Un libro y dos películas de un ayer que resuena en la cuarentena de hoy
No todo es series del momento, también hay clásicos imperdibles que, además, vuelven a plantearnos viejos interrogantes no resueltos.
Si el maratón de series te dejó los ojos como platos y te interesa algo más que "La Casa de Papel", seguro estás atento a otros consumos culturales posibles, para la supervivencia en medio del aislamiento. Tres por día llegan desde esta columna.Crónicas MarcianasPara celebrar el centenario del nacimiento de Ray Bradbury, se relanzó la mítica editorial de ciencia ficción Minotauro con tres títulos. El primero, como no podía ser de otra manera, es una espléndida edición de "Crónicas Marcianas", la poética colección de relatos del autor de Farenheit 451, que también se reeditó como avanzada.Claro, lo primero que fascina de este libro, ideal para reeler o descubrir en estos días, es el delicioso prólogo de Jorge Luis Borges. "¿Qué ha hecho este hombre de Illinois, me pregunto, al cerrar las páginas de su libro, para que episodios de la conquista de otro planeta me llenen de terror y de soledad", escribe. "¿Cómo pueden tocarme estas fantasías; y de una manera tan íntima? Toda literatura (me atrevo a contestar) es simbólica; hay unas pocas experiencias fundamentales y es indiferente que un escritor, para transmitirlas, recurra a lo fantástico o a lo real, a Macbeth o a Raskolnikov, a la invasión de Bélgica en agosto de 1914 o a una invasión de Marte. ¿Qué importa la novela, o la novelería del science-fiction? En este libro de apariencia fantasmagórica, Bradbury ha puesto sus largos domingos vacíos, su tedio americano, su soledad, como los puso Sinclair Lewis en Main Street".Si estar encerrado en casa se te está haciendo cuesta arriba, ponete en el lugar del tipo que se ha quedado solo y sin nada en un planeta sin vida.Entre "los deleitables terrores" de los que disfruta Borges y hará el lector que se asome a este clásico, están las aventuras de los terrícolas que van llegando al planeta rojo, no exentas de violencia, locura y misterio. Con su estilo lírico, rico en hallazgos de imágenes extraordinarias, Bradbury va dando cuenta de esos encuentros y desencuentros. En muchos relatos breves que van estructurando el relato mayor, de la conquista de Marte. Con descripciones que nos tocan, como dice Borges, y con frecuencia nos llevan a cerrar el libro por un momento, tan inquietante es su belleza. Vaya un minúsculo ejemplo para cerrar, del texto "Los hombres de la Tierra", uno de los primeros: "Alrededor de la sala, brotaban llamas azules, brillaban un momento, se evaporaban. Unos diablillos de arena roja corrían entre los dientes de los hombres dormidos. Las mujeres se transformaban en serpientes aceitosas. Había un olor de reptiles y de bestias".The Martian/Misión rescateHablando de Marte, la película de Ridley Scott, con el fantástico Matt Damon como Mark Watney, el astronauta protagonista, está de vuelta en nuestras cabezas atribuladas por la pandemia. Es que es la crónica de un hombre solo, al que sus compañeros dan por muerto, luego de una tormenta feroz, y dejan atrás. Hay acaso un ejercicio de proyección consoladora en volver a esa película: si estar encerrado en casa se te está haciendo cuesta arriba, ponete en el lugar del tipo que se ha quedado solo y sin nada en un planeta sin vida.Seguramente el novelista Andy Weir, sobre cuyo primer libro se basa The Martian, es un lector entusiasta de Bradbury, además de un interesado en Marte. Y algunas escenas, algunas ideas de la película parecen homenajes a textos como "En la mañana verde", sobre la obsesión de un señor llamado Benjamin Driscoll por hacer crecer algo (verde) en el planeta de tierra muerta, así los terrícolas logran respirar a pulmón completo. Un esfuerzo desesperado que recuerda a los del astronauta Mark por crear agua, y así, vida. Es menos interesante el desarrollo del plot terrestre, la Misión rescate, con sus compañeros y medio mundo pendiente de su rescate. Pero los tramos más potentes The Martian, nominada a siete premios Oscar, no son otra cosa que un relato de soledad e incertidumbre, a lo largo de días que pasan y con la muerte que acecha.OldboySi ya vieron todos Parasite y tienen ganas de más cine coreano, Oldboy no es solo una de sus gemas más brillantes y famosas, sino otra de las películas "de encierro" que vuelven a la cabeza, de espectadores y críticos, en esta cuarentena. Dirigida por Chan-wook Park (La doncella, Sympathy for Mr Vengeance), es la historia de un hombre, esposo y padre que tras una noche de bebida se descubre encerrado en una especie de habitación prisión. No sabe qué pasa, no sabe porqué. Y ahí pasa 15 años. Cuando igual de misteriosamente sea liberado, trastornado por completo, tendrá apenas cinco días para tratar de descubrir qué, quiénes, porqué, anticipando una venganza que será terrible. Electrizante, ultraviolenta, con algunas secuencias que quedaron para la historia, Oldboy es también un revulsivo estudio sobre los límites psicológicos del hombre deshumanizado. Tuvo una remake americana olvidable e innecesaria, dirigida por Spike Lee.
ESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
ACCEDÉ A ÉSTE Y A TODOS LOS CONTENIDOS EXCLUSIVOSSuscribite y empezá a disfrutar de todos los beneficios