La mejor actuación fue el preámbulo de este milagro
Con dos goles de Lautaro Martínez, el pibe de Racing, el Seleccionado Sub-20 derrotó 2-0 a Venezuela en la apertura de la jornada. Se quedó corto, pero después Colombia le dio la mano Mundial necesaria para lograr la clasificación.
El esfuerzo final tuvo su premio. Después de una campaña de rendimientos muy flojos y malos resultados, apareció la mejor versión del Sub-20. En la última función, con la soga al cuello y las chances mundialistas ya con forma de milagro, el equipo de Claudio Ubeda redondeó una buena performance y superó claramente a Venezuela por 2 a 0 con un doblete goleador del bahiense Lautaro Martínez, en el partido inaugural de la última jornada del hexagonal.Y después, a segundo turno, Colombia le dio la mano necesaria al empatarle a Brasil. En tanto, la selección Vinotinto que conduce Rafael Dudamel, a pesar de la derrota, también selló su pasaporte a Corea del Sur. Será la segunda experiencia mundialista de Venezuela que ya participó en Egipto 2009.Cargado de urgencias, Argentina saltó al escenario con un esquema, desde los nombres, al menos ambicioso. Con una línea de tres centrales, el Rusito Ascacibar destinado a cubrir todo el rol de contención, cuatro mediocampistas ofensivos y dos puntas.Y dentro de este contexto, el equipo tomó el control del juego de movida y, en un tramo inicial de veinte minutos, generó tres situaciones claras de gol que Wuilker Fariñez, el mejor arquero del campeonato, abortó con intervenciones de primer nivel.Por eso, Argentina tuvo que esperar hasta los últimos minutos de la etapa inicial para expresar la diferencia en la chapa del resultado. Y los goles llegaron de la mano de Lautaro Martínez. El delantero de Racing primero sacó provecho de una asistencia de Marcelo Torres para definir con precisión sobre a un costado del achique del arquero y, en el ataque siguiente, metió la cabeza con intuición para interceptar una pelota aérea y dirigirla por encima del cuerpo de Fariñez.Sin más energíaArgentina salió a jugar el segundo tiempo con la misma postura aunque en la medida que corrían los minutos y el tercer gol no llegaba (necesitaba ganar por cinco de diferencia para no depender de Brasil), fueron los nervios y los que empezaron a ganar protagonismo.Claudio Ubeda buscó darle un juego más fluido al ataque ymetió a Tomás Conechny y Ezequiel Barco, aunque sólo el de San Lorenzo se mostró inteligentepara recostar sobre una de las bandas y generar juego de ataque tirándose hacia adentro con pelota dominada.De todas maneras, el resultado no cambió. Y la angustia se extendió durante noventa minuto ajenos, pero el milagro se hizo para Argentina.
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