Ensayo sobre el amor
Ésta es mi oración: Toma este anillo, que es un signo del enlace entre ella y yo, y cuando llegues a tierra, preséntate como un comerciante de seda y telas, de modo que ella pueda ver el anillo. Entonces sabrá que mi corazón la saluda y que sólo ella puede darle consuelo, y que si nada hace moriría. Recuérdale nuestro pasado y nuestra tristeza y toda la alegría que había en nuestro amor fiel y tierno. Ojalá los corazones hallen fuerza contra la inconstancia, pese al dolor y toda la amargura de amar. (Tristán e Isolda)
Continuando con la nota del domingo anteriorEl mito de Tristán e Isolda es de origen céltico (S. 12) y, trasmitido en forma oral, se difunde a través de cantares de los trovadores. Hay distintas versiones pero allí encontramos: el adulterio continuado de la reina (Isolda esposa del rey Marc) con Tristán; la lealtad de la pareja a pesar de sus continuas separaciones; la progresiva destrucción de la relación por los cortesanos que rodeaban al rey. Aquí están todas las señales del amor pasión: el deseo físico, el dominio que ejerce esa atracción y el reconocimiento que el amor es más importante que el amante a pesar de todos los sufrimientos. Este amor de la pasión absoluta fuera del matrimonio institucionalizado por la iglesia se inspira en la relación amor-vasallo donde la mujer es la dona-domina, la dueña que tiene el poder porque es el objeto idealizado para el hombre. Este mito plantea algunas cuestiones que van en contra de la concepción cristiana de la mujer que debe someterse al hombre y al matrimonio que posee un valor de sacramento al servicio de la reproducción. También se opone a la cultura feudal en la que el amor es un medio para reafirmar el poder dinástico, ya que las uniones se hacían para consolidar el poder económico y político del hombre. Sin embargo, en esta historia se afirmaba el poder de la iglesia ejemplificada en el castigo que reciben los amantes. Además, como la esposa en la sociedad feudal era un objeto, los hombres soñaban con una mujer eterna que sólo existía en su imaginación. Este mito había tenido en el siglo XII la función social de ordenar las fuerzas de la pasión y a favor de la cultura dominante. Pero al oponerse a la procreación de la especie y a la guerra la iglesia la tenía que perseguir. Al destruir esta religión herética el mito se propagó en forma más ambigua y desnaturalizada. Por ello "las confusiones que ella favorecía a pesar de sí misma, esa glorificación del amor humano, que era el anverso de su doctrina, ese lenguaje de una ambigüedad a la vez esencial y oportuna que permitía todos los abusos, eran cosas que iban a escapar a los tribunales de la Inquisición, luego a invadir la conciencia europea, e irónicamente a dar esta retórica pasional al misticismo de los más grandes santos.El amor puro de los místicos.Los textos de los cristianos declarados santos están influenciados por el amor pasión. Pero llevaron el sentimiento amoroso mucho más allá hasta relacionarlo con la muerte. El Eros del amor pasión lo consideraban una manifestación egoísta, desbordada y descontrolada. A la prohibición de la pasión amorosa le oponen el AGAPÉ que es el amor altruista y de sacrificio, basado en el razonamiento y la prudencia del amor a Dios. Fenelón publica en 1697 Explicación de las máximas de los santos donde en veintitrés proposiciones consideraba que el único amor verdadero estaba apartado de cualquier recompensa y de cualquier interés propio, ya que su validez era la perfección de un desapego hasta la desaparición del propio sujeto. En el caso del amor divino esa pérdida podía llegar a un Dios que dañara a quien lo ama y, por lo tanto sería amado de modo más puro que si lo recompensara. Los místicos suponen que si Dios no recompensa o incluso si condena al infierno al hombre que lo ama y hace la voluntad divina, ese hombre amaría a Dios igual que si lo recompensara y le ofreciera todos los goces del paraíso.La condena a este texto por parte del papa Inocencio XII no se hizo esperar. La epístola Cum alias condenaba la santa indiferencia, el desinterés con respecto al temor a un castigo, frente a la propia salvación y la esperanza de una recompensa. La perspectiva de Fenelón cuestionaba la existencia de la institución iglesia y la función de los sacerdotes como mediadores de recompensas y castigos. Aunque su concepción del amor permitía la afirmación de la verdad que sostenía la iglesia.Para Fenelón Dios no nos debe "ninguna beatitud sin fin", por lo tanto, hay que partir de una posición donde "Ya no hay promesa, ni recompensa, ni beatitud, ni esperanza de vida futura para mi." El 27 de diciembre de 1695 el oficial Desgraz detuvo a Mme. Guyon una interlocutora de Fenelón. En su casa se hallaron una gran cantidad de libros que parecieron sospechosos. La interpretación de las obras literarias le permitía a Mme. Guyon encontrar en los poetas y novelistas románticos una representación del amor imposible, un amor ausente de toda recompensa que trae la desgracia y la persecución del ser amado sin reciprocidad. Estos rasgos comunes del amor puro de los místicos y del amor en las novelas es el que está presente, con diferentes características de época, desde la Edad Media hasta la Modernidad.Fuentes: Carpintero Enrique, Editorial. Revista Topia.
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