La resiliencia
Había una vez dos ranas que cayeron en un recipiente de crema. Inmediatamente sintieron que se hundían (...). Al principio, las dos patalearon en la crema para llegar al borde del recipiente pero era inútil (...)
Una de ellas dijo: -No puedo más. Es imposible salir de aquí (....) Ya que voy a morir, no veo para qué prolongar este dolor... qué sentido tiene morir agotada por un esfuerzo estéril. Dicho esto, dejó de patalear y se hundió con rapidez.La otra rana se dijo: -¡No hay caso! Nada se puede hacer para avanzar. Sin embargo, ya que la muerte me llega, prefiero luchar hasta mi último aliento (...) Y siguió pataleando y chapoteando siempre en el mismo lugar. De pronto de tanto patalear... la crema se transformó en manteca. La rana dio un salto y llegó hasta el borde del pote. Alegremente regresó a su casa.(M. Menapace, 1.983)En un artículo escrito por María Cristina Griffa, ésta utiliza ésta fábula para ejemplificar el tema de la capacidad que poseemos (capacidad del yo) y la resiliencia.La resiliencia es el arte de navegar en los torrentes, dice Boris Cyrulnik en "Los patitos feos" (Gedisa). O en la crema, dicen las ranas.El concepto de resiliencia -la capacidad para resistir las adversidades- no es nuevo. Pero no fue hasta hace treinta años cuando se comprobó que algunos niños que habían crecido con padres alcohólicos no siempre padecían carencias psicosociales o biológicas y que podían alcanzar una calidad de vida adecuada pese a haber sufrido mucho durante la fase de desarrollo.Los factores que promueven la resiliencia, según Cyrulnik son: Internos:Personalidad rebelde y luchadora. Persona activa. Capacidad de reflexión y de responsabilidad. Capacidad de amar. Confianza en las personas.Externos: Familia o tutores de apoyo. Mantener una relación firme y estable con al menos uno de los padres. Lazos afectivos.Características de las personas resilientes: Alto coeficiente intelectual y una notable habilidad para resolver problemas. Afrontan la realidad con recursos variados. Poseen buena aptitud para manejar relaciones interpersonales. Su voluntad y capacidad de planificación es grande. También su sentido del humor es amplio y positivo. Tienen, en general, más autoestima e independencia y menos tendencia a la desesperanza que el resto de los niños.Por definición, la resiliencia consiste en la habilidad para tener un momento de felicidad incluso cuando se tiene una herida en el alma. La magnitud de esa herida es lo de menos: hay personas que se sienten destrozadas por la muerte de un gato y otras que pasan pruebas muy duras con éxito y sin problemas aparentes. En cualquier caso, lo importante es poder atribuirle siempre un significado al trauma o al fracaso.Si no se encuentra un sentido a lo ocurrido (al dolor) y se lo transforma, estaremos atrapados en la herida. Si no hay sentido no hay resiliencia, hay confusión.Algunos pilares que la resiliencia individual y social promueve son: el "amor" (la experiencia de ser amado como base de poder amar a otro), la "autoestima", "confianza", "alegría" (fruto del cuidado afectivo por parte de un adulto significativo), la "creatividad "que repara y permite expresar, la "fantasía" (crear orden y belleza en el caos y en el desorden), el "humor" (encontrar lo cómico en la propia tragedia), la "autonomía" e "introspección" (preguntarse por sí mismo y darse una respuesta honesta), "independencia" (saber fijar los límites entre uno y el medio, saber mantener una distancia óptima), "capacidad para relacionarse" y baja "susceptibilidad" (habilidad para establecer lazos e intimidad con otros y para equilibrar la propia necesidad de afecto con la actitud de brindarse a los demás), "iniciativa" (gusto por exigirse y ponerse a prueba), "moralidad" (comprometerse con valores en su actuar, y responsabilidad en ese accionar), "redes de apoyo" (la ayuda de la comunidad aceptadora del individuo), capacidad para buscar algún "significado", "sentido" para abrirse a lo espiritual (apertura a la trascendencia) (Cyrulnik, 2001 ). En resumen el psicoanálisis y los estudios acerca de la resiliencia tienen en común un fuerte anclaje en el "yo" como un aspecto de la personalidad, que según su fortaleza o debilidad se enfrenta al "infortunio" apoyado en sus capacidades y en los lazos con sujetos significativos de su historia. Ambos proponen que el sujeto desarrolle una vida significativa y productiva, sería lo dicho por Freud cuando habla de salud mental: amar, crear y trabajar. La autoestima, alegría, confianza ayudan a enfrentar el dolor y el sufrimiento con la flexibilidad del que se "abolla" por el choque pero resiste e insiste. (Extractos de artículos de Chiozza y colaboradores, año 1.999).Compendio: Lic. Ana Zanini.MP 138.
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