por Santiago Joaquín García
Estudiar afuera
Cada año, muchísimos jóvenes dejan la ciudad al terminar el secundario buscando sus sueños en otras ciudades. La escasez de oportunidades educativas en Gualeguay, las complicaciones en los transportes y, por supuesto, los costos, en esta nota.
Gualeguay no es una ciudad universitaria. Ni siquiera hace falta compararla con Concepción del Uruguay que tiene cuatro universidades para darse cuenta. Por tal motivo, cuando las y los estudiantes egresan del nivel medio, llega el momento de tomar una decisión. Existe un grupo que no puede elegir y se termina quedando con lo más parecido a sus deseos o con lo que le toca. Otro sector elige una opción que no se estudia en Gualeguay y ahí llega el momento de calcular una serie de variantes, en la cual lo económico es fundamental, pero no lo único.
“Un choque de realidad”
Luca tiene 21 años y vive en CABA. Esto nos cuenta: “Estudio medicina en Buenos Aires, en la UBA. Estudiar afuera es difícil. A mí me costó bastante el despegue de la ciudad, la distancia con la familia, los amigos, y encontrarme con un mundo nuevo, una ciudad nueva”. Su definición de la gran ciudad es elocuente: “Va a mil kilómetros por hora todo el día, no frena un segundo”. A su vez, su cambio de vida fue radical: “Me encontré con un choque de realidad también muy importante que es pasar de no tener tantas responsabilidades o a unas pocas, a tener una vida adulta con responsabilidades, con obligaciones. Empecé a trabajar también, y eso es muy importante, porque te va haciendo crecer como persona, madurando”. La vida en Buenos Aires tiene otros costos que en Gualeguay no están: “Los gastos diarios de todos los días son el transporte público: suelo ir en colectivo a trabajar y volver en subte, y cada vez es más caro. También pago alquiler, pago expensas, y los servicios de Internet, etcétera. La compra de supermercado de todos los meses se hace cada vez más difícil por el hecho de que suben los precios todo el tiempo y lo que no están subiendo son los sueldos, digamos”.
“Muy difícil el tema de la garantía”
La madurez de la que hablaba Luca al principio, se hace evidente en el análisis: “Tampoco pretendo yo ganar una millonada de pesos para lo que laburo, pero me gustaría que haya un equilibrio entre el sueldo y los productos que hay en la góndola”. Otro de los problemas de CABA es la escasez de lugares para alquilar y las condiciones para lograrlo. Sobre esto, Luca nos cuenta: “A mí me costó bastante entrar en un alquiler, por todo lo que piden, y yo soy el interior, vengo a alquilar la Capital, pero están exigiendo una garantía de Capital. Si yo vengo a vivir a la capital a un departamento es porque no tengo un hogar para vivir acá. No todas las personas te pueden prestar una garantía, porque no es fácil poner tu casa por más que sea un familiar directo, o lo que sea. Fue muy difícil el tema de conseguir una garantía”. A su vez, la mayoría de las personas que estudian afuera viven en grupos: “Vivo con mi prima y otro chico más y ese es otro tema también. Alquilar de a uno es muy difícil, porque es bancar una persona todos los gastos. Nos suelen alquilar cada un año, por ejemplo, y es bastante lo que se sube”. Con toda crudez, Luca tiene claro que el hecho de lograr un título no le va a asegurar el futuro: “Tengo incertidumbre de cara al futuro. Estudio una carrera que no está bien paga no está bien vista. No sé en qué posición voy a estar en un tiempo. ¿Dónde voy a estar? Pero, bueno, sigo en camino porque me gusta mi carrera, pero tengo indignación con el país que tenemos, con la gente que lo maneja, con las leyes, con la injusticia que hay todo el tiempo”.
