Gallardo volvió de Mar del Plata sabiendo que debía jugar la final ante Boca en España
El fallo no cayó nada bien en el club y, más allá de la decisión de apelar, saben que no hay marcha atrás
Marcelo Gallardo ya sabía que la patriada de jugar el partido suspendido en el Monumental iba a ser casi imposible. Por eso luego de perder la semifinal de la Copa Argentina ante el Lobo dijo: "Yo la final la juego en cualquier lado y ojalá se pueda jugar y Boca se presente". Ya en las primeras horas del día se sabía que se venía la chance española.No hubo sorpresas esta mañana cuando salieron del Costa Galana para Aeroparque y se enteraron que el Real Madrid sería sede del cruce suspendido hace casi una semana. Tampoco les extraño que el fallo no le diera lugar al pedido de Boca y por lo bajo comentaban: "Lograron salir del Monumental con todo lo que se armó".Rápidamente el mensaje interno se fue agigantando con la idea que el equipo se hizo más fuerte en momentos adversos y que se fue superando ante los golpes. Esta posibilidad de jugar sin su gente, lejos de casa y hasta con hinchada visitante, no iba a ser la excepción. "Les vamos a ganar también a la injusticia" se escuchó decir puertas adentro del grupo.La dirigencia cuando supo del fallo respiró porque no fue tan grave: le dieron sólo dos fechas a puertas cerradas y una multa baja. "El castigo de ir a España y jugar con las dos hinchadas, luego que jugamos de visitante, sin nuestra gente, ya perdimos el beneficio de la localía, vamos a apelar pero sabiendo que no nos dará atención", agregaron.Masticando la bronca de las primeras horas, en River empezaron a pensar en el viaje incluso antes que se haga oficial el fallo. Gallardo llegó de Mar del Plata y se fue al rato al Monumental para juntarse con los dirigentes. La idea es salir lunes o martes directo a Barcelona y entrenar unos días allí antes del partido. Viajar el mismo domingo a Madrid y luego del partido volver rápido a Buenos Aires para empezar a pensar en las vacaciones en caso de derrota o en el Mundial de Clubes en caso de triunfo.Así, las primeras horas posteriores a la decisión del partido las voces oficiales se retrajeron y se enfocaron en cuestiones administrativas para el viaje. Mientras tanto, entre los socios y los hinchas la sensación de injusticia y bronca empezó a crecer. No es para menos, 66.000 socios que estuvieron el sábado en el partido luego de gastar dinero, tiempo y salud, deberán conformarse con mirar la tele para alentar a River o gastarse un dineral para ir a España cuando el partido debió jugarse en el Monumental.
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