La economía es cultura
La economía es un elemento inescindible del conjunto de las Ciencias Sociales, y pese a que existan sectores que intentan plantearla como una ciencia técnica y objetiva, la realidad de los fenómenos sociales demuestra que esto no es totalmente cierto.
Si bien hay tecnicismos, fórmulas, y miles de modelos, nunca se puede dejar de lado la cosmovisión de los actores en acción. Existen diversas corrientes económicas, todas ancladas en determinadas ideologías. Precisamente esta circunstancia es el meollo de la cuestión: muchas interpretaciones y políticas económicas llevadas adelante por los diferentes gobiernos están amarradas en las cosmovisiones de sus funcionarios. No se puede intentar omitir esta cuestión como si la disciplina económica permaneciera intacta de todo ambiente social cual planteo del positivismo del siglo XIX. La neutralidad ante la ciencia no existe, y la economía no es la excepción. Cada término técnico como política monetaria, inflación, política fiscal, entre otros, son discursos de poder que entran en pugna en las riñas hegemónicas de cada sociedad. El entorno económico es un sitio donde queda claro como cada visión del mundo busca imponer su verdad como la única forma de hacer las cosas. En este sentido los debates muchas veces no buscan aportar soluciones a los problemas macroeconómicos sino que intentan acaparar la mayor cantidad de capital simbólico puesto en juego en el campo. "Verdad y Poder" escribiría el filósofo francés Michel Foucault, con toda la razón. Los conceptos hechos "verdades" siempre responden a intereses de poder, esto debe quedar claro. Las "verdades absolutas" de la Edad Media sucumbieron con la Modernidad, y cuando se intentan omitir los debates ante premisas que colocan a determinados tecnicismos económicos en posiciones similares a las "verdades absolutas" del Medioevo, debemos considerar que la incuestionabilidad de los asuntos económicos no siempre es tal. Desde esta columna no se busca apuntar con estas aclaraciones al Macrismo y su "ortodoxia económica". Sino que también el Kirchnerismo en su discursiva y recurrente "heterodoxia" también intentó situar fundamentos económicos indiscutibles. Esto se da así porque, reitero, todo se trata de imponer verdades en lógicas de "discursos de poder". Y para comprender esta situación aún mas es pertinente retomar las primeras palabras del escrito del día de hoy: "la economía es un elemento inescindible del conjunto de las Ciencias Sociales". Claro está, la disciplina económica no se puede desprender de un fenómeno social profundamente estudiado por las mencionadas ciencias: la cultura. La economía se desarrolla y se aplica en el seno de diferentes sociedades, cada una de ellas con culturas diferentes, con todo lo que esto implica. La Ciencia Económica no puede negar su carácter social desde el momento en que trabaja con individuos socialmente organizados y envueltos en redes culturales basadas en morales, simbolismos, ideologías, gustos, costumbres, etc. Cuando escuchemos economistas, sean de derecha, centro o izquierda, esgrimiendo planteos como si fueran dogmas indiscutibles, podemos estar de acuerdo o no, pero nunca debemos caer en la trampa de los dogmáticos de creer que hay una única forma de hacer las cosas. Hay que recordar que detrás de esos postulados "únicos" siempre hay puesto algún interés. Lo fundamental es reflexionar si es un "interés personal" o para el bien del país.Julián Lazo Stegeman(Fuentes: Clarín, La Nación, Página 12)
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