Los escraches vividos durante esta semana por la periodista María Eugenia Duffard (TN y Canal 13) en la cobertura de la presentación del libro "Sinceramente" de la ex mandataria Cristina Fernández de Kirchner en la Feria del Libro, de parte de simpatizantes kirchneristas, debe ser motivo de repudio de toda la sociedad. Más allá de cualquier simpatía política o pensamiento que se tenga sobre el Grupo Clarín, los ciudadanos no podemos caer en el hostigamiento hacia un trabajador/a, menos aún si sabemos que está llevando adelante un oficio tan importante para el desarrollo de cualquier república como lo es el periodismo. En este espacio de opinión ya se viene haciendo hincapié desde hace mucho tiempo sobre la importancia de la libertad de expresión y la libertad de prensa. En esta línea, las siguientes palabras expuestas por La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) ya han tenido su lugar en esta columna dada la importancia de las mismas: "la libertad de prensa, sin ninguna duda, es un elemento central del derecho más amplio a la libertad de expresión. La prensa (en sus varias plataformas) juega un papel central al informar de forma contextualizada sobre los temas relevantes para todos los ciudadanos y ciudadanas, al agendar en debate público las cuestiones centrales para el desarrollo y la democracia, al actuar como perro-guardián de los gobiernos y otros actores. Por eso, es fundamental que pueda ejercer su trabajo con libertad. Esta libertad está amenazada de muchas formas: censuras directas a través de leyes que no respetan los estándares internacionales, concentración de medios, violencia contra medios y periodistas, impunidad en los crímenes cometidos contra medios y periodistas, violencia digital, auto-censura, entre otras". Conocidos los hechos sobre la mencionada periodista en la Feria del Libro, estas palabras de la UNESCO deben estar más vigentes que nunca. Sin lugar a dudas, el periodismo requiere de un diálogo entre las instituciones que ejercen este oficio y la sociedad civil en su conjunto ya que una de sus virtudes es la de habilitar espacio de debate. En este sentido, los ciudadanos pueden ubicarse a favor o en contra de los postulados de los diversos medios, pero nunca caer en la penosa y peligrosa práctica del escrache. Para expresar sus descontentos, la ciudadanía cuenta con mecanismos y herramientas que se encuentran dentro de los márgenes de toda sociedad democrática. Por ejemplo, crear medios alternativos a lo que consideran el relato oficial, configurar redes comunicacionales comunitarias y colectivas o escuchar, establecer y difundir pacíficamente líderes de opinión con voces diversas y disidentes. De todas maneras, el maltrato a los periodistas nunca debe ser una alternativa viable. En adición, que en estos tiempos algunos sectores de la sociedad consideren como oportunas estas acciones habla sobre la falta de madurez que posee nuestro país en términos de libertad de expresión y prensa. Para finalizar, desde esta columna se expresa el más enérgico repudio sobre los hechos de violencia sufridos por la periodista María Eugenia Duffard. Es clave, de parte de la sociedad en su conjunto, preservar este noble oficio y solidarizarse con aquellos profesionales que experimentan diferentes formas de maltrato en sus tareas laborales.Julián Lazo Stegeman(Fuente: El Comercio, Clarín, UNESCO)