“Muy estresante resolver en qué ir y venir”
Pierina estudiaba Kinesiología en Villaguay. Una de las razones que la llevaron a dejar la carrera fue el tema del transporte que se ha complicado notablemente desde la pandemia. Esto nos cuenta: “Estudiaba la carrera de kinesiología y fisiatría en Villaguay. La verdad que el comienzo de esta carrera y en otra ciudad fue bastante estresante, ya que me tuve que adaptar a un montón de cosas a las que no estaba acostumbrada. No sólo eso, sino que también muy estresante resolver en qué ir y venir. Desde Gualeguay hasta Villaguay y al revés. Para volver tenía que tomarme un colectivo a Gualeguaychú, y ahí esperar unas horas hasta que salga el primer colectivo para Gualeguay. Por ahí pasaba cuatro o cinco horas esperando en la terminal. Después teníamos otro medio de transporte que era la Traffic, pero, asimismo es súper cansador y estresante porque tenemos que esperar, y paran en diferentes ciudades y se alarga mucho la llegada a casa”. A eso hay que sumarle los horarios propios de la carrera: “Por ahí no me coincidían los horarios de la facultad con los del transporte para ir a Gualeguay, entonces, por ahí tenía que dejar de viajar para poder irme o venir. La realidad es que estaría buenísimo poder solucionar el hecho de los medios de transporte y que haya más facilidad en poder ir y venir de nuestra ciudad para Villaguay, porque la verdad se complica mucho y el hecho de tener que viajar constantemente y tardar muchas horas es cansador”. Pese a las complicaciones no dejan de ser costosos: “Fueron subiendo y subiendo y la verdad que para ir y venir a Gualeguay era fácil gastarse ocho mil pesos que a veces no podía pagar, entonces dejaba de venir a mi ciudad”, lamenta. Desde luego, Pierina también afrontaba los gastos diarios de vivir en otra ciudad: “Los gastos diarios allá en Villaguay eran el alquiler que demanda mucho dinero, porque los alquileres andan en treinta mil pesos, y después lo que es expensas, luz, agua, gas, dependiendo si tenés o no. Vivía con otra persona para compartir los gastos porque sola no iba a poder”, resume.y cierra: “En mi caso, la sufría un montón y la padecía porque era tener que estar organizando una semana antes para ver si había colectivo, si no había, si iba a tener la plata y demás. Por ahí tenías que sacar el pasaje con tres o cuatro días de anticipación porque te quedabas sin lugar y era un desperdicio”.
“La distancia pesa bastante”
Giuliana estudia en Santa Fe y esto nos cuenta: “Estoy estudiando abogacía desde 2020, en plena pandemia empecé. Siendo sincera, no es fácil, por lo menos para mí, que soy re familiar y me encanta estar con mis amigos también. La distancia me pesa bastante, pero se hace llevadero, más que nada porque uno está estudiando lo que le gusta, y se empieza a rodear de nuevos vínculos a meterse en nuevas cosas. Dentro de lo positivo, al ser de Gualeguay, hay cosas que allá no hay tanto y acá sí, entonces, en ese sentido se vuelve más llevadero, pero hay días en que la distancia pesa. Más que nada la facultad que son subidas y bajadas todo el tiempo, y en esas bajadas te dan ganas de estar en tu casa, con tu familia, pero bueno, a la vez una crece un montón con todo eso. Básicamente, te curtís, hablando así en criollo”, resume. Luego, reconoce que su realidad es diferente, aunque no desconoce la problemática: “Con respecto a los gastos, no estoy trabajando, me están manteniendo mi mamá y papá, y en lo que se refiere al transporte acá en Santa Fe vivo a tres cuadras de la Facultad, así que voy caminando, y después estoy haciendo una materia que es optativa, que es en la facultad de psicología, y esa sí me queda un poco más lejos, entonces en esa voy en colectivo. Con respecto al transporte a Gualeguay es un poco complicado porque no hay un directo de Santa Fe a Gualeguay, entonces me tengo que ir de Santa Fe a Paraná y de Paraná a Gualeguay. Todo el año 2020 lo pasé en Gualeguay, tuve clases de forma virtual, y recién en 2021 volví, y había un par de horarios que estaban dados de baja, había poca frecuencia, pero ahora están funcionando con cierta normalidad”, resume.
Los sistemas de viaje conjunto
Como vimos, aquellos jóvenes que estudian en el interior de la provincia o en ciudades alejadas como Santa Fe o Córdoba, tienen que realizar diferentes combinaciones para llegar a destino. Tanto en las ciudades de Rosario y Buenos Aires, por la cantidad de gente que circula existen diferentes opciones de transporte, desde combis, hasta páginas de Facebook y aplicaciones en las que se organizan viajes en conjunto. Esto nos cuenta Luca: “No suelo viajar tanto en colectivo porque últimamente se usa lo que es viajes en auto. Por poner un ejemplo, si yo tengo un auto y viajo un viernes, hay un grupo existente que se llama ‘Viaje a Gualeguay’, y ahí yo aclaro que viajo tal día a tal hora y cuántos lugares tengo. Luego, cuando concreto voy buscando a cada una y cada uno por sus casas o nos reunimos todos en mi casa, y salimos todos juntos. Luego, los reparto en sus casas en Gualeguay y así es como se achica un poquito también lo que es el gasto porque con el pasaje es mucho más elevado, y aparte llegas más rápido en auto, que en colectivo. Se han sacado bastantes servicios por el hecho de que se está empezando a usar esto, que es más económico, y también hay servicios que no son buenos por el hecho de llegar a Retiro, con lo peligroso que está, y el tema de viajar de noche también es medio bravo”, cierra.
Como vimos, la situación de las personas que estudian lejos de Gualeguay dista mucho de ser ideal. Encuentran soluciones por su cuenta donde debería haber una mayor presencia y un apoyo de parte de las autoridades. A su vez, la falta de oportunidades educativas es otro de los factores que genera estas complicaciones, y que le quita valor agregado al trabajo dentro de nuestra ciudad. Lo interesante es que contra todos los discursos de individualismo, las respuestas siempre vienen desde lo comunitario. Nadie se salva solo.