Los miedos más frecuentes en los chicos y cómo ayudarlos
Monstruos, fantasmas, tormentas eléctricas, oscuridad y pesadillas. ¿Por qué aparecen? ¿Qué implicancia tienen para la salud? Libros que ayudan a superar los temores.
Muchos papás y mamás consultan preocupados al pediatra o psicopedagogo acerca de los miedos en los niños. ¿Son normales? ¿Se asocian con determinadas edades, como "crisis de crecimiento"? Están aquellos que son muy propios de determinada etapa infantil, y otros que sobrevienen como consecuencia de alguna experiencia traumática: por ejemplo, una turbulencia en un viaje puede causar un miedo a los aviones; la mordida o rasguño de un perro puede desencadenar una gran ansiedad frente a los animales; experiencias de bullying pueden ocasionar terror en el momento de ir a la escuela.En principio hay que aclarar que es normal que los niños tengan miedos de forma esporádica y ante ciertas situaciones. El miedo es una emoción que puede ayudarlos a ser cautos. Algo que los adultos debemos saber es que las cosas que asustan a un niño van cambiando durante sus etapas de crecimiento, y que hay miedos que suelen ser frecuentes y también normales en diferentes edades. Veamos los más comunes:Miedo a los monstruos y fantasmasGeneralmente aparece cuando el niño tiene entre 4 y 7 años de edad.Según el Licenciado en Psicología Sergio Farinelli, especialista en Infancia y Etapas de Crecimiento, "para comprender este tipo de miedos debemos saber que el imaginario infantil no tiene límites, ni para lo bueno, y tampoco para lo malo. Al igual que tienen una enorme capacidad para imaginar historias y jugar, también pueden disponer de la capacidad suficiente para ver y crear monstruos donde no los hay.""Cuando hablamos de monstruos no tienen por qué ser los monstruos que se ven en la tele o en las películas -agrega el especialista-; hay dibujos animados que también los asustan hasta que estos se hacen amigables para los niños (Monster House, El alucinante mundo de Norman, o Monsters Inc., de humor). Un monstruo puede ser cualquier cosa que les de miedo e incluso puede estar en su imaginario."Según un estudio elaborado por Clínica Mayo, "los niños que evitan las situaciones atemorizantes no tienen la oportunidad de enfrentar sus miedos y no aprenden que los temores son controlables". Los que sí lo hacen, en cambio, disminuyen notablemente su ansiedad.¿Como podemos ayudarlos? Según el especialista, se deben aplicar acciones de superación, por ejemplo:- Si el niño tiene miedo a los monstruos no hay que ignorar ese miedo y ni reírse de él.- Debemos evitar recurrir a frases espontáneas como: "No seas miedoso que los monstruos no existen". En este caso es aconsejable decirle que los monstruos no existen, pero permitiendo que el niño exprese sus miedos, y hacerle sentir nuestro apoyo y comprensión.- Ayudarlos a generar confianza en sí mismos, esto hará que puedan disponer de ella en caso que les resulte necesaria para poder contarnos cualquier cosa que sientan.Puede presentarse de diferentes maneras, siendo el miedo a dormir con la luz apagada, el más generalizado; también miedo a permanecer en lugares oscuros o con poca luz. Como idea general podemos decir que "el miedo a la oscuridad por parte de los pequeños muchas veces se debe a una reacción natural del organismo, bajo el instinto de protegerse de algo que se considera peligroso"."Las causas que provocan el miedo a la oscuridad en los niños pueden ser diversas. La dificultad para diferenciar la realidad de la ficción a temprana edad es uno de los motivos que disparan este miedo. Su imaginación puede alimentar esos temores. En el caso de la noche, el temor se acrecienta por la inseguridad que les provoca el hecho de separarse de mamá y papá, lo cual ocurre al momento de ir a dormir", explica Farinelli.
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