Espacio Literario
Hoy, volvemos al soneto
Vuelvo a uno de mis grandes amores literarios, el soneto, esa forma que algunos califican de antigua y caduca sin quizá detenerse en la riqueza musical de sus versos, de su ritmo, de sus códigos elementales. Leer un soneto es entrar por un instante en la expresión justa de un sentimiento, sin rodeos, sin alardes, en la medida de lo perfecto.
Al respecto el crítico Luis Alberto Ruiz nos dice el soneto exige "el desarrollo orbicular, la perfecta redondez, la unión polar del alfa y el omega de esa forma, nunca superada, de recoger la poesía".Por su parte, nuestra poeta Tuky Carboni expresa: "Es verdad que el elaborarlo lleva tiempo; que hay que trabajarlo con amor desmedido; que hay que acariciarlo como a un amante remiso; encenderlo, como encendían el fuego nuestros ancestros: con paciencia."Miguel Ángel Federik agrega. "...el soneto sigue siendo una escuela para el juicio poético... La tiranía de un límite y de un orden interno son cualidades de todo poema. Y el soneto allí, como una pedagogía esencial de esas fronteras de resolución"Hoy celebremos al soneto a través de dos expresiones: "El sauce", de Juan Manuel Alfaro, y "La calma", de Julio Federik. El Sauce A Carlos Alberto ÁlvarezEl sauce, en su constancia evanescente,más que un árbol parece aire cayendo,y al descubrir que el río se va yendose deja estar en él, íntimo afluente.Dicha de ser la orilla y la corrientey en reflejo cautivo estar fluyendo.Saber envejecer reverdeciendo:en tronco añoso y rama adolescenteSombra fluvial, oleaje en la riberay brisa vegetal vuelta maderaque en el quieto arenal mece su proa.Y en secreto se va, al irse el día;pero al sentir que es sauce todavíala soledad le amarra una canoa. La calmaNo le pido a la vida muchas cosaspara poder gozar de cada día,todo a su tiempo es la sabiduríade estas horas tranquilas y dichosas.Las otras que vendrán, serán forzosasformas de continuar la travesíay quiero para ellas la alegríaque enaltece las almas generosas.Que me baste a la luz de la mañanael matiz de una flor o un gesto nuevopara asombrar mi corazón sencillo.Yo prefiero la dicha cotidiana,donde siento que a veces me renuevocuando descubro el ángel de su brillo.Fuente: Juan Manuel Alfaro- Julio Federik -"Sonetos" -Ediciones Comarca- 2007-
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