RAZON CRITICA
El fútbol y el poder
El fútbol es un fenómeno social y cultural donde se entremezclan una gran variedad de intereses, negociados de toda índole y diferentes agentes sociales. Todo esto en el marco de la industria cultural, engranaje clave del capitalismo actual. La política, obviamente, no es ajena a este juego, caracterizado, entre otras cosas, por el espectáculo y la masividad. Es más, el fútbol (por ser un elemento popular que nos interpela desde lo masivo a partir de los grandes medios de comunicación) se ha transformado en un ámbito donde los poderes hegemónicos (sean estatales o privados) se disputan los mecanismos de construcción de sentido y los dispositivos para la configuración del poder.
El intelectual ecuatoriano Fernando Carrión Mena expresa lo siguiente: " el futbol -por ser una de las actividades masivas por excelencia- se ha convertido, por un lado, en un trampolín político para dirigentes, periodistas, futbolistas y entrenadores y por otro, en una actividad que es usada para crear adhesiones, realizar proselitismo y posicionar propuestas". Ciertamente, por el discurso popular y masivo que propone, este deporte es utilizado como canal ideológico por los diversos bloques dominantes para llegar a la sociedad y así influirla con sus ideas e intereses paramantener constantes las relaciones sociales del sistema vigente, suministrando el consenso social necesario para que sus supremacíascontinúen. En el enfrentamiento que llevan adelante el kirchnerismo y el Grupo Clarín, el tema de la transmisión del futbol ha tomado gran resonancia. Desde que el oficialismo pudo quitarle los derechos televisivos de este espectáculo deportivo al multimedios, el "Fútbol Para todos" ha pasado a ser un instrumento de propaganda partidaria. Un dispositivo de llegada a la sociedad civil por parte de la vanguardia mediática kirchnerista. La continua publicidad estatal inunda las pantallas de todos los individuos que pretenden seguir los partidos de su equipo favorito. Y como si esto fuera poco, también se pretende modificar los horarios de los encuentros para competir en el rating con los programas opositores como el de Jorge Lanata. Esto no sólo perjudica la grilla tradicional y práctica de este acontecimiento deportivo sino que también representa un perjuicio para aquellos hinchas que disfrutan de ir a la cancha. De vuelta la contienda entre estos dos poderes hegemónicos afecta al ciudadano común. Y esto ya no sorprende, sobre todo cuando se sabe que lo que verdaderamente importa es la construcción de poder. Es cierto que el oligopolio mediático más grande la Argentina privaba a mucha gente de observar el fútbol y que la acción del oficialismo para evitar esto fue correcta. No obstante, los cuestionamientos y críticas se suscitan en el hecho de utilizar este hermoso juego como un medio de propaganda política. Tomando la forma de un instrumento que intenta manipular y persuadir, mostrando su cara más opaca. Como argumenta Carrión Mena: "en esta relación de fútbol y política existe una arista negativa, en el sentido que este deporte haría que el pueblo se mantenga conforme, alienado y adormecidos mientras las clases dominantes hacen de las suyas". Como argentinos, amantes fervorosos de este increíble juego, no podemos permitir que la política y la lucha de intereses lo manchen con sus oscuros tintes. Debemos estar siempre a favor de la pureza de este deporte. Porque lo malo no sólo está en las barrabravas sino también en los poderes fácticos que promueven toda esa basura social. Julián Lazo Stegeman
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