La cuestión del sector externo
El periodista y especialista en asuntos económicos, David Cufré, plantea lo siguiente: “las compras netas de divisas para formación de activos externos, lo que antes se llamaba dólar ahorro o dólar para atesoramiento, totalizaron entre enero y mayo 13.602 millones. El promedio mensual ascendió a 2720 millones.
Si se sostiene ese nivel de fuga en lo que resta del año, el Banco Central deberá entregar otros 19.040 millones de dólares para abastecer esa demanda. La cifra supera ampliamente los desembolsos comprometidos por el FMI hasta diciembre, que suman 13.500 millones para intervenir en el mercado de cambios: 7500 millones ahora y otros dos giros de 3000 millones cada uno en septiembre y diciembre. Es decir que la asistencia del organismo de crédito resultaría insuficiente para cubrir solo uno de los flancos que han ocasionado la grave crisis cambiaria que sacudió al país desde fines de abril. El bache mantiene expuesta a la economía al riesgo de sufrir una nueva estampida devaluatoria. Las opciones que tiene el Gobierno frente a esa encrucijada son básicamente tres: convence a los argentinos de no comprar tantos dólares, tentándolos con altas tasas de interés en pesos, consigue reactivar el ingreso de divisas para la bicicleta financiera, también con tasas por las nubes, o abandona la política de desregulación absoluta para la adquisición de moneda extranjera que habilitó, junto a otras medidas, el esquema insostenible que ahora hizo eclosión. Las dos primeras han demostrado su inconsistencia a lo largo de los dos años y medio de gestión de Mauricio Macri. Insistir por esa vía, como ha resuelto el Gobierno en el acuerdo con el FMI y por la exigencia que le impone MSCI, la calificadora que le asignó a la Argentina la categoría de mercado emergente, llevará a una crisis todavía más grave que la actual. Es importante dejarlo en claro frente a aquellos que dicen con ignorancia o con malicia que nadie anticipó el desastre al que conduciría la estrategia oficial". Estos conceptos y datos dilucidan dos cuestiones fundamentales que atañen a la gestión económica Macrista: en primer lugar, lo que se viene repitiendo hace mucho tiempo, el medio más importante para mantener estable al proyecto económico del Gobierno Nacional, que estructuralmente exhibe muchos claroscuros por la inconsistencia de su sector externo, es el financiamiento del exterior. Sin este sostén, la economía actual de la Argentina no puede estar sosegada; en segundo término, no se puede nutrir un proyecto económico con préstamos de divisa extranjera en todo momento para cubrir, por ejemplo, gastos corrientes. Esta última cuestión no sólo la demuestra la experiencia histórica, sino que también la expresaron los mismos inversores con los cuales hace un tiempo atrás el Gobierno estaba negociando para atraerlos a la Argentina. A propósito, Cufré dice lo siguiente: "una cuarta alternativa a la que podría apelar el Gobierno para cubrir la insuficiencia de dólares en el esquema actual de política económica es volver a colocar deuda en moneda dura en los mercados internacionales. Esa fue la fuente de financiamiento de la que hizo uso y abuso el equipo económico entre diciembre de 2015 y enero pasado, con la emisión de títulos públicos por más de 100 mil millones de dólares. Sin embargo, esa opción por el momento está vedada ante la comprobación de los financistas del exterior de que el país se encaminaba a paso firme hacia la insolvencia. No se puede vivir con dólares prestados todo el tiempo, concluyeron, con los números en la mano". Por otra parte, no se debe soslayar otro asunto muy importante: la toma descomunal de deuda ha provocado una acumulación de intereses a pagar que no sólo afectará en el corto y mediano plazo. A su vez, complicará a las gestiones gubernamentales que vendrán en el futuro, sea la continuación del mismo Cambiemos o cualquier otra agrupación política. El Observatorio de la Deuda Externa de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (ODE-UMET) marcó en su último informe que entre junio y diciembre el Estado argentino deberá hacerse cargo de pagos de intereses por 6190 millones de dólares. Además, en el mismo tiempo existirán vencimientos de capital por 4667 millones y vencimientos de Letes también en divisa norteamericana por 12.938 millones. En definitiva, este contexto vincula fuertemente a la economía de nuestro país a las fluctuaciones del sector externo. A modo de ejemplo y para finalizar, se puede expresar que si Estados Unidos dinamiza una suba de su tasa de interés, el modelo económico Macrista podría enfrentar muchísimas complicaciones más.Julián Lazo Stegeman(Fuentes: Clarín, Página 12, La Nación, Infobae)
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