Sexto Distrito: Una vecina denuncia que la fumigaron

Lidia Moreira, vive con su madre de 91 años en el Sexto Distrito de Gualeguay y viene denunciando hace años que la están fumigando.
En este sentido, Lidia sufrió el viernes 17 de julio pasado, la pulverización de agro tóxicos debido a trabajos en un campo vecino. Lo cual le provoca severos riesgos de salud, vómitos, náuseas y mareos. Esta situación se viene repitiendo desde el año 2017, se dio también en diciembre del año 2019 y el 24 de marzo pasado. Así, la salud de Lidia Rosana Moreira queda afectada y la de su madre con párkinson, también.Cuando los venenos se repiten y se hacen sentir en el aire, Lidia sufre un ataque de alergia y se le cierra el pecho.El 29 de mayo de 2020 ésta vecina realizó la denuncia pertinente en Tribunales. Allí, le tomó declaración el fiscal, Jorge Gutiérrez, quien junto con su par María Delia Ramírez Scarpon, comenzaron una investigación. Pero la causa en rigor, avanzó poco y nada. La denuncia de Lidia quedó perdida en cuestiones burocráticas, ya que le solicitaron pericias y análisis bioquímicos para constatar su estado de salud y que ella misma tenía que costear con dinero que no cuenta.Ahora, la historia vuelve a repetirse. Fue el viernes pasado, en horas tempranas de la mañana. A las 8 se presentó en su casa la policía, junto con los aplicadores que iban a trabajar en el campo vecino. Al frente de la comisión de uniformados Sócrates Aristóteles Garcilazo, a cargo del destacamento del Sexto Distrito, departamento Gualeguay. Como responsable técnica, la ingeniera agrónoma María Luciana del Sarto, matrícula 1.434, con asiento en Victoria.Lidia plantea: "ellos dicen que supuestamente dejaron 50 metros de distancia a límite de los campos, pero el viento venía para mi casa", insiste y aporta sus pruebas de fotos y un video donde se ve al mosquito pasar cerca del alambrado esparciendo el agroquímico. Se ve la máquina que va y viene; se la ve desde la ventana de la casa de Lidia.Según Garcilazo la aplicación estaba autorizada. Ya que, la ingeniera a cargo de los trabajos, se habría presentado con diez días de antelación en el destacamento con la receta química de la pulverización, en tiempo y forma, solicitando la custodia para la fecha programada.Asimismo, la mujer no baja los brazos, pero expresa cierta impotencia, porque ve en todo esto una fuerte desigualdad en el trato de las autoridades por su condición económica.
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