Acuerdo con el FMI, inflación y ajuste
En su nuevo rol de ministro coordinador, Nicolás Dujovne no quiso ser menos que el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, y armó su propia reunión de consulta con economistas. Claro que marcó una diferencia: mientras que Sturzenegger invitó a analistas jóvenes, el viernes pasado, el titular de Hacienda se inclinó por la experiencia en la función pública y la trayectoria. Fue así que convocó esta mañana, por espacio de una hora y cuarto, a Miguel Angel Broda, Pablo Guidotti, Miguel Kiguel, Ricardo Arriazu y Miguel Bein. "Fue a escuchar más que a hablar", resumió uno de los asistentes.
Dujovne prefirió no hacer una exposición y abrió el diálogo casi inmediatamente. Lo primero que quiso averiguar fue qué pensaban los economistas sobre la crisis cambiaria y su impacto en la inflación y el nivel de actividad. Con algunos matices, recibió como respuesta casi unánime que la suba de los precios este año quedará a una distancia sideral de la meta del BCRA: la ven por encima del 26% (algunos se estiran a 27%), mientras que el crecimiento, que ya venía amenazado por la sequía, se resentirá y quedaría en un rango de 1,5% a 1,7%. Según relataron distintos participantes de la reunión, el ministro se limitó a tomar nota con "cara de póker", sin discutir esos pronósticos ni dar los propios. "Hacienda está más preocupada por la tasa de actividad que por la tasa de inflación, que va a ser decididamente alta", opinó una de la fuentes.Otro de los temas centrales del encuentro, en el que sólo se sirvió café y agua, fue el acuerdo que el Gobierno empezó a negociar con el Fondo Monetario Internacional. Dujovne se cuidó de no dar demasiados detalles sobre qué se está discutiendo, por ejemplo no mencionó montos ni dijo si iba a ser de un plazo de dos o tres años, pero sí blanqueó una de las discusiones que se viene en el marco del stand by de alto acceso: la política monetaria, área de incumbencia del BCRA. El ministro coordinador quiso conocer la opinión de los analistas sobre si debía mantenerse el actual modelo de metas de inflación y tasa de interés como instrumento de control o si debería pasarse a un modelo de metas de agregados monetarios, es decir, el dinero en circulación en una economía, donde la emisión de moneda pasa a tener un rol preponderante en el control de la inflación y no tanto la tasa."El FMI no va a decirte qué nivel de tipo de cambio debés tener, pero seguramente te exigirá es qué tipo de política monetaria vas a tener, si vas a seguir con las metas de inflación o no", dijo otro de los participantes del encuentro. "Lo que sí no puede suceder es lo que pasó estos años, que la inflación real es mucho más alta que la meta. El Gobierno va a tener que elegir", agregó.Dujovne aclaró que las negociaciones con el organismo apenas empezaron esta semana ya que el staff del Fondo no podía avanzar sin el acuerdo del directorio, aval que recién recibió el viernes pasado. Estimó que la firma del convenio podría tardar entre tres semanas a un mes más. Los economistas recomendaron que se pida un desembolso inicial alto, en torno de US$ 25.000 millones, aunque no hubo consenso sobre si había que pedir un monto adicional contingente (que se puede usar o no).Como era de esperar, la reducción del gasto público también se llevó una parte importante del intercambio de opiniones. Dujovne afirmó que este año el Gobierno logrará bajar el gasto primario entre un 8 y un 10% en términos reales. Estimó además que, por la ley de responsabilidad fiscal, las provincias estarán muy cerca del equilibrio fiscal para el año próximo, algo casi inédito, y que el esfuerzo mayor deberá venir de la administración nacional. Dujovne destacó el compromiso en ese sentido y dijo que el presupuesto es el arma para concretar la reducción del déficit, poniendo como ejemplo la subejecución de partidas que viene llevando a cabo. Fue allí cuando reafirmó su nuevo rol como ministro coordinador (no quiere ni oír hablar de "súper ministro"): prometió que el presupuesto lo van a delinear él y su equipo en consulta directa con el presidente Mauricio Macri, sin pasar ya por la conflictiva coordinación de la Jefatura de Gabinete.Quedó sí una duda flotando entre los economistas: será necesario un grado de cohesión muy grande entre Hacienda y el Banco Central. "Muchas de las cosas que pide el Fondo son de política monetaria y [Sturzenegger] no parece todavía estar integrado en esto", fue la lectura de uno de los asistentes. "No sé si tienen el mismo modelo en la cabeza", resumió otro.Finalmente se planteó una de las cuestiones que más preocupan al Fondo: el empleo público. Dujovne, que promediando la reunión fue acompañado por su viceministro, Sebastián Galiani, dijo que el número de empleados del Estado se podría reducir a un ritmo de 3,5% por año si se dejaran sin cubrir las vacantes que se van produciendo. Algunos analistas pidieron algo más: por ejemplo, no hacer más ampliaciones de presupuesto a fin de año, algo que suele desdibujar las proyecciones iniciales.
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