Retratos Íntimos
Retratos Íntimos: Úrsula Alonso. Escritora, poeta y artista literaria.
“Desmonte” es un poemario que edité hace muy poquito tiempo, salió en España. Yo estuve un tiempo breve pero intenso en aquel país y se me dió la oportunidad de editarlo allí. Así que ahora estamos iniciando su presentación en Argentina, en Gualeguay primero y quizás en Buenos Aires después.
Viajar a España fue una experiencia intensa en muchos sentidos dado que no es sólo llevar la producción artística sino que, también, es llevar toda una idiosincrasia cultural. Con esta oportunidad de viajar a Europa, además de ir a hacer lo que iba a realizar (yo fui por una residencia artística), tuve la posibilidad de difundir no sólo “Desmonte” sino, también, dar talleres literarios donde pude difundir lo que es la literatura latinoamericana, argentina y, en particular, la de Gualeguay. Que no se malinterprete ésto último: no lo veo ni lo digo desde una perspectiva reduccionista, en el sentido de que no planteo que estos autores vivieron geográficamente en este lugar y hasta acá es su literatura, para nada. Todos éstos trabajan temas universales, lo que sucede es que, por ejemplo, a Emma Brrandeguy la siento más cercana. Por este motivo la propuse en uno de los talleres literarios que tuve la posibilidad de brindar. Con este viaje, lo que quiero decir, es que además de llevar mis raíces y difundir lo que es Entre Ríos, lo que es Argentina, lo que es Latinoamérica, desde mi pequeño lugar, tuve la oportunidad de encontrarme con el Otro, con el que está del otro lado, desconoce todo ésto y de pronto dice: “¡Ah! Existe Entre Ríos, existe Juan L. Ortiz”. La idea era ésa, el intercambio cultural.
En la idiosincrasia cultural de Gualeguay hay una fuerte presencia de todo lo que tiene que ver con el paisaje. En la idiosincrasia de nuestra localidad hay tanto lo que es el paisaje urbano, en menor medida, como lo que es el río, el campo, el cielo inmenso, esos atardeceres que son únicos y, también, la llanura, los colores. Todo eso es Gualeguay. Quizás lo estoy romantizando en un punto, sucede que a mi me genera éso. Es paz, es tiempo, sobre todo es tiempo a favor que se tiene siempre. Entonces me quedo con el paisaje y es lo que a mi me marcó en mi infancia y lo que todavía me marca porque creo que son huellas para toda la vida que de algún modo nos dejan perplejos en la infancia, que es cuando conocemos el mundo. Así que bueno, yo definiría la idiosincrasia cultural de nuestra ciudad de ese modo.
Mi infancia transcurre en el campo de Gualeguay, lo que se conoce como la Segunda Sección Chacras, que si bien en ese momento era zona, valga la redundancia, de chacras, era más campo y lo digo así porque verdaderamente eran pocas casas en ese lugar. Era como una zona muy familiar porque allí vivieron mis bisabuelos, mis abuelos, después la generación de mis papás, mis tíos, mis primos, todos allí. Entonces, era primero todos los días el contacto con lo que es: el trabajo de campo, la naturaleza. Éso me formó mucho porque mi familia se dedicaba y se dedica al trabajo en el campo. Siempre, quizás, desde lugares diferentes, algunos a la agricultura, otros a la ganadería. Por ejemplo, iba a la casa de mi tió y estaba trabajando con una cosa y yo aprendía observándolo. Después iba a lo de mi abuela y estaba haciendo otra cosa. Tal vez era algo que no estaba buscando pero me llegaba. Bueno, a mi la inclinación por la literatura me generó como una contradicción dado que los libros me obligaban a estar en cierto espacio íntimo y ,más solitario si se quiere, y entonces decía o lo pensaba así: “¡Ay le estoy traicionando a la tradición familiar de dedicarme al campo!”. Sin embargo, después entendí que no, que éso se transformó en mi forma de producir, en un camino o un tema. Así que desde ese lugar yo también pienso mis primeros años como una marca.
