Día de la Tradición
La leyenda de la yerba mate.
La yerba mate constituye de por sí un emblema clásico de la tradición argentina a través de la costumbre cotidiana de tomar mate que se remonta a épocas anteriores a la constitución de nuestro país pues los pueblos originarios de la región conocían sus benéficas propiedades para la salud corporal.
Leyenda de la yerbamateYasí, la Luna, era una diosa guaraní que amaba bajar a la tierra y confundirse entre las personas. Para ello, tomaba la forma humana convirtiéndose, mágicamente, en una joven rubia.Una vez paseando por el bosque con Araí (diosa nube también convertida en mujer) encontró un horrible animal dispuesto a atacarlas.-¡Cuidadooo!- le gritó a su amiga.Y un yaguareté, con sus fauces abiertas y sus pupilas fulgentes, las enfrentó amenazante.Y ya iba a lanzarse contra las diosas, que al adquirir formas humanas perdían sus poderes, cuando una silbante flecha se clavó en un costado del feroz animal.El yaguareté bramó de rabia y dolor pero, a pesar de la herida, se arrojó contra la persona que lo había flechado: un indio ya viejo que, escondido detrás de un árbol, lo esperaba con un arco en la mano y una flecha en la otra.Saltó la fiera y el hombre la esquivó con la intención de volver a cargar su arco. El animal no se lo permitió y volvió a saltar sobre el indio que, más hábil, se agachó, y mientras la fiera pasaba sobre su cabeza, le clavó un dardo en la mitad del corazón.El yaguareté cayó fulminado.En el transcurso de tan cruenta pelea, Yasí y Araí tuvieron tiempo de ponerse a salvo. Volvieron a convertirse en luna la primera y en nube la otra, recuperando sus poderes.Por esa razón, cuando el buen indio buscó a las dos mujeres que había salvado no pudo encontrarlas por ninguna parte.-¡Qué extraño!- pensó-¿hacia dónde habrán ido?Y con esa duda permaneció hasta que llegó la noche y se encaramó a un árbol para dormir.Fue entonces, entre sueños, cuando se le aparecieron las dos diosas y le explicaron quiénes eran.-Gracias a tu buena acción contó Yarí- hice nacer en el mundo una nueva planta que ayudará a los hombres.Le dijo que se llamaba ca-á y le indicó cómo hacer uso de ella tostándola, ya que era venenosa.El indio despertó de pronto, y en el sitio señalado por la diosa encontró una planta recién nacida.Desde entonces, ca-á, planta obtenida por la buena acción de una persona, anima al caído y reconforta al cansado. Es símbolo de amistosa hermandad entre los hombres y, sobre todo, sirve para establecer vínculos de más estrecha unión entre los que se quieren bien.La Yerba Mate Leyenda Guaraní Yarí - i vivía cerca de la selva misionera. Era bella y joven, y cuidaba con afecto a su viejo padre, un indio casi ciego que se había negado a seguir el curso de la nómade tribu a la que pertenecían. " Ya no tengo fuerzas para cambiar de morada - explicó -. Sólo les pido que se lleven a mi hija, cuya juventud merece la compañía de otros jóvenes y no esta soledad". Pero la joven afirmó: "Estaré donde tu estés; seré tu hija y tu hijo a la vez: aprenderé a cazar como hombre y a guisar como mujer". Y así fue. Solícita y cariñosa, Yarí - i pronto aprendió a pescar, cazar y a recoger los frutos de la apretada selva donde habían quedado. Su padre, agradecido, rogaba a Tupá que recompensara a la joven por tantos desvelos. Cierto día, apareció en la casa, un hombre con hábito de peregrino, que no era otro que el mismo Tupá. Yarí - i lo recibió generosamente, cazó y cocinó para él un exquisito agutí y le preparó una confortable cama. Al día siguiente, el peregrino se preparó para partir "No me iré sin recompensarte - dijo -. Haré brotar una nueva planta que llevará tu nombre, y tú serás, desde ahora, la Caa - Yarí inmortal". Diciendo así, el dios hizo nacer la yerba mate, cuyas virtudes refrescantes y terapéuticas son conocidas por todos los que la consumen.
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