¿Qué es el voto electrónico?

Cada vez que se avecina una jornada de elecciones, comienzan los debates acerca de cómo mejorar el sistema de comicios en nuestro país para evitar, entre otras cosas, el fraude. En este sentido, aparecen muchas voces que proponen distintas cuestiones que piensan como positivas. La aplicación de la tecnología, específicamente del voto electrónico, es la que se hace notar con más presencia. Por este motivo, considero oportuno realizar una caracterización de lo que es este mencionado sistema.
El concepto de "voto electrónico" admite muchas definiciones e interpretaciones. Desde aquellas que lo establecen de manera genérica como la introducción al sistema electoral de todos aquellos elementos o recursos informáticos hasta las nociones que aluden a él como los dispositivos tecnológicos para la acción de emitir y contar los votos. Asimismo se pueden encontrar caracterizaciones que lo sitúan como una salida tecnológica a los problemas del sistema electoral tradicional mediante la utilización de mecanismos hardware y software. A su vez, hay definiciones más amplias del "voto electrónico" que lo marcan como una gran red de información dentro del sistema electoral en donde las herramientas informáticas juegan un rol clave, ya sea de forma directa o indirecta. Es imprescindible destacar, también, que no existe una única forma para poner en práctica el sistema de voto electrónico. Durante el siglo XIX en Nueva York se comenzaron a utilizar los primeros Sistemas de Recuento Automático a partir de las denominadas "tarjetas perforadas". En la actualidad, estos sistemas funcionan mediante el reconocimiento que realiza una máquina sobre las marcas dejadas por el elector en la boleta. Introduciéndose así muchas contingencias relacionadas al uso de maquinarias tales como la adulteración, anulación o secuestro del voto, poca disponibilidad para elecciones complejas de múltiples cargos, costos económicos altos, entre otras. Los Sistemas de Registro Electrónico Directo (RED) son aquellos en donde el votante opera directamente a través de una unidad informática el registro y la tabulación del voto, ambas en simultáneo. Los RED, tienen la capacidad de ser configurados para evitar la anulación de los votos por posibles errores de los usuarios del equipamiento de las "urnas electrónicas". A su vez permite que los trabajadores y colaboradores de los comicios ahorren trabajo ya que las maquinas obtienen los resultados, independientemente de las voluntades reales de los que votaron, residiendo precisamente en este punto uno de los mayores problemas del mencionado sistema.Los defensores de estos nuevos sistemas de votación alegan que el voto electrónico posee múltiples beneficios: brinda el registro y la demostración de la identidad del sujeto que vota, la exposición del sufragio y el suministro de los resultados en un corto lapso de tiempo. Asimismo, facilita la acción de votar a aquellas personas que padecen algún tipo de discapacidad. Por otra parte, otra de las aristas positivas que tiene el sistema de sufragio electrónico está justificada por una participación más democrática y transparente de todos los ciudadanos. Como así también por la baja de los costos, la garantía de existencia de todas las boletas partidarias en el total de las mesas (evitando así el robo de las mismas), la disminución de ciertas contingencias relacionadas al fraude electoral. Además, los sistemas de votación electrónicos hacen más sencilla la votación para los votantes y disminuye las tareas de los colaboradores del proceso electoral, suprime plausibles errores de marcación acontecidos en cédulas tradicionales de papel que podrían anular el voto de un determinado ciudadano y achica los tiempos del escrutinio (siendo esto un eje importante cuando se comparan el voto auditable y el voto manual, debido a que el primero posibilita una mayor rapidez que el segundo, no sólo durante el acto de votación en sí, sino durante todos los procesos posteriores también).Los críticos del voto electrónico apuntan a desmitificar esa creencia basada en que éste podría brindarle más transparencia al acto eleccionario. Argumentan que la urna electrónica agrega más problemáticas a esta cuestión, por ejemplo, la obstaculización para la fiscalización de los ciudadanos de la elección. Como dice Richard M. Stallman (fundador del movimiento por el software libre en el mundo): "votar con computadoras es abrir una puerta grande al fraude. La computadora ejecuta un programa, y el programa puede ser cambiado o reemplazado. Puede ser reemplazado temporalmente durante la elección por otro diseñado para dar totales falsos. Ningún estudio del programa que debería correr puede asegurar que otro programa no actúe mal". A su vez, es difícil comprobar la transparencia de las urnas electrónicas dado que son dispositivos informáticos que en si mismo, carecen de una transparencia para ser fiscalizados. Los defensores del voto electrónico también expresan que este sistema terminaría con el clientelismo político. A lo cual, sus críticos argumentan que esto no es así ya que la tecnología no solucionaría un problema de matriz social, económico y educativo. Pese a que a priori el voto electrónico parece un sistema potencialmente beneficioso para mejorar el sistema electoral argentino, las experiencias alrededor del mundo e inclusive aquellas que se han llevado dentro de nuestro país como la de Las Grutas demuestran que estos mecanismos informáticos no sólo no resuelven los problemas que los comicios tradicionales generan sino que los vuelven aún más engorrosos. Se dificulta la participación ciudadana, estamos a merced de la tecnología y sus posibles fallas, los costos no serían tan baratos como muchos pregonan y además estaríamos privatizando nuestro derecho al voto, lo cual beneficiaría a las empresas que se encargan de comerciar con estos sistemas. Estaríamos derivando nuestro derecho al sufragio al ciberespacio donde nos situaríamos en un código que no controlamos y ni siquiera el propio Estado regula. Es decir, entonces, que las amenazas de fraude no se terminarían sino todo lo contrario. Los sistemas electrónicos de votos no son tan confiables ni blindados como aparentan serlo. Requieren además, una preparación que no toda las personas en nuestro país poseen, lo cual cercenaría una gran porción de la participación ciudadana en las elecciones democráticas. A mi entender, la única forma interesante para aplicar el voto electrónico en nuestro país con una real potencia beneficiadora para el sistema electoral nacional sería a partir de un software libre. No obstante, no se percibe ningún interés estatal por intentar algo así pero a que hay muchos especialistas en el tema que hacen hincapié en este concepto. Pese a todo, el voto electrónico, en contexto de un software libre, posee capacidades realmente beneficiosas para nuestro sistema electoral nacional.Julián Lazo Stegeman(Fuentes: Clarín, La Nación, Página 12)
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