¿Qué es un relato? Un relato no es un cuento, ni una novela corta, aclarado este punto podemos definirlo como una breve narración en el que se trata de un único tema, bien de ficción, raros o sugerentes, extraños, insólitos. Normalmente no tienen límites, se acercan más a lo sobrenatural que a lo real, aunque también puede tratarse de una realidad increíble (Fuente: www.ecured.cu). El discurso de apertura de las sesiones ordinarias en el Congreso efectuado por el Presidente de la Nación el viernes pasado parece acoplar perfectamente con esta definición. Si consideramos sus expresiones entorno al panorama económico actual de la Argentina podríamos notar como su mencionado discurso no tuve límites, se acercó más a lo sobrenatural que a lo real y pudo tratarse de una realidad increíble, tal como expone la definición de relato establecida en las primeras líneas de la columna de hoy.
"En una lectura rápida, como si quisiera apurar el trámite, con una sucesión de frases de marketing, de tan repetidas que ya dejan de tener impacto, el presidente Mauricio Macri habló poco de la crítica situación económica. Gran parte de ese poco no se ajusta a la verdad. Enfatizó medidas administrativas en el sector público como si fueran lo fundamental en la cuestión económica. No habló del FMI, en una muestra de desagradecimiento al organismo internacional que está financiando la campaña para su reelección y que, con sus dólares, le permitió eludir el default. No mencionó ni una sola vez a la industria y al campo... La frase de su discurso que resume el capítulo vinculado a la economía fue hoy estamos mejor que en el 2015. Los datos duros de las principales variables macroeconómicas dejan al desnudo que eso no es así. La estrategia del gobierno, en tono electoral, es jugar con la expectativa social prometiendo un futuro mejor luego de haber generado las bases del progreso, desplazando a la percepción presente de la mayoría de la población..." (Alfredo Zaiat, economista y periodista). Sin lugar a dudas, los dichos de Zaiat son fáciles de constatar. Él mismo desnuda el relato ficcional de Macri en el Congreso mediante los siguientes argumentos: "la inflación navegando con comodidad hace varios meses cerca del 50 por ciento anual. El salario registrando una impactante caída en términos reales...Indicadores sociales como la pobreza, la indigencia y el desempleo marcando un deterioro pronunciado. Las suspensiones de personal por caída de ventas son masivas. La destrucción de puestos registrados es constante y, como consecuencia de la acelerada desindustrialización, se perdieron 126.100 empleos de ese sector en tres años de Macrismo. Quiebras, convocatorias de acreedores, endeudamiento en dólares asfixiante, reducción de producción, cierre de locales comerciales y pedidos de procedimientos preventivos de crisis de grandes compañías constituyen hoy el cuadro de situación del mundo empresario. El mercado interno está deprimido con ingresos reales de trabajadores y jubilados licuándose con la inflación. El consumo masivo no detiene la caída afectando la rentabilidad de firmas vinculadas a la actividad doméstica. La estructura de costos de empresas y el presupuesto de los hogares se estrujan aún más con niveles de tarifas de luz y gas desproporcionados y tasas de interés elevadísimas. La política económica ha sido entregada a las manos del FMI luego de encarar un endeudamiento vertiginoso, que condicionará mucho al próximo gobierno. Como si no hubiera aprendido nada en estos años de fiascos con sus pronósticos, Macri volvió a prometer que la inflación tendrá una baja sustancial. El índice de febrero será más elevado que el del mes anterior, al ubicarse arriba del 3,5 por ciento, y sólo en el primer trimestre acumularía un 10 por ciento". La consistencia de un relato radica en contar una historia sin reflejarla en toda su extensión, compactándola y poniendo el énfasis en determinados momentos que suelen ser decisivos para el desarrollo de la misma, dejan la tarea de componer los detalles que podrían ser considerados "superfluos" y que, junto a los hechos narrados en el relato, compondrían un cuadro mayor. Un relato no se comienza dando detalles ni descripciones lentas, sino en el ajo de la cuestión, en un punto interesante, álgido, con una anticipación. Los buenos relatos atrapan al lector desde la primera frase, y no le sueltan hasta la última, dejando huella en el lector (Fuente: www.ecured.cu). A la hora de componer su discurso, Mauricio Macri y su equipo tomaron en cuenta estas consideraciones. Eligieron qué decir, qué omitir y qué tonalidades utilizar en cada momento. Hasta el más mínimo detalle discursivo fue examinado y construido. Sólo fue pasado por alto lo que ellos consideraban que debía ser soslayado. El periodista Mario Wainfeld dice lo siguiente: "los silencios merecen señalarse: no mencionó las palabras tarifas, dólar o ajuste. No se enunció ninguna reforma laboral grata al oficialismo. Ni mentó derechos, vocablo y concepto al que es refractario. En Asambleas anteriores había prometido que lo peor ya pasó. Precavido, no reincidió ni prometió brotes verdes o un gran segundo semestre. La narrativa actual suena a lo peor pasará un día, síganme. En tinta invisible quedó escrita la ausencia de los cambios a la política económica. Las loas al federalismo chocaron con la explicación de la supresión de subsidios a las provincias para morigerar los precios del transporte. Macri se inclinó por un embuste mezquino: se hizo porque las provincias conocen mejor el tema. Soslayó los aumentos de boletos que pagarán los ciudadanos, menudo punto. Pasó de largo sobre los exorbitantes incrementos de tarifas a los servicios públicos, apenas descriptos como un cambio cultural". Como se mencionó anteriormente, un buen relato busca atrapar al lector desde la primera frase y no soltarlo hasta la última. La ficcionalidad del discurso del Presidente de la Nación en la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso tiene su lógica en el contexto de un año electoral. El sentido del mismo fue hacer campaña política. Lo que se pretendió como una retórica para contar lo que estaba siendo su gestión de gobierno fue en realidad una ficción de cara a los próximos comicios electorales. La racionalidad del discurso de Macri no se debe buscar en los hechos fácticos sino en su estrategia de contar un relato que atrape a sus posibles votantes desde la primera frase y no soltarlos hasta la última hora de las votaciones que se aproximan.Julián Lazo Stegeman(Fuentes: www.ecured.cu; La Nación, Página 12, Clarín)