Mi familia, sin saber, al principio me apoyó. En realidad, la primera imagen que yo tengo de la literatura de mi vida es paradójica porque yo no empecé leyendo, es decir, lo comento en términos de lo que es la literatura como arte. No comencé leyendo sino escribiendo, como todo niño que en los primeros años cuenta historias o inventa cosas muy fantasiosas. Lo que yo tenía es que además de pensarlo en mi mente y de divagar, lo escribía y por algún motivo decidía ordenarlo para que fuera comunicable y que se transforme hasta, quizás, en un cuento o en un intento de cuento muy breve. Todo ésto a la edad de ocho años aproximadamente. Creo que en ese tiempo mi padre me impulsó mucho sin saberlo porque cuando él lee el primer texto, que era algo que se me dió por dejar en un soporte escrito pero que en realidad yo imaginaba y divagaba, se quedó como: “¡Ah! ¿Y ésto?”. Entonces le digo: “ lo escribí yo”. Entonces él me comenta: “¿Te lo dictó la maestra en la escuela?” (risas), “no no, lo inventé yo” le respondí, entonces sorprendido fue y se lo mostró a mi abuela, como un niño (risas), y yo muy contenta. Insisto, él capaz sin saberlo me acompañó en esa primera faceta. Luego tuve en la primaria, yo iba a una escuela rural de la zona donde vivía que era la Escuela N° 64 General José de San Martín, una señorita que me ayudó mucho en lo que era el recorrido literario porque a ella le gustaba como escribía. Dora Parachú es su nombre, si bien no la vi más siempre voy a estar agradecida con su labor y con esa tarea que ella misma se impuso de ayudarme en este camino y dedicarle un ratito en lo que es el quehacer diario de la docencia a que yo realice actividades particulares para poder redactar y trabajar sobre eso.
Bueno, además en esa época yo escribía canciones, o decía que eran canciones porque, claro, la música en lo que es el arte funciona un poco más. La literatura se inscribe, digamos, en un sector muy reducido, lo hablo en términos de personas que escriben como de quiénes leen y disfrutan de la poesía oral, la narrativa. Entonces bueno, un tiempo después entendí que lo que estaba escribiendo eran poemas, no canciones, pero como tenía la estructura de la poesía en esto de estar escrita en verso para mi en aquella época eran canciones. Posteriormente, realicé el camino que para mi hay que realizar, de lectora, una lectura seria y profunda del texto.
Si tengo que nombrar autores y autoras que influenciaron mi vida y mi obra puedo mencionar a Gabriel García Márquez. Yo con él entendí lo que es poder aglutinar en un texto toda una cultura. Yo venía leyendo autores norteamericanos. Por ejemplo, George Orwell, o de Europa, cuando era más chica leía Las Crónicas de Narnia, entonces me encontraba con ese mundo fantástico europeo. De pronto, cuando llegué y leí a García Márquez dije: “Wow, qué cercano me parece todo ésto, estas palabras”. Yo en ese momento, de chica, no leía autores gualeyo porque la verdad que no están muy difundidos en lo que es el ámbito institucional, en lo que es la educación formal, la escuela. Los institutos de formación docente muchas veces no trabajan ésto. De todas maneras, en mi caso yo sí tuve la suerte de cuando me formé como profesora de literatura poder acceder a lo que se conoce como Literatura Regional o, como yo prefiero decirle, literatura producida en Gualeguay y por autores gualeyos. A propósito de ésto, yo creo que deberíamos trabajar más, particularmente en nuestra ciudad, con la enorme riqueza que tenemos en el ámbito literario específicamente. Deberíamos trabajar más en las aulas, deberíamos proponer más al respecto. De hecho, en los diseños aparecen pero muy pocas veces se implementan. Ahora en estos últimos años se ha empezado a ver un poco más y éso me pone muy contenta pero hasta hace no tanto yo, por ejemplo, no llegué a conocerlos y los conocí después, mucho tiempo después. En este sentido, aparecen en el corpus de personalidades de las letras que me influenciaron, autoras como Emma Barrandeguy, y autores como Juan L. Ortiz, por supuesto.
Bueno, te hablaba de Gabriel García Márquez, “Cien años de soledad” fue un antes y un después para mi. También puedo mencionar a Roberto Juarroz, Idea Vilariño, Cervantes, son muchos, todo lo que es la literatura española a mi me marcó muchísimo. Así que de ahí parten algunas influencias, después uno realiza una especie de diálogo y crea un estilo propio.