A 10 años de Comer, Rezar, Amar: despertar hoy en Bali
El viaje de transformación que hizo y narró Elizabeth Gilbert es el que más de una persona soñó hacer alguna vez. Una década después del estreno de la película con Julia Roberts, la profesora de historia Patricia Lasca recorrió las calles de esa isla de Indonesia para contar rituales ancestrales e influencias modernas de un sitio atravesado por el turismo.
"Tendrás dos matrimonios, uno largo y uno corto...", pronostica Ketut, el gurú balines, a la escritora y periodista Elizabeth Gilbert (representada por Julia Roberts en la ficción) y agrega: "Ten los pies en el suelo, como si tuvieras cuatro piernas, para que puedas quedarte en la tierra; no mires al mundo con tu cerebro, mira con tu corazón, así podrás conocer a Dios".A diez años del estreno de la película Comer, Rezar, Amar (y doce años de la publicación del libro original), las amantes de esas historias de encuentros y aprendizajes pueden recordar esos pasajes con dosis de videncia y sabiduría. Además, ¿quién no fantaseo, alguna vez, con la idea de "dejarlo todo", al menos por un tiempo, para iniciar un largo viaje de transformación? Sobre todo, esos días que nos ronda esa sensación punzante de vacío interior.Con la decisión de "volver a llenarse", Liz compró tres pasajes. El primero de ellos la llevó de Estados Unidos a disfrutar de los placeres mundanos de la ruidosa Roma, la ciudad eterna; a descubrir el sentido del "Il dolce far niente" (el placer de no hacer nada, según los italianos); a saborear con todo el gusto de una pizza sin "la culpa" de contar las calorías; a reírse como si fuera la última vez.Su segunda estación fue una comunidad espiritual en la India. Allí lidió con sus pensamientos, se sintió incómoda con ella misma y con los ecos de amores no resueltos. "Aunque estoy en la fuente, me siento más desconectada que nunca", expresó. Empezaba así la gran búsqueda de la paz interior.Con su tercer pasaje, Liz -periodista y escritora- viajó a la isla de Bali, donde un tiempo atrás había conocido a Ketut y donde, sin buscarlo, encontró el amor.Aunque, spoiler alert de la vida real: ella y el empresario brasileño José Nunes -personificado en la película por Javier Bardem- se separaron en 2016; Liz estuvo en pareja con su mejor amiga, Rayya Elias, hasta que falleció a comienzos de 2018.Hace poco presentó en Instagram a su amigo y ahora pareja Simon MacArthur, mientras viaja para presentar su último libro, la novela City of girls.Llegar a Bali hoyAbrir los ojos en esta isla de Indonesia es como ver un paisaje surrealista. La naturaleza exuberante, las casas con sus techos y fachadas completamente ornamentadas, las imágenes -muchas de ellas, antropomórficas como guardianes en las puertas de los hogares-, las ofrendas diarias a los dioses hindúes, las procesiones en las calles, los miles de templos presentes en toda la isla, los mercados y los campos de arrozales conforman un micromundo que, en principio, por lo desconocido, parece irreal a los ojos de los occidentales.Aunque, en general, se piensa en Bali para disfrutar del buen clima y de los atardeceres y amaneceres en sus playas paradisíacas, lo que ocurre es que, una vez allí, casi nadie se niega a dejarse llevar por la mística de sus creencias que laten al ritmo de la vida cotidiana.Ser mujer en BaliEn la tercera estación de su viaje, Liz vuelve a Bali a recibir las "enseñanzas" de Ketut. Cierto día, en Ubud, corazón de la cultura de la isla, una mujer balinesa le dice: "El divorcio pone triste y te vuelve una paria". Esta expresión -tan breve como determinante- está fuertemente arraigada en una sociedad que basa sus principios en creencias ancestrales, que ubica a la mujer en el rol de hija, madre y esposa.Una mujer cambiando el atuendo típico con el que "visten" a los guardianes del hogar en Bali. Foto: Patricia Lasca.
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