San Lorenzo humilló a Boca y se quedó con la Supercopa Argentina
El Ciclón golpeó en el momento justo y después se dedicó a disfrutar el partido. Terminó consagrándose con un contundente 4-0 en Córdoba ante el xeneize con tantos de Belluschi, Barrientos en dos oportunidades y Blandi. El conjunto de Boedo se quedó con un nuevo título y clasificó para la Sudamericana
Una contundente muestra de San Lorenzo, la aparición del equipo en la dimensión y con la brillantez a la que aspira como ideal su nuevo técnico Pablo Guede. Una noche redondita y gloriosa para el Ciclón que fue un Ciclón. Córdoba se tiñó de azulgrana por la goleada con paliza 4-0 de San Lorenzo sobre Boca, para quedarse con la Supercopa Argentina. El Xeneize volvió a mostrar su pésimo momento (la derrota lo dice todo) y mordió en polvo de la derrota, además de quedar nocaut con todo lo que ello implica para sus jugadores y sobre todo para el técnico Rodolfo Arruabarrena.El uno a cero fue el corolario exacto para ese primer tiempo. Más allá de que el golazo de Belluschi no haya llegado en el mejor segmento del equipo de Boedo, San Lorenzo fue muy superior en la primera media hora de la etapa. La estratégica ubicación de Mussis, prácticamente pegado a la línea de cuatro, oxigenó a Ortigoza para que despegara e iniciara la primera jugada. El trabajo táctico de Guede se empezó a ver en esa jugada en donde Angeleri sorprendió al fondo Xeneize apareciendo vacío y definiendo de forma defectuosa.El esquema que montó no le dio resultado a Arruabarrena. A pesar de haber poblado en demasía el medio con tres volantes centrales, pocas veces consiguió hacerse del balón. Dejó demasiado al descubierto la carencia de un jugador con características de conductor e insólitamente pareció ser los pelotazos largos del Cata Díaz desde el fondo, el único recurso ofensivo.La situación más clara la tuvo a Tevez, pero Carlitos volvió a dejar expuesto este momento falto de confianza por el que está atravesando. San Lorenzo no había podido mantener la intensidad y en ese contexto, todo parecía encaminarse a un cero a cero clavado. Pero, a dos minutos del final llegó el golazo: Ortigoza la inició, Buffarini recorrió unos cuantos metros con el balón y metió el centro atrás en el momento preciso, control orientado de Belluschi para pasarla de pié a pié y clavarla en el arco de Orion.
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