El fallo de la Cámara de Apelaciones de Nueva York, en la reyerta judicial que llevan adelante los fondos buitre contra nuestro país, no fue el esperado por el Gobierno Nacional. La disposición difundida durante esta semana ratificó la polémica forma de pago que plantearon los mismos fondos al juez Thomas Griesa a finales del año pasado: un único desembolso de 1330 millones de dólares en efectivo. Dada la magnitud e importancia del caso, la Cámara estableció que la ejecución de su decisión se mantendrá en suspenso hasta que la Corte Suprema norteamericana resuelva si acepta tratar o no la apelación del fallo que puede presentar Argentina (el Gobierno tiene un lapso de 90 días para trasladar al máximo tribunal estadounidense el pedido de revisión de la sentencia), lo cual es un relativo respiro hasta el 2014 con respecto al posible default técnico al que puede ingresar nuestra Nación a causa de esta sentencia.
En su veredicto, los magistrados Daniels Barrington Parker, Rosemary Pooler y Reena Raggi aprobaron el pedido de los fondos al pie de la letra. Excluyendo así la proposición Argentina de pagar en las mismas condiciones del canje aceptado por el 92,4 por ciento de los propietarios de bonos en default: quita de capital, disminución de la tasa de interés y prolongación de los plazos de vencimiento. Más allá de la terrible consecuencia económica que puede llegar a traerle a nuestro país esta situación, la decisión de la Cámara de Apelaciones de Nueva York, si se hace efectiva, manchará profundamente la bandera política que el kirchnerismo ha estado levantando todo este tiempo acerca del desendeudamiento externo. Lo cual no sòlo le traerìa, como ya mencionè, un costo econòmico sino tambièn polìtico. En palabras del periodista Fernando Krakowiak se puede comprender èsto con claridad: "La Argentina logró en 2005 la quita de deuda soberana más grande de la historia. Sin embargo, el fallo de la Cámara de Apelaciones de Nueva York podría hacer fracasar ese acuerdo si la Corte Suprema de Estados Unidos no lo revisa. El juez de primera instancia Thomas Griesa dictaminó el 23 de febrero de 2012 que el país le debe pagar la totalidad de la deuda a un grupo de fondos buitre que no aceptaron ninguna quita y litigaron en su juzgado. El 26 de octubre la Cámara ratificó ese fallo y ayer desestimó la apelación del gobierno argentino. La totalidad de la deuda que reclaman los buitres en esa demanda es de unos 1330 millones de dólares, pero el problema no es sólo el monto. Si la Argentina les paga a esos acreedores el ciento por ciento de lo reclamado, todos los que ingresaron al canje estarán en condiciones de reclamar lo mismo. Entonces la reestructuración que negoció Néstor Kirchner se habrá caído". Es sumamente necesario que la ciudadanìa de nuestro paìs entienda la complejidad de este dilema debido a que la Argentina puede llegar a situarse nuevamente al borde de la inestabilidad econòmica, desmoronandose asì todo un contexto favorable que viene acompañàndonos desde hace ya unos años. Como dice Krakowiak: "...ahora la Cámara ratificó su postura inicial y se inclinó por los acreedores, dejando a la Argentina al frente de una nueva crisis financiera. Además, sentó un precedente que dificultará todas las renegociaciones de deuda futuras a nivel mundial ya que, a partir de ahora, mientras haya un acreedor que no acepte, todo el proceso quedará pendiendo de un hilo...". Finalmente, cabe aclarar que el golpe del fallo no es automático ya que la orden de pago quedó en suspenso hasta que la Corte Suprema de Estados Unidos decida si tomarà cartas en el asunto. No obstante, el panorama no es auspicioso. Son demasiado pocos los casos que revisa la Corte y diversos pronòsticos o hipòtesis anuncian que èste no serà la excepciòn. En fin, solo resta aguardar por la resoluciòn de este difìcil asunto.Juliàn Lazo Stegeman