¿Qué será de todos nosotros?
“En la lucha del Bien contra el Mal, siempre es el pueblo quien pone los muertos.
Los terroristas han matado a trabajadores de cincuenta países, en Nueva York y en Washington, en nombre del Bien contra el Mal. Y en nombre del Bien contra el Mal, el presidente Bush jura venganza: "Vamos a eliminar el Mal de este mundo", anuncia.¿Eliminar el Mal? ¿Qué sería del Bien sin el Mal? No sólo los fanáticos religiosos necesitan enemigos para justificar su locura. También necesitan enemigos, para justificar su existencia, la industria de armamentos y el gigantesco aparato militar de los Estados Unidos. Buenos y malos, malos y buenos: los actores cambian de máscaras, los héroes pasan a ser monstruos y los monstruos héroes, según exigen los que escriben el drama" (Eduardo Galeano). Lo ocurrido el día viernes en la capital de Francia es otra mancha mas en los deseos de paz mundial, una mancha, lamentablemente, que tiñe nuestro mundo de color sangre. La sangre de más de 100 inocentes que perdieron la vida en suelo parisino. Sucesos de tal magnitud golpean a la humanidad ferozmente, dejándola tambaleante y desconcertada, sin comprender hacia donde vamos como sociedad y si alguna vez llegaremos a buen puerto. Nadie entiende bien lo que sucedió ni por qué ocurrió. Lo que pasó quedará en la triste historia de nuestro mundo junto a otros tantos acontecimientos nefastos. En momentos así las palabras sobran o, tal vez, no alcanzan para explicar lo sucedido ni para manifestar el dolor y la tristeza que estas gravísimas contingencias generan en el planeta. Sólo queda algo claro: los ciudadanos del mundo estamos en el medio de un enfrentamiento entre poderes religiosos, económicos, políticos y culturales, más allá de nuestros entendimientos y, lamentablemente, más allá de nuestras vidas. ¿El bien? ¿El mal? ¿Quién es cada quien? En estos momentos mundiales, estas clasificaciones se desvanecen como se desvanecieron ayer las vidas de muchos individuos en Francia. A menudo, en el recorrido del cotidiano, nos preocupamos por cuestiones que nublan nuestra visión y no nos dejan ver los verdaderos asuntos que nos competen como seres humanos. Tragedias como éstas son golpes que impactan sobre nuestras realidades y nos hacen reflexionar. ¿Hacia donde va la sociedad mundial? ¿Cómo estamos como humanidad? ¿Alcanza el mundo para la convivencia de tantas culturas e intereses? Todos interrogantes que a priori no tienen respuesta. Lo que pasó ayer en Francia deja muerte, tristeza, rencor, odio, dolor, miedo. Todos elementos que configuran un futuro negativo para la sociedad mundial.... ¿Qué será de todos nosotros?Julián Lazo Stegeman
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