Ivana Recalde por Centroamérica 4º entrega

Continuamos por Guatemala de la mano de Ivana y Leo. Hoy, lugares aún más cautivantes: Isla de las Flores, Tikal, Antigua Guatemala, lago Atitlan.
La entrega anterior finalizaba diciendo: "Luego de gozar toda la tarde allí, volvimos a Lanin y la dueña del hostal nos convenció de ir a Flores. Una isla dentro de un lago". Y así continúa Ivana el relato de este maravilloso viaje: "No lo pensamos mucho. Al otro día nos buscó un transfer y luego de doce largas horas estábamos en Flores. Al llegar, un clima relajante se notaba en el ambiente, pero no sólo juvenil, sino adulto, la típica sensación de estar en una isla y que el tiempo allí no pasa... Esta isla está conectada al ciudad cercana por un puente, también peatonal, donde el tránsito es bastante fluido. Un lugar lleno de muelles y bares donde se puede tomar un traguito, callejones angostos con casas antiguas y balcones con flores colgando, ¡una mística increíble! Recorrimos la isla caminando, observando todos sus rincones, probando tragos típicos en distintos lugares; realmente placentero.Al otro día, otra vez temprano, salimos rumbo a Tikal, ruinas mayas, pero dentro de la selva. Y acá otra vez Guatemala nos dejó con la boca abierta, y sin palabras para describirla. Toda una ciudad maya, inmensa, ¡el corazón de la civilización maya! Estuvo bajo la selva por años, hasta que gran parte ha sido excavada dejándose ver la gran escalinata del templo V, templo el Gran Jaguar, Templo de las Máscaras, la Gran Plaza, conjunto conmemorativo del Mundo Perdido. Es algo impactante, la combinación de la civilización maya y la selva le da un toque único. Caminamos, subimos escalinatas, templos, por más de 10 horas. No pensé que íbamos a estar tanto, y la verdad es que el tiempo te corre.Tikal está a dos horas de Flores, llegamos de tardecita y esa misma noche tomamos un bus nocturno rumbo a Antigua Guatemala. Fue el viaje más largo que hicimos, desde las 20 hs., a las 10 am. Pero no nos dimos cuenta y atravesamos Guatemala a lo ancho. Llegamos a Antigua Guatemala y nuevamente ¡el asombro fue abismal! Estábamos convencidos de que la decisión de dedicarle más días a este hermoso país fue una de las más correctas tomadas con anticipación. ¡¿Que decir...?! La antigua, como se la conoce, tiene magia, encanto, cultura, tradición, color, olor, historia, ¡lo tiene todo! Las mujeres llevaban con orgullo sus vestimentas, y no solo mujeres, sino las niñas también, las veíamos tejer al telar en caderas, telar en tobillos, su cultura muy viva a la vista de todo. También todo bastante caro, y es que es el punto máximo del turismo. Las catedrales e iglesias casi todas en estilo barrocos, con gran ornamentación, edificaciones españolas y la ciudad adoquinada. No era sólo el centro, sino ¡toda la ciudad! El arco de Santa Catalina, es la típica foto que representa la ciudad, pero nunca está vacío como para una buena foto; la calle siempre está llena de turistas y autos. ¡Toda la ciudad tiene una magia espectacular!Luego de pasar varios días aquí, salimos rumbo al Lago Atitlan, en la ciudad de Panajachel, en una localidad pequeña, cien por ciento turística, de calles angostas, mucha feria artesanal en la calle principal, desde el comienzo, hasta que desemboca directo en el lago que tiene muchos muelles, y barcos esperando a los turistas para dar un paseo. La gran foto se encuentra estando en el muelle y de fondo dos volcanes preciosos que coronan el paisaje. Mucha comida marina, frutos del mar en todas sus presentaciones, y muchos jugos frutales, ¡una exquisitez al máximo!En el Lago Atitlan solo estuvimos un día, ya que se nos iba acercando la fecha de regreso y debíamos cruzar a México. Así es que al otro día salimos rumbo a San Cristóbal de las Casas, en Chiapas. Otro lugar que nos impactó".
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