Dr. Bernardo “Cacho” Gandini
Las modas hoy, beneficios y riesgos…2ª Entrega
Cada generación tiene un lenguaje propio, códigos que vinculan, comunican e identifican a sus integrantes y les dan un sentido de pertenencia y hasta identidad. Repasemos los términos con que se definen a las generaciones hoy, porque no a todos nos resulta fácil de retener. Yo pertenezco a los “babyboomers”, porque nací entre 1946 y 1965, tenemos entre 7.5 y 5.5 años, para decirlo de forma menos descarnada. La “generación X”, 1965 a 1982, están entre 54 y 40 años, la edad de uno de mis hijos. Los “millennials”, 1981 y 1996, entre a 2012, entre 22 y 7 años, y entre ellos nuestros nietos.
El sesgo de la interpretación de la edad, nos acompañaba siempre, en mi secundario en la Normal, la vieja de geografía o la vieja de matemáticas tenían 27 o 28 años, criterio que ya esbozaba el pensamiento machista, porque no usábamos el mismo criterio con los varones. Algunas palabras eran, los modos de comunicarse y diferenciarse de los padres, que a los novios los denominaban “filos” o “simpatías”, a oírlas nos ponían frenéticos, ya que andábamos en la época del “chape”, los “lentos” y los “asaltos”. Hoy como abuelos, nos pone mal, el quedar fuera de entendimiento, cuando escuchamos a los “millennials y a los centenials”. En este lenguaje identificatorio generacional, participan las influencias sociales, que hoy provienen de las redes y del vocabulario anglosajón; por lo que la complejidad respecto a nuestras modas en el lenguaje ha crecido sustancialmente; los “babyboomers” pertenecíamos, ya, a una generación parricida, que se reflejaba en la literatura de la época y que hoy tiene su máxima expresión en la exclusión de los adultos mayores, para usar un eufemismo. Para complicarnos un poco la vida, analizaré algunas de las expresiones, que provocan pertenencia o exclusión; obviamente no tengo la competencia necesaria para una realizar valoración respecto de posibles riesgos o peligros.
“De rúcula” como sinónimo de genialidad o espectacularidad.
“Trolear”, la Real Academia Española, acaba de aceptarla dentro de sus nuevos términos. Derivada de “troll”, hace referencia a la acción de publicar mensajes ofensivos o provocadores con el objetivo de boicotear una conversación o de querer llamar la atención. El término también ha conseguido traspasar la pantalla hasta poder referirse a un “troleo” en una situación fuera de las redes, a modo de broma a otra persona.
El contenido sexual es uno de los objetivos de los nuevos términos, en las redes algunos jóvenes dicen: GNOC (desnúdate frente a la cámara), GYPO (sácate los pantalones) o SUGARPIC (petición de una foto sugerente), estos son algunos de los mensajes de este tipo. También hay alusiones al uso de ácidos y drogas. El peligro radica en el ocultamiento.
“Las raíces de la educación son amargas, pero los frutos son dulces”
Aristóteles