lo que respecta a nuestra provincia, la victoria de Cambiemos fue irrevocable. La agrupación liderada por Atilio Benedetti quedó con el 52,36 por ciento de los votos, contra 38,20 del Frente Justicialista Somos Entre Ríos; el 5,10 del Movimiento Socialista de los Trabajadores-Nueva Izquierda y el 4,35 del Movimiento Social Entrerriano. Lo interesante aquí, según entiendo, es remarcar que Cambiemos derrotó a un frente peronista donde confluyeron personalidades ligadas tanto a Gustavo Bordet, Sergio Urribarrí y Jorge Busti. Tal vez, Entre Ríos sea una micromuestra de lo que ocurre con el PJ a nivel nacional. Fracciones, disputas, alianzas a corto plazo e internas. Pero nada de nada en lo que respecta a la asunción de algún tipo de liderazgo que le pueda hacer frente al Macrismo en el 2019. Para finalizar cabe decir que pese a que el peronismo no está atravesando su mejor momento, ya conoce de estas circunstancias y ha sabido salir positivamente, la historia lo demuestra. Por este motivo, el oficialismo no tiene mucho margen de error y cualquier paso en falso puede hacerle perder una elección dentro de dos años que hasta ahora (ya sabemos de la vorágine política y económica de la Argentina en la cual este lapso de tiempo es una eternidad) parece ganada.Julián Lazo Stegeman(Fuentes: Perfil, Página 12, La Nación)
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