hit 30 años
Europe y un hallazgo casual del cantante
The Final Countdown", de Europe, no entró en los primeros discos porque la banda creía que no iba a tener ningún éxito
Un hallazgo casual del cantante, la negativa de sus compañeros a grabarla y el hit que 30 años después sigue sonando "The Final Countdown" es, por lejos, la canción más conocida de Europe, y la asociación directa más obvia si se llega a evocar el nombre del grupo. Sin embargo, y a pesar de que los hits siempre son bien recibidos a la hora de darle difusión a la obra propia, la banda de glam metal fundada en Estocolmo en 1979, no tenía en sus planes llegar al estrellato por esos medios. Pero tras años de poner la guitarra como mascarón de proa, sólo hizo falta darle el papel protagónico a otro instrumento.
Aunque "The Final Countdown" se publicó en 1986, su historia tuvo origen mucho antes, cuando el vocalista Joakim Larsson (que luego adoptaría el nombre artístico Joey Tempest) cursaba sus estudios universitarios en su Suecia natal. Un día, Larsson le pidió prestado un sintetizador a un tecladista llamado Mic Michaeli, que por entonces tocaba en un grupo llamado Avalon. Un tiempo después, ambos músicos coincidieron en un mismo proyecto: Europe.
Mientras jugaba con ese sintetizador Korg polifónico, Tempest dio con una configuración en la que la transición de las notas sonaba a un barrido, y que se volvería la base de "The Final Countdown" años más tarde. "Sabía que tenía algo, pero no podía escribir una canción centrada en eso", declaró en 2016 al sitio Loudersound. Y entonces intervino el azar: el manager del grupo sugirió a los músicos que se cruzasen a un club nocturno que estaba enfrente de su oficina. Una vez allí, Tempest probó su melodía con el show de lasers del lugar, y con esa combinación el grupo entendió que tenía una idea en bruto que merecía la pena ser explotada.
Tempest montó una base en una batería electrónica, escribió una letra centrada en su simpatía por la ciencia ficción, y todo tomó forma con bastante rapidez. "La voz se mantiene en un mismo tono mientras los acordes se mueven por debajo. Fue mucho tiempo después que aprendí que así es como solían trabajar muchos compositores clásicos", reconoció el cantante sobre su golpe de suerte. Sin embargo, sus compañeros parecían no coincidir: seis minutos y medio era una duración excesiva para una banda de heavy metal con guitarras al frente, y así fue como la canción quedó fuera de los dos primeros discos de Europe.
Pero triunfa quien persevera, y de eso puede dar fe Tempest. Cuando el grupo decidió buscar nuevos rumbos en su tercer disco, el cantante convenció al productor Kevin Elson de que le hiciera lugar a "The Final Countdown", pero la contienda tampoco fue fácil, ya que su intención era llevar al tema a un terreno más bailable, con bombo en negras. Una vez que la canción alcanzó su forma original, apareció una nueva crisis, esta vez de la mano del guitarrista John Norum, que estaba disgustado con cómo sonaba todo. "Cuando escuché esa introducción con sintetizadores, mi reacción fue: 'Esto es una locura, no podemos usarlo'. Por suerte nadie me hizo caso", le reconoció a la revista Classic Rock. Aunque sus colegas pudieron convencerlo, Norum renunció a Europe a los seis meses, luego de una disputa con el manager de la banda.
A pesar de su insistencia, Tempest no veía en "The Final Countdown" un hit propiamente dicho. Su ambición iba más allá, era una sinfonía de bolsillo pensada para sus seguidores. "Lo irónico es que está escrita para los fans. Dura más de seis minutos y nunca estuvo pensada para ser un éxito ni nada por el estilo. Fue pensada como una pieza de apertura de nuestros shows. Es-tábamos por sacar nuestro tercer disco y queríamos que los shows tuvieran un comienzo sorprendente. Tenía este riff guardado en un cajón desde mis días en la universidad. Lo rescaté, le encontré un tempo, le escribí una letra y terminó siendo una gran canción de apertura tanto del disco como de los shows", explicó tiempo después.
Lo que el guitarrista Norum no pareció prever era cuán grande iba a volverse la canción que terminó dando título al tercer álbum del grupo. Al poco tiempo de ser publicada en abril de 1986, "The Final Countdown" trepó al primer puesto de los charts en veinticinco países, inclui-do el Reino Unido, en la que fue su única intromisión en el chart británico en toda su carrera. Conforme pasaron los meses, Tempest se dio cuenta de que debía reordenar sus fichas al momento de presentarse en vivo, y así fue como la canción pasó al cierre de sus conciertos, una manera de jugar con la expectativa del público para que todo desembocase en un final épico.
Pero todo lo que sube tiene que bajar: el siguiente disco de Europe, Out of This World, arrastró un poco el viento de cola de su predecesor, pero ya a la altura de Prisoners in Paradise, el interés por el grupo (y por el hair metal en general) no despertó curiosidad fuera de Suecia, y por eso el grupo decidió separarse en 1992. Tras una reunión fugaz en 1999, con Norum de vuelta en sus filas, el grupo recién retomó la actividad en 2004, y desde entonces publicó seis nuevos álbumes de estudio.
En cada uno de esos pasos, la banda parece plantarse siempre ante la misma encrucijada: mantenerse fiel al sonido con el que se ganó la fama, o buscar una propuesta más moderna que pudiese empatizar con nuevos seguidores que probablemente ni habían nacido en 1986. Incluso hubo un intento por seducir al público dancer en 1999, con un remix oportunamente titulado "The Final Countdown 2000".
Dilema existencial aparte, la vigencia de Europe para el público seguidor del glam-metal puede justificarse con sólo entrar a Spotify. "The Final Countdown" es por lejos la canción más escuchada de la banda en el top 5 de temas del grupo, con más de ciento ochenta y siete millones de reproducciones, y ocupa también el tercer puesto del podio, gracias a su inclusión en la versión expandida de la banda de sonido de Top Gun.
"A veces la escuchás en la calle, o alguien la tiene como ringtone en su celular y es un lindo momento. Hice una entrevista con un diario norteamericano el año pasado y me dijeron que allá se usa mucho para deportes, algo que no sabía", dijo Tempest en 2005.
A más de tres décadas de su publicación, el tema ya funciona por su propia cuenta, según asegura el vocalista: "Hoy en día ya no la ensayamos, pero cuando la tocamos en vivo es algo increíble. Comunica muy bien con el público, y realmente amamos tocarla".
Por: Joaquín Vismara