El Periodismo Militante
El pasado martes, la Corte Suprema de Justicia declaró como constitucional a la tan discutida Ley de Medios; hoy decido abordar un tópico que no queda ajeno a esta disposición y que ya forma parte de nuestro cotidiano: el periodismo militante.
"Hablar de prensa es hablar de la política, del gobierno, de la vida misma de la República, pues la prensa es su expresión, su agente, su órgano (...)". Decidí comenzar mi editorial con estas palabras del libro "Cartas Quillotanas" de Juan Bautista Alberdi; y esto no quiere decir que esté o no de acuerdo con lo que ellas expresa, sino que quiero poner atención en cuán importante es leer las cosas en su contexto. Dicha publicación fue escrita en el año 1853, época memorable de la prensa faccional, donde el rol del periodista no se había constituído aún, tenía un objetivo meramente político y sólo unos pocos podían acceder a esta. Y cabe aclara esto, porque el relato planteado podría estar en boca de cualquier periodista calificado hoy como militante, a lo que el prócer aclara al decir: "¿Se ocuparía hoy la prensa de lo mismo que se ocupó durante los últimos quince años? No ciertamente: eso sería ir contra el país, y contra el interés nuevo y actual del mismo". Como todos saben, la actualidad que nos toca vivir es una en donde los medios ocupan un lugar más que importante, y donde gran parte de ellos están conducidos y movilizados por intereses que no son justamente de índole mediática. Sabemos que la subjetividad es un factor esencial en toda publicación periodística, y que su antagonismo, la objetividad, es inexistente o muy difícil de lograr. Ésta no solo consta en seleccionar las palabras o instrumentos para relatar o exponer alguna información, sino también, en contarla a través de una determinada mirada, es decir, interpretar los hechos con un enfoque particular, que permita a los lectores sentirse identificado con la óptica que cada informador elige. Para dejarlo en claro, y para el disgusto de los amantes de los medios, la militancia periodística no es representada sólo por aquellos allegados al oficialismo, ya que las corporaciones mediáticas opositoras, por llamarlas de alguna manera, también demandan de un acuerdo tácito y una cierta dependencia en lo que piensan y expresan sus figuras públicas. Sinceramente, consumir un medio de comunicación que no esté ligado a alguna línea política bien marcada, parecer ser algo utópico; y es esto lo que pretendo exponer, creo que es muy escabroso alcanzar la objetividad, pero que es necesario disponer de canales, emisoras o periódicos en donde se puedan contemplar noticias que encierren una cierta neutralidad, dejando la última interpretación al televidente, oyente o lector. En la actualidad, existe un cierto acercamiento a esta realidad, pero son muy pocos los que logran aproximarse. Afortunadamente, la circunstancia es planteada porque no la considero imposible de conquistar; a su vez, entiendo que detrás de la cuestión existen otros intereses, políticos y económicos, que movilizan a actuar como se observa, pero nosotros, los usuarios, no tenemos porque sumergirnos en esta problemática que no nos compete. Así, esta coyuntura, hizo transportarme a una interesante jornada vivida en el Centro Económico de Gualeguay, en donde el renombrado Mario Alarcón Muñiz, sentado junto a Paulo Kablan, fomentaba con sus palabras la inserción del periodismo independiente; lo cual desató bastante mi reflexión, y he llegado a la conclusión de que este estilo puede no ser posible del todo o de manera completa, pero su lucha por alcanzarlo, enriquecerá al periodista y a las tantas almas que día a día con ellos se informan.Agustín Curuchet
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