La Ética: virtudes y pecados.
Designamos con la palabra “ética” el comportamiento, la conducta y el actuar de hombre en cuanto hombre. Y con “moral” el aspecto práctico y concreto, las normas establecidas o propuestas por los hombres, o por una sociedad y época histórica determinadas. - Lic. Ana Zanini. MP 138.
La ética es, pues, aquella instancia desde la cual juzgamos y valoramos la forma en que se comporta el hombre y, al mismo tiempo, la instancia desde la cual formulamos principios y criterios acerca de cómo debemos comportarnos y hacia dónde debemos dirigir nuestra acción.Otra definición dice: La ética se relaciona con el estudio de la moral y de la acción humana. El concepto proviene del término griego ethikos, que significa "carácter". Una sentencia ética es una declaración moral que elabora afirmaciones y define lo que es bueno, malo, obligatorio, permitido, etc. en lo referente a una acción o a una decisión.Por lo tanto, cuando alguien aplica una sentencia ética sobre una persona, está realizando un juicio moral. La ética, pues, estudia la moral y determina cómo deben actuar los miembros de una sociedad. Por lo tanto, se la define como la ciencia del comportamiento moral.Claro que la ética no es Coactiva ya que no impone castigos legales (son normas, no leyes) o sea que lo que se promueve es una autorregulación.Porque, decíamos en la nota anterior, para bien o para mal: "Estamos condenados a ser libres". Con esta frase Jean p. Sartre se refería a la inexistencia del determinismo absoluto y a la existencia de la libre elección.Para el Existencialismo, las actitudes y conductas del ser humano no se encuentran irremisiblemente determinadas ni por su esencia, ni por su biología ni por su educación. Nadie ni nada nos puede impedir que tomemos decisiones por nuestra propia voluntad. El ser humano goza de la irrenunciable libertad para elegir su proyecto existencial básico. En ese sentido, es también irrenunciable la responsabilidad que nos cabe en la vida que vamos forjando, tanto la propia como la de la sociedad en la que estamos insertos.El modo personal en que enfrentamos las situaciones y problemas no depende más que de nosotros mismos. Nadie puede obligarnos a hacer, pensar o decir cosas que no queremos. Debemos estar conscientes que, habiendo podido optar por cualquier otro camino, nos decidimos por uno en particular, por las razones que sean. La libertad es innegable.Por otro lado debemos asimismo estar conscientes que somos plenamente responsables de las consecuencias de nuestras elecciones, sean de comisión o de omisión. Si éstas son negativas, pasamos a ser víctimas de nosotros mismos, sin excusas.En este contexto, suele surgir una angustia asociada a que, lo queramos o no, lo que somos es consecuencia de nuestra propia libertad de elección. Lo queramos o no, somos inexorablemente responsables de nosotros mismos y del resto de la humanidad. Por lo tanto, la condena consiste en que no somos libres de dejar de ser libres.Dice Fernando Savater: "- Queda claro que hay cosas que nos convienen para vivir y otras no. Pero no siempre está claro qué cosas son las que nos convienen Aunque no podemos elegir lo que nos pasa, podemos en cambio elegir qué hacer con lo que nos pasa".Uno de los primeros filósofos que se ocupó de estas cuestiones, Aristóteles, imaginó este ejemplo: - Un barco lleva una importante carga de un puerto a otro, a medio trayecto le sorprende una tremenda tormenta. La única forma de salvar el barco y la tripulación es tirar por la borda esa carga tan valiosa... el capitán se pregunta: ¿Debo tirar la mercadería o arriesgarme a esperar que el tiempo mejore o que la nave resista? Si arroja el cargamento diremos que prefiere hacer eso a afrontar un riesgo, pero no podemos decir que quiere tirarlo. Lo que de verdad quiere es llegar al puerto con la tripulación, la carga y el barco a salvo, eso es lo que más le conviene . Preferiría, sin duda, no verse en el trance de tener que elegir entre la pérdida de los bienes y la pérdida de su vida. Sin embargo no queda más remedio que decidirse: elegirá lo que crea más conveniente. Podríamos decir que es libre porque no le queda otro remedio que serlo, libre de optar en circunstancias que él no ha elegido padecer.Continuaremos.Bibliografía: Savater Fernando: Invitación a la Ética
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