Marruecos
José María Quevedo: “I love Marruecos”
Rue20 Español/Buenos Aires - José María Quevedo* Marruecos te impresiona, te sorprende y te enamora. Te enamora su gente; cálida, amable, encantadora. Te enamoran sus ciudades; prolijas, ordenadas, impecables. Sus paisajes inabarcables.
Transitando este increíble país uno entiende porqué los marroquíes adoran a su rey y se enorgullecen del lugar que ocupan tanto en su continente como en el mundo.
No fue casualidad que en Catar, su selección llegara a las semifinales del mundial de fútbol. El cuarto puesto en la máxima competencia para selecciones de fútbol alcanzado por “Los Leones de Atlas” fue resultado de un trabajo estratégico, planificado y ejecutado con “disciplina marroquí” por dirigentes, cuerpo técnico y jugadores. Lo comprobamos al visitar la fantástica Academia Mohammed VI de Fútbol de Rabat, la segundo más grande del mundo que incluye (entre otras cosas) dos canchas cubiertas, tecnología médica e instalaciones 5 estrellas para que los héroes de Catar concentren y entrenen previo a cada partido y los futuros “cracks” se formen como deportistas y personas de bien.
El trabajo a mediano y largo plazo se puede reconocer en edificaciones y autopistas, pero sobre todo en la confianza y el orgullo de su gente. Toda su gente. Desde Sara Khaimi, su padre y sus hermanos que tan amablemente nos recibieron y agasajaron en Tánger (de ser por ellos estaríamos todavía sentados a la mesa de su villa degustando exquisiteces), hasta el último vendedor del Mercado de Agadir (una ciudad maravillosa) que con entrañable simpatía llamaba nuestra atención y se interesaba por compartir con nostros lo que sabía de nuestros países. “Argentina, Messi!” “Paraguay, fútbol!” “Colombia…”; ahí lo dejo.
En el aeropuerto de El Prat (Barcelona) Mamoun Belkoura (un joven estudiante residente en Bostón) nos anticipó lo que en su tierra sería una constante; amable, simpático, predispuesto y extremadamente respetuoso, nos acompañó durante la espera del vuelo a Casablanca, nos aconsejó y se quedó hasta asegurarse que ingresábamos a su país de la mejor manera.
El periodista y el coronel:
A la calidez y hospitalidad que caracteriza a los marroquíes debo agregar la paciencia con que soportaban ¡mi precario inglés!
Se volvió habitual durante todo el viaje que con amplia y paciente sonrisa esperaran que “el argentino” encontrara las pocas palabras que maneja en ese idioma para poder hacerse entender en notable contraste con los anfitriones que en un 100% hablan inglés, francés y árabe.
Así como “El coronel no tiene quien le escriba, el argentino no tiene quien la traduzca” comentó ocurrente y de manera superacertada nuestro colega y periodista Ismail El Khouaja; parafraseando el título de un libro de García Márquez, para la carcajada general de mis colegas y mía ¡¡¡por supuesto!!!
Resultados tangibles:
Marruecos es una monarquía ejecutiva; una monarquía que cualquiera de nuestras democracias debería envidiar, tanto por su grado de eficiencia como por el compromiso que el Rey, sus ministros y consejeros tienen con su pueblo y el que su pueblo tiene con sus gobernantes y los objetivos como nación.
Mi colega ignacio Martínez usó el concepto de “armonía” en uno de sus artículos. Suscribo y agrego: “PERFECTA”; armonía perfecta entre el Rey, su pueblo y los objetivos trazados.
Los resultados de la gestión real —en todos los sentidos— es evidente; grúas que levantan complejos habitacionales en todas las urbes, autopistas, lugares de recreación, movida deportiva y cultural; calidad de vida.
La élite intelectual que rodea y aconseja al Rey Mohamed VI tiene mucho que ver en esto. Todos reconocen el trabajo que este grupo educado y preparado para gobernar, tan bien aconseja al hijo de Hassan ll.
Pero las opiniones, sugerencias y consejos que ofrecen caerían en saco roto si no tuvieran un interlocutor sagaz, atento e inteligente como el adorado Rey Mohamed VI.
El lider de la nación accedió al trono el 23 de julio de 1999, horas después de la muerte de su padre, Hassan II, ideólogo y ejecutor de la “Marcha Verde”, la fantástica empresa mediante la que Marruecos recuperó el Sáhara.
Mohamed Vl no sólo continuó el legado de su progenitor, sino que superó con creces las expectativas en él depositadas.
Marruecos es hoy no solo un destino turístico paradisíaco sino que se ha vuelto “un boom comercial” para los países del sur de Europa y el líder indiscutido de toda África.
Podría extenderme mucho más pero prefiero resumirlo todo en una sugerencia: conozcan Marruecos, conozcan a su gente; se van a enamorar.
Agradecimiento:
Quiero agradecer a Rue20 Español y destacar la visión de otra persona entrañable, su director Adil Ourabai, pieza clave para la constitución de la Asociación de Periodistas Latinoamericanos de Marruecos [APLAM]. Pero como el Rey necesita de sus consejeros, Adil cuenta con “mi hermano” Ismail El Khouaja, mano derecha y jefe de redacción en español del diario más importante del norte de África.
Me identifican con Adil la hiperactividad y la dedicación por este hermoso oficio. Con Ismael la curiosidad; atenta y silencios en su caso, estridente y sobreexpresiva en el mío.
Experiencias como la vivida en este junio inolvidable de 2024 me recuerdan tres de las innumerables razones por la que me hice periodista; conocer, descubrir, contar.
¡Shukran!
José María Quevedo
*Periodista argentino -