La política de la conciliación
Esperamos muchos meses para conocer a nuestro nuevo presidente; primarias, primera vuelta y balotaje, fueron necesarios para arribar a la elección del nuevo mandatario. A días de su asunción, hoy la figura de Mauricio Macri se encuentra en el foco de las miradas tras la gran expectativa que generó su designación.
La polémica del traspaso, sus idas y vueltas finalizadas con una medida cautelar que nos dio un presidente provisional con un mandato de solo doce horas, quedarán en la historia como una anécdota más del final de un ciclo que tuvo al kirchnerismo como eje central. Todo hacía suponer que la salida de la actual ex presidenta se iba a dar de una manera pacífica y amigable, pero desde el encuentro con el ingeniero semanas atrás en la Quinta de Olivos, la idea de transición se fue desmoronando. Desde el día uno, el lema de cambio de la alianza presidencial, parecía hacerse efectivo en el discurso que Macri brindó en el Congreso de la Nación, minutos después de hacer recibido la banda y el bastón. Pero aún faltaban los hechos. A pocas horas del inicio de la gestión, se comenzaban a tomar medidas que ya dejaban entrever cierto anhelo de transformación. Desde la justicia, el nuevo ministro Garavano, dejó sin efecto la apelación de inconstitucionalidad al Memorándum de entendimiento con Irán, cuestión que será desestimado en pocos días como tal; a su vez, negó la salida del país al ex vicepresidente Boudou, a causa de su procesamiento y, desde ahora, deberá pedir permiso para viajar al exterior. Además, el clima de conciliación que se sembró en la campaña, parece a simple vista comenzar a ponerse en acción. Ya que en primer término, el presidente tuvo una reunión con cada uno de los candidatos que aceptaron otorgarles sugerencias y cierto apoyo para comenzar. "Es hora de sumar", expresó el ex gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, quien de alguna manera se alejó un poco del foco kirchnerista para pasar a mostrarse en una actitud diferente, tal vez pensando en el nuevo peronismo que se viene. La cumbre con los gobernadores, es otro punto a destacar. Un almuerzo fue la excusa para reunir a mandatarios provinciales, de distintas ideologías y partidos, con intención de labrar un camino hacia el federalismo, que muchos pregonan pero pocos hacen efectivo. La economía es otro pilar fundamental para comprender que tan ciertos son estos aires de cambio. Los problemas son muchos y necesitan de soluciones rápidas, A pesar de su impronta neoliberal, el nuevo gobierno busca generar una mayor credibilidad y confianza que le permita el ingreso de capitales, junto con una inversión estable que depare en el progreso del país. Fenómenos como la paridad cambiaria, la falta de reservas, inflación o retenciones a la producción, demandan prontas resoluciones, que devienen en el cuestionamiento sobre si el accionar a aplicar será de forma gradual o gestando políticas de shock. Este es el doble desafío de la era Macri, por un lado, reestablecer y mejorar la situación económica, y por otro, volver a los valores e instituciones tradicionales, teniendo como base la revalorización de la democracia. La incertidumbre sobre lo que está por venir, debe ser reducida y observada con bueno ojos, de nada sirve realizar conjeturas negativas sobre algo que aún no pasó. De la mano de la honestidad y apelando a lograr la unión nacional, será al parecer como el nuevo mandatario llevará las riendas de nuestro país. Esperemos que así sea.Agustín Curuchet
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