Dr. Bernardo "Cacho" Gandini
Pandemia y salud emocional... ¿vulnerabilidad o resiliencia?
1ª Entrega
En este momento de la pandemia COVID 19 el mundo ya no tiene dudas que los efectos son tan devastadores en la salud física, como en la mental y social de los países.
En esta serie me voy a ocupar de lo que, en los medios de comunicación, se denomina la "cuarta ola", para denominar las acciones sobre la salud mental y su repercusión social. Sobre las interpretaciones de este problema existen diferentes posturas de los especialistas; tomaré como referencia, la concepción de Jorge L Tizón, un psiquiatra y psicólogo, psicoanalista y neurólogo español. Tizón trabaja en atención primaria, desde una perspectiva comunitaria de los problemas de salud mental y se ocupa de la prevención, pero también de la psicología y psicopatología "basadas en las relaciones". Sus publicaciones se han centrado en: Temas comunitarios, como las relaciones entre salud mental y trabajo social, las migraciones y la salud mental, y las reflexiones psicosociales sobre la pandemia. Tiene una vasta experiencia en temas como el duelo, el humor y el miedo, es decir sobre la vida emocional de los seres humanos. Desde el año pasado trabaja respecto de COVID SARS2, en un replanteo de la psicopatología y la psiquiatría. Esto es lo que torna interesante al enfoque del autor, aunque seguramente, no menos generador de reflexiones y debates en torno a otras concepciones y teorías. Frente al posible debate, coincido con Chaplin, en "Cuando me amé de verdad": No debemos tener miedo a los cuestionamientos, hasta los planetas chocan...pero del caos, nacen las estrellas.
La pandemia de COVID SARS 2 ha provocado, además, una pandemia emocional y social. Esto se debe al peso de los componentes psicológicos, sociales y a su rápida influencia global. Lo más preocupante es la conciencia de la vulnerabilidad sanitaria. Si a ello se añade el miedo y el sensacionalismo de los medios periodísticos, no hace falta más para concluir. Dos miedos trascendentes son al contagio y a la claudicación del sistema sanitario. Lo más contagioso, no son los virus, sino las emociones. Hoy se pueden entender emociones primarias como el miedo, y la forma en que las redes la han contagiado rápidamente.
Esta pandemia, además de habernos hecho tomar conciencia de China, como primera potencia mundial, nos hizo repensar a la humanidad y al planeta como estructuras globales. El siglo XXI, perteneciente a la posmodernidad, es una época de miedos líquidos, que tienen una rápida difusión, no siempre con motivos generadores concretos; en la realidad que nos ocupa hay un motivo, que genera demasiados cambios e incertidumbres.
El cerebro, maneja otros sistemas emocionales, que una vez estimulados, pueden brindar un mayor equilibrio y calidad de vida; sobre esto es necesario aprender mucho, para mejorar la propia existencia y la de la comunidad.